Raphael: “Veo el momento de retirarme muy lejano todavía”

Cada uno de sus conciertos es el primero y el último de su vida. Algo parecido vino a decir de él un crítico neoyorquino cuando su carrera apenas empezaba a despegar. Raphael no se reserva nada, absolutamente nada, sobre el escenario. Porque en el escenario, como en el amor, hay que entregarse así. Nunca a medias.

Con 57 años de trayectoria artística almacenados en la retina, el divo de Linares parece vivir en una gira que no termina nunca al más puro estilo de músicos de la talla de Bruce Springsteen y los Rolling Stones. “Yo de lo que tengo la sensación es de vivir en una gira fantástica hecha por Raphael, no me fijo nunca en los demás, cada uno debe hacer las cosas según las sienta y las fuerzas que tenga para ello. Yo prefiero estar siempre en contacto con mi público, siempre”, explicaba Raphael este lunes en una entrevista a SER Almería.

Seguir en la brecha
Como a los grandes toreros, la pregunta de cuándo se cortará la coleta y se retirará de la música planea sobre él como una sombra. “Indudablemente algún día tendré que dejarlo, pero si he de ser sincero, veo ese momento muy lejano aún. Mientras tenga la fuerza y las ganas y, sobre todo, la respuesta tan masiva del público en todas partes, desde luego voy a seguir en la brecha”, expresa.

Este viernes 17 de agosto, a las 22.30 horas, el intérprete de ‘Escándalo’ y ‘Digan lo que digan’ trae a la Plaza de Toros de Roquetas de Mar ‘Loco por cantar’. Un directo para el que pide puntualidad a cambio del firme compromiso de ofrecer una ‘gran noche’, en un juego de palabras con el título de la canción que hace unos veranos lo transformó en un icono milenial gracias, en parte, a la película ‘Mi gran noche’ de Álex de la Iglesia a la que sirve de banda sonora.

La magia de sus directos y la comunión con el público forman parte asimismo de ese pacto no escrito. Un pacto entre Raphael y sus incontables seguidores sellado a base de miradas (“cuando sales y la gente te ve, es como saludarse, se crea un momento único, especial”) y canciones (“a medida que vas cantando tus canciones, que desgranan un poco tu vida, el público empieza a entrar, entrar, entrar y ya no no puede salir; cuesta mucho desengancharse, de ahí que haya que repetir, repetir y repetir”). Repetir miradas y canciones que se entregan sin reservas.