Después de toda una vida dedicada al mundo del espectáculo, Loreto Valverde (Barcelona, 1966) saborea el éxito de ‘Sonrisas y lágrimas’. El musical podrá verse entre mañana y el domingo en el Auditorio de Roquetas.

Todo el mundo ha crecido con las canciones de ‘Sonrisas y lágrimas’. ¿Usted también?
Sí, todos tenemos en la retina la historia de ‘Sonrisas y lágrimas’ por la película. Poder revivirla en un musical en vivo, en una producción tan grande como la que llevamos, es una mezcla enorme de emociones: risas, llantos. Hay que ir con el pañuelo preparado.

¿Cómo ha sido meterse en la piel del personaje de la Baronesa?
Poder interpretar a un personaje como la Baronesa ha sido un regalazo a estas alturas de mi carrera. Es una delicia, un bombón. Y más todavía al estar dirigida por Jaime Azpilicueta, uno de los mejores en este género. Te permite sacar todo el provecho al papel. Mucha gente me dice que está mucho más destacado en el musical que en la película. Tiene un toque de humor, a pesar de ser la mala. Es gratificante hacerlo.

Es difícil imaginarla en un papel de mala...
(Risas). Ahí está el reto. A mí lo que más me choca es tener que mirar a los niños con desprecio. Yo soy súper niñera y me encariño muchísimo con los pequeños que conocemos en cada ciudad.

Han empezado a llegar los primeros tráileres a Roquetas. ¿Cómo es trabajar en un musical con un despliegue tan brutal?
Es una pasada. Se han tenido que unir varias productoras para hacer este musical como se debía. Es un despliegue de vestuario, de luces, de sonido, de escenografía, de músicos en directo. Todas las situaciones de la película se ven representadas en el musical. Tan pronto estás en las montañas con María como en el palacio o la abadía. Y todo eso representado con escenografía teatral.

¿Introducen algún guiño para adaptar la función a la ciudad donde se representa?
No, porque es muy fiel al original. Es uno de los clásicos más importantes de la historia. Desde el primer día en que se estrenó hace dos años y medio nos propusimos respetarlo al máximo y tenemos a gente preocupada de que el montaje no se deteriore día a día porque entonces perdería categoría.

¿Cómo es trabajar a las órdenes de un grande como Jaime Azpilicueta?
Es un aprendizaje total. Me quedo maravillada de cómo funcionan todas sus propuestas. Todo lo que toca se convierte en un éxito.

La gente la conoce por su faceta televisiva, pero viene de una familia de artistas. ¿Cómo ha sido crecer en una casa así?
Yo he tenido la suerte de tener a dos grandes del espectáculo, mi padre y mi hermana, que han hecho grandes musicales y son mis maestros. Y los de detrás vienen apretando fuerte, lo llevan en la sangre. Parece que la saga continúa.

¿Tiene alguna oferta para volver a la tele?
Justo antes de empezar ‘Sonrisas y lágrimas’, llevaba como dos o tres temporadas haciendo televisión en las autonómicas de Castilla-La Mancha y Madrid. Lo dejé para embarcarme en esta aventura y, después de dos años y medio, mi vida es ‘Sonrisas y lágrimas’. Aunque como ya estamos en la gira de despedida, hay que ir pensando en seguir con la carrera y hacer televisión, teatro o lo que salga.

¿Le da pena desprenderse