Mandamiento Boskov

LA OPINIÓN DEL DÍA: A propósito de ese “trabajamos como cabrones, como cabrones”, que dice Gaizka Garitano, me viene a la memoria aquel Real Madrid de Vujadin Boškov con los Pirri, Santillana, Del Bosque, Juanito, Cunningham… al que le birló la Real Sociedad dos Ligas y el entrenador balcánico lo pasó muy mal por las críticas recibidas y se aislaba del mundanal ruido en su chalé ‘Villa Merengue’ de Tierras de Almería cerca de Almerimar. Ante el acoso de los periodistas sobre el juego del equipo y sus métodos de trabajo, dejó con la boca abierta a todos cuando dijo que “no le puedo decir a Pirri, Stielike o a Juanito cómo se juega al fútbol”, y añadía que “mi trabajo consiste en motivar y acertar con las alineaciones. Los futbolistas son profesionales y conocen el oficio”.

Le puede servir a Gaizka Garitano para que igual sin trabajar como “cabrones” le puede dar para ganar partidos si se aplica el mandamiento de Vujadin Boskov y entrenando lo mismo que apunte bien la alineación ideal y acierte con los cambios.

Lo de motivar va en el ADN de cada entrenador y los he visto pasar por el Almería sin hacer prácticamente nada en los entrenamientos y salir los jugadores como motos. Y mantener el once tipo y retocarlo lo justo. Y para bien. Que Garitano esté "orgulloso de mi equipo" no me tranquiliza.

Carácter

Vujadin Boskóv nos dejó a los 82 años con un palmarés inigualable ganando títulos por medio mundo y entrenador a la antigua Yugoslavia a nivel de selecciones. Sus equipos por encima de todo jugaban al fútbol y salían al campo enchufados e insaciables.

Era un ‘come cocos’ para los futbolistas a los que hacía mejores pero en las sesiones de entrenamiento nada diferente a cualquier técnico de su época. Su trabajo era mental y se aferraba a ello.

Alineación

Los equipos de Boskov eran reconocibles y podemos decir que fue el último en ofrecer a los aficionados una alineación del Real Madrid de esas que nos sabíamos de memoria, empezando por el portero García Remón.

Los cambios no siempre los realizaba si se estaba jugando bien y si retocaba el once, por aquel tiempo (dos cambios) siempre eran para mejorar al equipo y no cambiar por la cara.

Tiempos

Cambió poco su filosofía como entrenador y desde el 62 que empezó entrenando en Suiza y hasta el año 2000 con Yugoslavia donde se retiró siempre tenía claro que los jugadores “ya me vienen entrenados” y se limitaba a “motivar y acertar”.

Boskov nunca hizo trabajar como “cabrones” a los jugadores de sus equipos y ponía por delante el estado anímico del profesional y su buena puntería con la alineación que convertía en un once de carrerilla para todos. El siempre dijo aquello de: "al fútbol se juega para ganar". Sin más.

Si Garitano está "orgulloso de mi equipo" que lea esto.