Quesería ‘Yo sin ti’, la vuelta al mundo en 40 quesos sin salir de Almería

El local se erige como un templo donde disfrutar de un producto único

Emilia Resina gestiona la quesería junto a su marido, Francisco Morales.
Emilia Resina gestiona la quesería junto a su marido, Francisco Morales.
Evaristo Martínez
13:37 • 31 mar. 2023

Un color verde matizado por unos suaves neones, como en el ‘Vértigo’ de Hitchcock, baña el local, de agradable estética ‘vintage’. En las vitrinas, objetos cuidados como solo hacen los coleccionistas de convicción: etiquetas de vinos, botellas de gaseosas, cajas de lata. Desde una pared, un cuadro de una vaca y otro de una oveja reciben al visitante. No podía ser de otra forma en un local en el que el producto estrella es el queso. Bueno, el queso y el cliente, a quien se mima para que disfrute de algo más que de una experiencia gastronómica. De ahí el nombre, Quesería ‘Yo sin ti’, juego de palabras que recoge la filosofía del negocio que Francisco Morales, alma de Entrefinos, y su esposa, Emilia Resina, regentan desde hace algo más de un año.



“Nosotros no somos nadie sin el cliente, ese cliente que busca venir a pasar un rato con nosotros y en torno al queso”, cuenta Morales a LA VOZ. 



La Quesería ‘Yo sin ti’ es uno de los bares de la concurrida ‘calle detrás de Correos’, es decir, Padre Alfonso Torres. Ocupa el espacio que dejó un mítico de la restauración local, el Ajolí, justo enfrente de Entrefinos. “Quedó vacío y nos lanzamos. Empezamos la obra justo quince días antes de que nos confinaran”, recuerda el hostelero. 



Un tiempo, el de la pandemia, en el que junto a su mujer y sus hijos pudo darle vueltas al concepto del negocio. Ella, por cierto, es la autora de los cuadros de la vaca y la oveja y ejerce como “experta” en quesos. “Y es una retratista excelente”, afirma con orgullo. 



La idea, en sintonía con el nombre y la estética (el verde aguamar que define el conjunto viene de las losas de la barra, clásica, “al estilo pecho paloma”, donadas por un cliente), era ofrecer algo diferente en la cada vez más variada oferta de la ciudad. “Queríamos un complemento a Entrefinos. Y creíamos que había un vacío en Almería con el queso, algo que gusta a todo el mundo. Y dentro de a los que no le gusta, hay un porcentaje de gente que no lo ha probado o no han descubierto otros quesos. Y cuando lo hacen quedan sorprendidos”.



La carta ofrece hasta más de 40 tipos de queso que van “rotando cada mes” según la aceptación. “Solo en España hay cien variedades”, dice señalando un cartel en la pared. “Los franceses y los suizos se llevan la fama, pero aquí hacemos un gran producto”. También en Almería, representada en la carta. “No te digo nombres porque no quiero olvidar a ninguno, pero están: tenemos que luchar por nuestra tierra”.



Va de quesos
La charla con Francisco Morales tiene lugar durante el Día Mundial del Queso. Así que toca pedir recomendación: ¿qué propuestas no podemos dejar de probar al visitar ‘Yo sin ti’?



Quesos y Besos, un queso de cabra muy suave y agradable al paladar. Lo hacen en Guarromán y ganó el premio al mejor queso del mundo”, indica. No puede faltar un Cabrales ni el Elvira García, de Ávila, “curado en ceniza, de intenso gris por fuera y blanco nácar al partirlo”.


Hay opciones más exóticas, como el Shropshire Blue, “un queso azul inglés no tan intenso como el nuestro, pero con mucha potencia”, y uno alemán con mango y piña. “Muy suave, la fruta le aporta una acidez original y en el retrogusto es fantástico”.


Todos los quesos se presentan en tablas, solos con frutas o frutos secos, o bien acompañados de paté o embutidos. En la carta también hay carnes y pescados y diferentes tipos de fondue y raclette para descubrir. Y, ante todo, disfrutar.


“Queremos que el cliente se divierta”

Quesería ‘Yo sin ti’ cuenta con mesas en el interior, una agradable terraza frente a la de Entrefinos y un salón privado en el piso superior para unas veinte personas. “Hay empresas que lo utilizan para presentar un producto, acogemos eventos familiares y entre amigos y catas con quesos, vinos y cervezas. Pero algo divertido, nada especialmente técnico: que la gente disfrute y aprenda, pero sin saturarse: nuestra carta está diseñada para eso”.


Esa vocación de servicio, de hacer agradable la experiencia de quien visita su local, es innata en Francisco Morales. “Si volviera a nacer, volvería a ser camarero. Es un trabajo duro, pero es la vida que he elegido. Y aquí no me considero jefe, soy un compañero más: somos doce familias remando en la misma dirección para que esto funcione”, expresa.



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