Me resulta complicado escribirte una carta con el apellido de una ciudad desordenada, cuando ni tan siquiera tengo claro si podrás leerla. Pero es cierto que a veces es necesario cantar, dibujar, pintar o escribir lo que tantas veces tenemos miedo a decir, por el qué dirán o por el qué pensarás. Y yo me pregunto: ¿Cómo olvidarme de ti, si fuiste tú quien pusiste nombre a mi persona? ¿Cómo olvidarme de ti si en mi primer llanto nocturno me arropaste entre tus brazos? ¿Cómo olvidarme de ti si llenaste mi ser con su sonrisa? ¿Cómo olvidarme de ti? Ahora que ha pasado media vida y colecciono almanaques caducos, me siento delante de una fría chimenea sin leña abrazado a una silenciosa guitarra apoyando mi cabeza en el cuerpo de tu alma. Cierro los ojos para recordar cuántos días felices, cuántos sueños fugaces y cuántas noches de luna llena viví junto a ti. Muy despacio, sin prisas, recorro el mástil de mi guitarra con mi mano izquierda para intentar inventar un acorde… Sólo para ti, una nueva melodía que hipnotice este silencio… Sólo para ti y recitarte un pequeño poema sin rimas ni leyendas… Sólo para ti. Y me preguntan: ¿Se puede ser madre sin tener hijos? Se puede. Sólo tú supiste serlo, como también fuiste hija y hermana. Sólo tú supiste hacerte querer por aquello nos daba; solo tú supiste querernos a pesar de las distancias trazadas. Sólo tú… Ahora que las tornas han cambiado, que soy yo quien te arropa en las frías noches en que tu cuerpo tiembla, que soy yo quien te da de comer con el mismo amor que tú me dabas… Quisiera escribirte una carta que nunca olvidarás. Necesito gritar cerca del mar en el silencio de la noche que te quiero, te quiero y te quiero… Pero me ahogo en mis llantos al saber que por mucho que rompa mi garganta, y por mucho que enmudezca mi voz… mis palabras se perderán en el ancho mar que nos separa. ¿Por qué me preguntas quién soy? ¿Por qué no sientes mis abrazos?, ¿por qué no me hablas ni respondes a mis preguntas? Solo quiero escribirte esta carta, no sin antes decir que la única verdad es que me gustaría regalarte una parte de mi vida para compartir más tiempo contigo, me gustaría saber amar como tú me has amado, me gustaría besarte antes de que la luz se te apagara, y decirte sin miedo al qué dirán o el qué pensarás… Que te quiero, te quiero y te quiero. Siempre te querré.