El primer militar muerto en una misión humanitaria fue el teniente de Infantería, caballero legionario, Arturo Muñoz Castellanos, de 28 años miembro y miembro de la Agrupación Canarias del contingente español interviniente en el conflicto de Bosnia-Herzegovina. La localidad de El Ejido, patria chica de sus abuelos perpetuó su memoria dedicándole una plaza al militar español.
El teniente Muñoz murió el 14 de mayo de 1993 en el Hospital Militar Gómez Ulla de Madrid a donde fue evacuado desde la base española con lesiones irreversibles y en estado de coma profundo. La explosión de una granada de mortero le alcanzó de lleno en la cara y cuello cuando se encontraba a la puerta de un hospital musulmán en Mostar la mañana del 11 de mayo y en unión de otros militares españoles descargaban de su convoy bolsas de sangre y plasma sanguíneo destinado a este centro sanitario.
Tres meses mas tarde, de nuevo se produjo otro grave incidente. En esta ocasión fue en la localidad de Jablanica. Un soldado muerto y otros diecisiete heridos entre ellos el almeriense David Sánchez de 18 años que como consecuencia de la metralla sufrió lesiones graves en la región abdominal. El militar almeriense llevaba poco tiempo en el ejercito y estaba destinado en el campamento militar Álvarez de Sotomayor de Viator.
El teniente Muñoz estaba muy vinculado a El Ejido, ya que sus padres que mantenían estrechos vínculos familiares y económicos en la comarca de Poniente, fundamentalmente en los municipios de El Ejido y Dalias.
Durante los últimos años en varias ocasiones, la Legión con base en el campamento militar Álvarez de Sotomayor de Viator se trasladó hasta El Ejido durante los actos homenaje que el ayuntamiento de El Ejido promovió en su honor y memoria. El teniente Muñoz, hijo y nieto de militares era nieto de Lourdes Bervell que residía en Dalias. Llevaba solo veintidós días en Bosnia cuando se produjo su trágica muerte.
Fue ascendido con carácter honorífico a capitán en 1998 siendo uno de los dieciocho militares españoles junto a un intérprete del Ministerio de Defensa los primeros que engrosaron las frías cifras del precio pagado por España en vidas humanas para construir un futuro de convivencia pacífica en el territorio de Bosnia-Herzegovina.
El abuelo del teniente Muñoz, durante unos cuarenta años estuvo muy vinculado a El Ejido dado que era propietario de una finca agrícola situada en el paraje 'Simón de Acién' atendida precisamente por el padre del militar fallecido. Además, la víctima era sobrino político de una hermana del entonces concejal del ayuntamiento de El Ejido, Antonio Góngora hombre vinculado al Partido Popular.
Toda la familia del militar muerto es sumamente conocida en el municipio ya que el abuelo, Arturo Muñoz pasó muchos años de su vida aquí y sus hijos y nietos solían pasar algunos veranos en la finca del paraje 'Simón de Acién' o en uno de los apartamentos que la familia tenía en Almerimar.
El teniente Muñoz formaba parte de la Agrupación Táctica Canarias al mando del coronel Ángel Morales Díaz Otero. Lo formaban 980 militares que llegaron a Bosnia a mediados de abril de 1993 y su disolución oficial tuvo lugar en octubre de 1993.
La generosidad de la familia Muñoz se hizo patente autorizando la donación de los órganos del joven oficial quien después de muerto salvó cuatro vidas. El corazón y el hígado le fueron trasplantados a dos hombres en la clínica 12 de octubre de Madrid y los riñones a otros dos jóvenes que vivían conectados a una máquina para dializarse.
El 30 de mayo de 2004, durante la celebración del Día de las Fuerzas Armadas en Almería, bajo la presidencia de los Reyes de España, fueron homenajeados todos los militares españoles muertos en operaciones humanitarias en Bosnia, Irak y los del accidente aéreo del Yak-42. La comitiva estuvo encabezada por Maria del Carmen Castellanos, la madre del teniente Arturo Ruiz al ser el primer militar español fallecido en Bosnia cuando intervenía en una misión de paz.
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