¿Por qué Adolfo González Montes golpea de nuevo?

El contrainforme reabre el tema económico en los pasillos de la Conferencia Episcopal

El obispo emérito, Adolfo González Montes, entre obispos españoles en el funeral de Benedicto XVI.
El obispo emérito, Adolfo González Montes, entre obispos españoles en el funeral de Benedicto XVI.
Álvaro Hernández
21:50 • 22 abr. 2023 / actualizado a las 20:00 • 23 abr. 2023

La relativa calma que se respiraba en las últimas semanas en el Obispado de Almería ha vuelto a verse interrumpida. Tras la celebración de la Semana Santa y después de un nuevo encuentro entre el obispo, Antonio Gómez Cantero, y el Papa Francisco, una noticia económica irrumpía con fuerza (y a destiempo) en el panorama diocesano. ¿Por qué ahora?



El digital religioso Infovaticana compartía en su web el contrainforme elaborado por Adolfo González Montes y sus colaboradores allá por diciembre de 2022 y remitido a la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal.



Sin lugar a dudas, el ahora obispo emérito de Almería ejerce así su indiscutible derecho a compartir su visión de la situación financiera de la Diócesis de Almería y, además, salir al paso de las acusaciones que señalan su gestión como causa principal del millonario agujero que, según el actual equipo episcopal y la consultora Deloitte, tienen las cuentas de la Iglesia en Almería. ¿Pero por qué ve la luz pública ahora?



La clave



La más probable respuesta se encontraba, al mismo tiempo, en la capital de España.



Mientras el círculo de Adolfo González Montes filtraba al digital religioso el contrainforme redactado y firmado cinco meses atrás (como respuesta a la auditoría presentada en junio de 2022 al clero almeriense), en Madrid se celebraba la Asamblea Plenaria que reúne en la Conferencia Episcopal a todos los obispos españoles.



Estos dos hechos aparentemente inconexos pueden ir, en realidad, de la mano.



Para buscar la posible motivación de esa filtración, conviene darse una vuelta por esas cuentas que, a través del anonimato, reclaman en Twitter algo muy concreto para la Iglesia de Almería: que Antonio Gómez Cantero deje de ser obispo de Almería.


Aquí hay que volver a preguntarse por qué (o para qué). 


No en vano, hay algo que no va a pasar, aunque el Papa Francisco accediera a esta petición tuitera (hecha con poca elegancia en algunos casos): Adolfo González Montes no va a volver a ser obispo diocesano de Almería. Es emérito o, dicho en proletario, González Montes es un obispo jubilado que no volverá a ejercer como tal, una vez cumplidos en 2022 los 75 años y aceptada por el Papa Francisco su renuncia por motivo de edad. Los que piden que se vaya Gómez Cantero lo hacen, simple y llanamente, para que venga otra pieza episcopal que les encaje mejor. 


Y es aquí donde entra en juego el contrainforme firmado por González Montes junto a Miguel Romera, Manuel Pozo Oller, Juan Torrecillas, Juan Antonio Moya, Carlos Fortes y María del Mar López Andrés.


Enviado a la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal (un órgano dentro de la institución de los obispos españoles) y custodiado por el habitual silencio con el que la Iglesia lava sus trapos sucios, el contrainforme todavía podía tener una segunda vida. Y el momento idóneo era, sin duda, la pasada semana.


¿Por qué?

Hacer público el informe devolvía a las sacristías el aparentemente eterno debate sobre la gestión económica de González Montes y la situación financiera actual de la Diócesis de Almería. 


¿Es deuda o inversión? ¿El innegable aumento de valor de la cartera inmobiliaria del Obispado de Almería justifica esa deuda con bancos de más de 20 millones de euros? ¿Verán nuestros ojos la deuda saldada? Y, sobre todo, ¿está la Diócesis de Almería en la ruina?


Pero más allá de llevar el debate a calles y sacristías almerienses, la filtración del contrainforme sirve para llevar el tema (una vez más) a los pasillos de la sede de la Conferencia Episcopal, en la calle Añastro, justo en ese preciso instante en el que todos los obispos de España están allí. Y aunque la Conferencia Episcopal no sea el Congreso de los Diputados ni los obispos políticos, los corrillos (y los cuchicheos) no son muy diferentes.


Así las cosas, el contrainforme se desvela en el momento más indicado. ¿Para qué? Quizás, para que el tema de la economía de Almería vuelva a ser comentado entre obispos y, a lo mejor, poner en una situación delicada a Gómez Cantero.


Y, en el mejor de los casos para los estrategas de la filtración, conseguir el objetivo final: que Gómez Cantero deje de ser obispo de Almería y llegue a la Diócesis un prelado que haga justicia, limpie la imagen de González Montes y le devuelva el honor perdido. O no.


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