Un catálogo del alma flamenca

El fotógrafo Antonio J. García publica el libro ‘A compás’ , que se presenta el martes 30

Marina Heredia durante un recital en Almería. (Foto: A. J. García)
Marina Heredia durante un recital en Almería. (Foto: A. J. García) La Voz
Marta Rodríguez
02:07 • 27 abr. 2019 / actualizado a las 07:00 • 27 abr. 2019

Las manos de Moraíto Chico colocadas con devoción sobre la guitarra, la derecha rasga el silencio y la izquierda tensa las cuerdas hasta producir el arpegio adecuado. El pecho cubierto de brillo de Marina Heredia bajo el que late un corazón desbocado. La camisa abierta de José Mercé de la que sobresale una cadena de oro con un Cristo que conoce todos sus miedos. 



El fotógrafo Antonio Jesús García, ‘Che’ para los amigos, ha confeccionado en su libro ‘A compás’, que acaba de publicar el Área de Cultura de la Diputación de Almería, un catálogo del alma flamenca. Un estudio antropológico de cantaores, bailaores y guitarristas que, lejos de posar ante su objetivo, han sido inmortalizados en ese momento de trance en que el sentimiento embarga los sentidos y no se puede ser nada más que uno mismo.



Abre el volumen, que se presenta el próximo martes 30 de abril a las 20.30 horas en el Patio de Luces del Palacio Provincial, su primera fotografía flamenca, la que reúne a Camarón y Tomatito en el Tea­tro Cervantes. Lo cierra Tomasito en la sala Madchester.



Entre medias, imágenes de detalle en blanco y negro, primerísimos planos de gestos, palmas y pies que marcan el ritmo ‘A compás’ de un arte declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco. Chano Lobato, Juan Carmona, José de la Tomasa, El Chocolate, Sorroche, Tomatito y un jovencísimo Miguel Poveda desfilan en esta galería de personajes.



El germen del proyecto está en un encargo de Diputación que se remonta veinte años atrás y que perseguía registrar el talento que pasaba por sus circuitos de flamenco. Sin embargo, una vez despierto el gusanillo, Antonio J. García siguió cultivando esta afición en la Peña El Taranto.



“Considero que la distancia con la que vivo el flamenco me ha ayudado, para mí hacer fotos es algo muy serio y, de haberse tratado de conciertos de rock, solo habría querido soltar la cámara y ponerme a dar saltos”, reflexiona el creador.



Las instantáneas van acompañadas de un pequeño prólogo del cantaor José Mercé y textos del realizador Carles Prats y la periodista Carmen K. Salmerón, quien define el libro como “una joya para los sibaritas del flamenco que recoge las emociones más viscerales que desprende este arte”.



La intrahistoria de cada instantánea queda para la memoria de su autor. Un anecdotario protagonizado, por ejemplo, por José Menese, quien lo cogió en un aparte y le dijo: “Fotógrafo, esas fotos están muy bien, no te he dicho nada delante de los otros para no regalarte el oído”. O la espina de Enrique Morente, que tras ver la imagen del que sería su último recital en Almería, confesó a un amigo común que quería trabajar con él. Ya no pudo ser.


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