Un 1º de Mayo limpio

Un 1º de Mayo limpio

Kayros
22:28 • 30 abr. 2013

El 1º de Mayo, un día convertido en fecha señalada de la liturgia sindical, este año viene abocado a ser escenario del gran aldabonazo de los trabajadores sin empleo. Más que un día de sindicalistases el día para que, pacíficamente, un número masivo de manifestantes, salga a la calle para pedirle al Gobierno que rectifique la reforma laboral que se ha demostrado incapaz de frenar la sangría del paro. 


Los seis millones doscientos mil parados que certificó la última EPA son el argumento irrefutable para describir el fracaso de la reforma. La calle es un escenario democrático del que conviene que tome nota el Parlamento aunque, obvio es recordarlo, la legitimidad del Parlamento nace de la voluntad popular expresada en las urnas, voluntad que no puede ser violentada por la calle. Digo esto porque en días como estos, el riesgo de desbordamiento de las manifestaciones es elevado por el cabreo de fondo que fermenta entre los desahuciados y el resto de los excluidos por la crisis que ha empobrecido al treinta por ciento de los ciudadanos y va camino de devorar, también, a la clase media. Riesgo de desbordamiento por obra de exaltados o de infiltrados que pudieran intentar el "cuanto peor, mejor" de la vieja consigna leninista los primeros o la pesca en río revuelto de los segundos buscando el descrédito de las protestas introduciendo en ellas un factor de violencia que las hiciera rechazables a ojos de la gente sensata, que suele ser mayoría.    Tengo para mí que a las direcciones de los sindicatos, que son quienes organizan las grandes manifestaciones de este día, les corresponde extremar las medidas de control para evitar cualquier acto de violencia, contra personas, sedes de partidos o símbolos de instituciones. Un 1º de Mayo reivindicativo y democrático. Ajeno a la violencia y dispuesto a repudiar las provocaciones de los pescadores de río revuelto. Un 1º de Mayo limpio.







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