Enix, Felix y Vícar Villa: el corazón del agua late con en la sierra de Gádor

Enix, Felix y Vícar Villa: el corazón del agua late con en la sierra de Gádor

Miguel Arranz
12:50 • 25 jun. 2013

Las penurias sufridas con el agua en Almería siempre han sido legendarias y, por eso, ha sabido buscar y apreciar aquellos puntos donde poder abastecerse. La sierra de Gádor está poblada de acuíferos que han dado a las poblaciones allí asentadas una supervivencia  en  el  tiempo. Podemos comprobarlo en Enix, a veintiséis kilómetros de Almería y que fue (y es) uno de los reclamos para visitarla.  


Enix tuvo un pasado minero importante, con unas minas de las que aún podemos apreciar sus ruinas en el Marchal de San Antón. A finales de la década de los cincuenta del siglo pasado fueron abandonadas y ahora muestran un espectáculo de rara belleza pero del que debemos ir con cuidado para no acabar la ruta tragados por una de sus profundas simas.  


 




Agua y viento


Pero para ir con más tranquilidad,  nos  podemos acercar a uno de los primeros parques eólicos de  la  península. Una zona generosa en vientos que fue pionera en lo que ahora es casi una plaga en las sierras  y  páramos  del país.




En Almería, los encontramos desde Fiñana hasta Sierra Alhamilla  y,  al parecer, con ganas de crecer. En los cortijos de Enix podemos apreciar elementos de la cultura del agua como aljibes, canales, pozos y fuentes. En sus fuentes es muy normal encontrarnos con paisanos haciendo cola para llenar garrafas y es que sigue siendo muy apreciada las aguas serranas de Enix. Un pueblo que parece tener un imán en las nubes y que tiene un índice de pluviosidad muy por encima de la exigua media almeriense.


 




Camino Viejo


Desde Enix, parte el antiguo camino que conectaba con la capital. Veintiséis kilómetros que lleva al paraje de Fuente de la Higuera, sigue por el sendero de las Minas del Pocico y que lleva hasta la mismísima Alcazaba. Una aventura recomendable en primavera y para los que estén en buen estado de forma y que nos da una visión diferente de nuestra capital.


 


Los acueductos de Conan


Felix, al igual que Vícar Villa, es otro rincón blanco en esta zona de la sierra de Gádor y hace unos siglos, fue la cabeza de partido de Roquetas, entonces, un caserío de pescadores. El tiempo ha pasado, y Roquetas es la gran ciudad que conocemos quedándose Felix con el encanto de pueblo morisco en sus encaladas casas y que, al igual que Enix, muestra con generosidad el agua de sus manantiales. Un detalle es su remozado lavadero público.


Felix es callejear y aislarse de la cercanía de las metrópolis  almerienses que la cercan: Almería, Roquetas, El Ejido y Vícar. Compartiendo con este municipio están los monumentales acueductos de Carcauz, como el de los Veinte Ojos.


El complejo hidráulico está formado por estos acueductos, una balsa y una larga acequia que irrigaba de una gran superficie de cultivo además de servir para mover piedras de molino en su recorrido. Fueron además, un escenario natural para la legendaria versión de John Milius de Conan El Bárbaro.


Una pista forestal  de una decena de kilómetros desde el mismo Felix nos lleva a este impresionante barranco. Desde Felix existen otras rutas que alcanzan la fuente del Lentisco, el Marchal de Antón López y el cerro de la Matanza, cuyo nombre lo toma por la sangrienta sofocación de  la revuelta de los moriscos de la Alpujarra y que fue llevada a cabo por el Marqués de los Vélez, que realizó esta labor en casi toda la provincia.  La población morisca, no queriéndose someter al cristianismo, se suicidó, tirándose por dicho cerro. En estas zonas agrestes  no será raro que nos topemos con alguna cabra montés, muy descaradas últimamente. Muy recomendable realizar estos paseos en la primavera, con unos matorrales de un amarillo intenso y que nos puede regalar unas vistas sobre el mar excepcionales.



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