Justo Mullor: “Sabina me suena a años auténticos”

Justo Mullor: “Sabina me suena a años auténticos”

Evaristo Martínez
01:00 • 02 nov. 2013

Camisa blanca de corte clásico y pelo cano con un toque de gomina que le da un aire juvenil. Suena el móvil y se escucha la suave melodía de ‘Si tu vois ma mère’, tema de Sidney Bechet incluido en la banda sonora de ‘Midnight in Paris’. Y sobre la mesa, junto a una tapita de aguja, una cerveza sin alcohol. “Parece que voy a hacer la comunión”, afirma sonriendo. Todo demasiado formal para tener delante a Justo Mullor, el sosias almeriense de Joaquín Sabina, a quien imitó hace más de quince años en ‘Lluvia de estrellas’. Ese fue el principio de una hermosa amistad con la voz y obra del artista de Úbeda, a quien desde entonces recuerda en tributos que han ido cambiando de formato: primero en solitario junto a guitarristas como Antonio Gómez y Carlos López, después a golpe de rock con Malas Compañías y ahora, sin renunciar a su banda, en formato acústico e íntimo con ‘Un paseo por Calle Melancolía’, proyecto que echará a andar este jueves en Tango Restobar con Joaquín de la Muela al piano y Vanesa Cáceres a los coros y flauta travesera.

“Es un recorrido por los temas más intimistas de Sabina: ‘Amor se llama el juego’, ‘Contigo’, ‘Y sin embargo’... Son temas que requieren un tono adecuado, un escenario concreto, y éste lo es. Después lo moveremos fuera de Almería, siempre eligiendo bien los sitios”, cuenta. Su empleo en la empresa familiar Hidraúlicas Mullor le da la estabilidad para ser cada vez más selectivo. “El trabajo te permite discriminar los conciertos. Echas de menos no poder vivir de la música pero agradeces poder decidir dónde tocas, en qué condiciones y poder decir que no”.

Todo un veterano de la escena almeriense, Justo Mullor comenzó, cuando estudiaba en el Celia Viñas, en grupos como A palo seco -“seco con ‘c’, después salió uno vasco que era con ‘k’”- y Tocino de cielo.

A mediados de los noventa, “después de una noche de borrachera”, su novia -“quien hoy es mi mujer”, apunta- llamó para apuntarle a ‘Lluvia de estrellas’, el concurso de imitadores que presentaba Bertín Osborne en Antena 3. Y tras otra noche de fiesta descubrió en el contestador el mensaje que le anunciaba la selección. Llegó a la final y se embarcó en una gira nacional con otros concursantes. Y así hasta hoy, defendiendo la bandera del ‘pirata cojo’ con bombín y voz cavernosa. “En el programa sí lo imitaba pero en los tributos no lo hago. Puedo hacer que mi voz se parezca o suene igual pero prefiero quedarme a mitad de camino entre su voz de algunos años y la mía, con toques personales. No se puede perder la referencia: las letras de Sabina tienen tanta carga, tanta noche, que sólo suenan bien en su voz”, asegura.

A Joaquín lo conoció una noche después de un concierto. No fue en un pueblo con mar sino en el Hotel Reconquista de Oviedo. “Nosotros actuábamos en la Plaza de la Catedral y él en la Plaza de Toros. Él me conocía de televisión y cuando me vio, me dio una torta en la cara y me dijo: tú eres más guapo y cantas mejor”, recuerda.

Años atrás lo vio actuar por primera vez en Almería, “en una carpa junto al edificio Trino donde también actuaron Los Salteños”. Era la Navidad del año 1984 y así comenzó el idilio con sus canciones. “Es el rey de la metáfora, cómo es capaz de contar historias que quedarían vulgares en otras bocas y otras manos”. Como buen ‘sabinero’ le cuesta elegir entre su repertorio aunque se queda con ‘Princesa’, ‘Amor se llama el juego’, ‘La canción más hermosa del mundo’ y, por supuesto, ‘Y sin embargo’. Sus canciones, dice, le suenan “a una época auténtica, a una manera de divertirse más natural, a fumar dentro de los locales”.

Ahora tiene otros proyectos de versiones a la vista: Tarambana, que presentará el 16 de noviembre, y Cuatro y nos vamos, junto a su hermano Jose. Sus temas propios, grabados con Antonio Gómez y Dani Yebra, permanecen guardados y les gustaría cantarlos junto a su gran amigo Fernando Vázquez. Claro, tantos años ‘a la sombra del león’ ubetense le han impedido crecer como autor. “Siempre me he comparado con él y me ha parecido que lo que escribía era muy malo. He sido muy exigente”.

Sí, se parece al Sabina, ese que canta, pero se llama Justo Mullor.







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