Un Día contra la violencia intragénero

Fue el 14 de abril de 2009 cuando tuvo lugar en Adra la muerte de Manuel Latorre, el primer asesinato en el seno de un matrimonio igualitario, con el posterior suicidio del homicida y ex pareja de la víctima. Suceso que creó una gran conmoción en la localidad y en la población LGBTI pues, además, era la primera vez que se visibilizaba en toda España un asunto del que no sólo se ignoraba su existencia; sino que aún hoy en día, 8 años después, “todavía queda como un gran tabú dentro de nuestra sociedad y del propio colectivo LGBTI”, asegura la Confederación LGTB Española (COLEGAS) en un comunicado.

Grupo que denuncia la desigualdad existente en el caso de violencia intragénero en parejas homosexuales, y la necesidad de una futura Ley Estatal Integral de Igualdad de Trato y No Discriminación LGBTI. Una legislación que incluya medidas de protección legales, policiales y recursos sociales similares a los que disfrutan en este momento las mujeres víctimas de violencia de género.

Y es que, aseguran, tras más de 12 años de la aprobación del matrimonio igualitario en España, el número de hombres fallecidos a manos de sus parejas, también hombres, no ha parado. Todo ello pese a conocerse relevantes casos mediáticos pues, además del caso de Adra, “fue controvertido el asesinato en julio de 2011, en el Holiday Gym de Madrid, de un hombre a manos de su ex novio”, aseguran. O el actor Koldo Losada, en 2014, por celos de su marido.

Datos que reflejan una amarga situación y que, sin duda, “tendrá que haber muchos más de los que lamentablemente no hemos tenido noticia”, recalcan desde COLEGAS; pues “aún hoy en día vivir públicamente la homosexualidad o bisexualidad conlleva discriminación y escarnio en parte de la sociedad”, lo que provoca que muchos “lleven una doble vida y su entorno y su familia desconozca su orientación sexual”.

Casos que también afectan a las mujeres, como el producido en 2007 en Tenerife donde una mujer mató a su novia, o en 2011 en Sevilla donde una mujer asesinó a su pareja. Pero mucho más numerosos han sido los casos de mujeres transexuales víctimas de sus parejas hombres, como la de una joven transexual de Fuengirola fallecida en 2012, que en este caso si pudo tratarse como violencia de género.

Maltrato
Aunque menos dramático, los casos de malos tratos físicos y psicológicos entre las parejas homosexuales son más abundantes, aunque no pueden acogerse a las mismas medidas de protección y servicios que las administraciones ponen a disposición de las mujeres víctimas de sus parejas hombres. Hecho que en muchas ocasiones es muy necesario, por lo que muchos gays y lesbianas viven en una situación de discriminación, desigualdad y desamparo.

En este sentido, en casos aislados, algunas administraciones han puesto a disposición de mujeres lesbianas o bisexuales víctimas de sus parejas recursos reservados a víctimas de violencia de género, pero todo queda a decisión personal de funcionarios y trabajadoras de estos servicios de atención de violencia de género.

Cifras fantasma
La violencia doméstica o intragénero en parejas homosexuales es una realidad invisible, fantasma, que sufren muchos gays y lesbianas en España que, generalmente, no se denuncia y no se contabiliza; “siendo las tasas de violencia en hogares gay-lésbicos comparables o incluso superiores a los hogares heterosexuales”, afirman desde la Confederación LGTB.

Datos que se evidencias en el último estudio de Richard Carroll, de la Universidad Northwestern de Chicago, donde indica que entre un 25 y un 75% de las parejas homosexuales son víctimas de violencia doméstica. Razón por la que COLEGAS y el Observatorio Español contra la LGBTfobia están realizando un informe sobre este fenómeno invisible y tabú mediante una detallada investigación con la que, además, pretenden ofrecer una panorámica sobre la situación legal, psicosocial y sociológica en España, así como las soluciones y retos a superar para luchar contra esta lacra social.

“La violencia doméstica o intragénero entre parejas de gays y lesbianas, no puede seguir considerándose una violencia doméstica de segunda categoría, y exigimos las mismas medidas y recursos que actualmente son ofrecidos a las mujeres víctimas de violencia de género”, declaraba Paco Ramírez, presidente de COLEGAS. Y el motivo sería que muchas personas “están siendo excluidas de determinados servicios y medidas legales y sociales, produciéndose una discriminación de facto entre las víctimas, lo que es sin duda inconstitucional”, añade. De este modo, las administraciones “no pueden seguir discriminando” a las personas por su orientación sexual o identidad de género, y “tan sólo pedimos ecuanimidad y justicia. La disyuntiva es clara, queremos esos mismos derechos sí o sí, que ya decidan las fuerzas políticas si se amplía la actual Ley de Violencia de Género, o se hace una ley ad hoc”.