Cadena SER
23:41 • 16 jul. 2020
El Real Madrid podrá colocar la 34ª copa de campeón de Liga en las vitrinas del Santiago Bernabéu. El muro diseñado por Zinedine Zidane tras un inicio de temporada titubeante funcionó a la perfección y terminó resistiendo para que el conjunto blanco acabara imponiéndose en la competición doméstica.
El Real Madrid podrá colocar la 34ª copa de campeón de Liga en las vitrinas del Santiago Bernabéu. El muro diseñado por Zinedine Zidane tras un inicio de temporada titubeante funcionó a la perfección y terminó resistiendo para que el conjunto blanco acabara imponiéndose en la competición doméstica.
En los días clave o ganó o no perdió (sin derrotas ante Barcelona, Atlético, Athletic, Valencia, Sevilla, Villarreal, Getafe y Real Sociedad) y esa regularidad y solidez (solo tres derrotas) le sirvió al conjunto madrileño para alzarse campeón. Este jueves se jugaban LaLiga ante el Villarreal y el submarino amarillo apenas generó peligro ante la seriedad blanca. Benzema, con 21 goles en su haber, no falló a su cita con el gol y allanó el camino. Luka Modric, Balón de Oro en 2018, cuajó un encuentro sensacional y dejó claro que sigue estando para ser decisivo en los días importantes.
En su debe de cara a la Champions para intentar remontar la eliminatoria ante el Manchester City: tratar de solventar de la mejor manera posible la baja de Sergio Ramos, mantener la seriedad mostrada tras el parón tras esos 19 días vacíos entre el final de Liga y el partido del Etihad y esperar a que Hazard demuestre la calidad que se le atesora. El belga volvió al once este jueves y estuvo muy activo pero aun lejos de su mejor nivel.
Las claves del título
La mejoría de Courtois bajo palos, el cual a raíz de aquel encuentro de Champions en Turquía ante el Galatasaray comenzó a rendir a gran nivel, y un engranaje prácticamente sin fisuras merced a la inclusión de Fede Valverde, nutrieron al equipo de Zidane de una confianza que a la postre ha resultado fundamental. La entrada del charrúa en el once unida a un Casemiro que ha cuajado una temporada espectacular, permitió al equipo blanco cambiar su particular ida y vuelta por un estilo más defensivo en el que Zidane se encomendó a la calidad de sus atacantes para tratar de llevarse los tres puntos partido a partido.
El Real Madrid podrá colocar la 34ª copa de campeón de Liga en las vitrinas del Santiago Bernabéu. El muro diseñado por Zinedine Zidane tras un inicio de temporada titubeante funcionó a la perfección y terminó resistiendo para que el conjunto blanco acabara imponiéndose en la competición doméstica.
En los días clave o ganó o no perdió (sin derrotas ante Barcelona, Atlético, Athletic, Valencia, Sevilla, Villarreal, Getafe y Real Sociedad) y esa regularidad y solidez (solo tres derrotas) le sirvió al conjunto madrileño para alzarse campeón. Este jueves se jugaban LaLiga ante el Villarreal y el submarino amarillo apenas generó peligro ante la seriedad blanca. Benzema, con 21 goles en su haber, no falló a su cita con el gol y allanó el camino. Luka Modric, Balón de Oro en 2018, cuajó un encuentro sensacional y dejó claro que sigue estando para ser decisivo en los días importantes.
En su debe de cara a la Champions para intentar remontar la eliminatoria ante el Manchester City: tratar de solventar de la mejor manera posible la baja de Sergio Ramos, mantener la seriedad mostrada tras el parón tras esos 19 días vacíos entre el final de Liga y el partido del Etihad y esperar a que Hazard demuestre la calidad que se le atesora. El belga volvió al once este jueves y estuvo muy activo pero aun lejos de su mejor nivel.
Las claves del título
La mejoría de Courtois bajo palos, el cual a raíz de aquel encuentro de Champions en Turquía ante el Galatasaray comenzó a rendir a gran nivel, y un engranaje prácticamente sin fisuras merced a la inclusión de Fede Valverde, nutrieron al equipo de Zidane de una confianza que a la postre ha resultado fundamental. La entrada del charrúa en el once unida a un Casemiro que ha cuajado una temporada espectacular, permitió al equipo blanco cambiar su particular ida y vuelta por un estilo más defensivo en el que Zidane se encomendó a la calidad de sus atacantes para tratar de llevarse los tres puntos partido a partido.
Un título sin afición
Sin duda esta Liga será recordada por ser LaLiga de la pandemia generada por el COVID. El virus que se ha cobrado tantas vidas en España y en todo el mundo obligó a reanudar LaLiga sin público, motivo por el cual el equipo blanco se vio obligado a celebrar el título sin sus aficionados.
Infranqueables tras el parón
Las diez victorias en diez partidos hablan por sí solas, pero los números aclaran cualquier tipo de duda. El Real Madrid ha encajado únicamente 23 goles en estas 37 jornadas y tras el parón sus números en defensa han sido una auténtica barbaridad: Courtois ha recogido el balón de su portería solamente en cuatro ocasiones en diez partidos.
Si bien en ataque su promedio goleador no es nada del otro mundo (19 goles en 10 partidos), el nivel defensivo, el mejor de la competición por primera vez en más de diez años, ha sostenido al equipo y le ha bastado para terminar sonriendo de oreja a oreja este jueves 16 de julio.
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