Omar Sharif cabalga hacia la eternidad 

Fallece a los 83 años el actor egipcio, que saltó a la fama mundial con ‘Lawrence de Arabia’ 

Omar Sharif, recogiendo el premio Almería, Tierra de Cine en el año 2012.
Omar Sharif, recogiendo el premio Almería, Tierra de Cine en el año 2012.
Evaristo Martínez
01:00 • 10 jul. 2015

Protagonizó la que, aseguran, es la mejor presentación de un personaje en la historia del cine: la irrupción en pantalla del Sherif Alí en ‘Lawrence de Arabia’ no sólo fue otra muestra más del imponente talento visual de David Lean sino que sirvió para dar a conocer al mundo a una presencia magnética que respondía al nombre de Omar Sharif.




Ayer, a los 83 años, la estrella del actor egipcio se apagó para siempre en El Cairo a causa de un ataque al corazón. Este mismo año había sido diagnosticado de la enfermedad de Alzheimer, cuyos síntomas, implacables, ya se asomaron durante su regreso a Almería en 2012, cincuenta años después del estreno de la obra maestra de Lean.




“Es uno de esos iconos del cine que uno siempre desea uno conocer. Un deseo que se hizo realidad a través del Festival Internacional ‘Almería en Corto’ en mi primer año de dirección. Estaba claro: era el año del quincuagésimo aniversario de ‘Lawrence de Arabia’, así que nos pusimos manos a la obra”, recuerda Luis Serrano. 




Durante su visita al festival, donde recogió el premio honorífico ‘Almería, Tierra de Cine’ e inauguró la placa con su nombre en el Paseo de las Estrellas de la capital, dejó una frase sincera, humilde y bellísima. “Sin Almería no existiría, yo vine al mundo del cine en esta tierra”, afirmó mientras sostenía en sus manos el galardón en el escenario del Auditorio Maestro Padilla, incidiendo en una idea que ya había expresado ante los periodistas esa mañana en una cálida rueda de prensa.




Su vuelta a la provincia donde su leyenda comenzó a forjarse dejó también impagables imágenes en Carboneras, que se convirtió en la mítica Aqaba en el rodaje de ‘Lawrence de Arabia’, en 1962: inauguró una exposición con imágenes de entonces en el hotel El Dorado y saludó, entre camellos y personajes vestidos ‘ad hoc’, a los centenares de vecinos que se acercaron a él. Siempre sin perder la sonrisa. 




“Si me han dado este premio en Almería es porque me consideran un amigo”, expresó al periodista Javier Adolfo Iglesias en una entrevista concedida a LA VOZ en la que recordó a su amigo Peter O’Toole. “Éramos más que hermanos, es mi mejor amigo y mi maestro”, afirmó.




“No puedo dejar de recordar, dejándome llevar por la admiración hacia Omar y sobre todo por la suerte que tenía de  estar junto a él tomando un aperitivo y quedarme atónito y paralizado cuando me contaba las maravillosas historias con las que me deslumbraba, como su relación y trabajo con actrices y directores: me habló de Fred Zinnemann, William Wyler e incluso de Anthony Mann”, cuenta Serrano.




Y es que su carrera fue más que ‘Lawrence de Arabia’, aunque este título y sobre todo ‘Doctor Zhivago’ eclipsó el grueso de su filmografía. Entre más de un centenar de largometrajes destacan ‘Funny Girl’, ‘La semilla del tamarindo’, ‘Top secret’ y ‘El señor Ibrahim y las flores del Corán’, A Almería llegó otra vez  en 1971 con ‘Orgullo de estirpe’.


Ayer, Omar Sharif se fue para siempre haciendo el camino inverso a como lo conocimos: cabalgando hacia la eternidad.


El gran plano secuencia de despedida, por Javier Adolfo Iglesias

Fue el plano secuencia de mi vida de cinéfilo. Tenerlo junto a mí,  sentir a un palmo  los chispazos brillantes de los ojos del doctor Zhivago y el mito de Sharif Alí. Ya había vivido la emoción del reencuentro con el  personaje legendario en Diputación y, sobre todo, en Carboneras, la Aqba de ‘Lawrence de Arabia’. Todo era fiesta allí, un mural de bienvenida, unos camellos, grandes carteles colgando del ayuntamiento, una exposición, la gente y su alcalde emocionado como si llegara Obama. Horas después, era el momento en un pequeño hotel de la capital, en una entrevista. El mito se alejaba delante mía y surgía la persona. Lo entendí enseguida y le di las gracias a los dos, con palabras llenas de cariño y en inglés. Si el gran plano presentación de Sharif Alí en el desierto requería paciencia del espectador, esta secuencia de despedida de la persona exigía comprensión y agradecimiento. Thanks, Omar. 






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