Te adoro y siempre te recordaré con tu sonrisa cuando hablábamos de nuestras cosas. Desbordabas ternura y cariño con tus niños con los que luchabas día a día. Hermana, gracias por haber pasado por nuestras vidas. Que sepas que no te vamos a olvidar jamás porque es imposible, aunque no te veamos estás viva en mi mente, te siento a cada paso que doy. Aunque tú y yo sabemos que estamos siempre juntas, y que ya nadie podrá separarnos, tú saber por qué, ¿verdad? No dejo de pensar que te fuiste de una manera muy rápida y difícil de asimilar para los que no sabíamos nada, y sabes, me pregunto: ¿por qué? Creo que te cuelas en mi mente y en mis sueños para darme fuerzas porque aún necesito mucho de ti. Te pido que nos des mucha fuerza para llevar este dolor de no saber por qué no estás entre nosotros, algo que no comprendemos ninguno. Fuiste una luchadora hasta el final. Hoy, 18 de febrero, cumples 49 años, y yo te quiero decir, allí donde estés: Felicidades, hermana. Te quiero.