De Quinn en los toros a la ‘chochona’ de The Pogues: todo es posible en la Feria

La tradición cinematográfica de Almería nos ha dejado historias impagables. Como la de Anthony Quinn y Alain Delon reprendidos por la Policía en la

Anthony Quinn en la Plaza de Toros de Almería.
Anthony Quinn en la Plaza de Toros de Almería.
Marta Rodríguez
01:00 • 25 ago. 2015

El cine y la Feria constituyen un binomio que a priori parece difícil de casar, pero en la tierra donde Clint Eastwood, Omar Sharif y Arnold Schwarzenegger empezaron a forjar su leyenda no hay nada imposible.




De todas las estrellas del celuloide que han pasado por Almería desde el inicio de su edad dorada como plató de grandes producciones, en los años 60, existe constancia gráfica de que Anthony Quinn visitó el coso de la avenida Vilches. El historiador del cine José Márquez asegura que el actor, ganador de dos premios Óscar, estuvo en la Plaza de Toros de Almería al menos en dos ocasiones: en 1962, año de la filmación en la provincia de ‘Lawrence de Arabia’, y en 1965, tras el rodaje de ‘Mando perdido’. “Lo que no está claro es si las corridas en cuestión se enmarcaban en la Feria Taurina”, apunta.




En este sentido, según la Guía del Cine del Instituto de Estudios Almerienses (IEA), el rodaje de la célebre película de David Lean concluyó en julio, mientras Mark Robson dio el último golpe de claqueta a su filme a mediados de agosto, de modo que el festejo de 1965 probablemente sí se encuadró en la semana grande.




Esta hipótesis se apoya además en una delirante anécdota que tiene como protagonistas a Quinn y a Alain Delon (otro icono del cine, esta vez europeo, en nuestra Feria, ya que ambos compartían reparto en ‘Mando perdido’) y que se desarrolló en esa tarde de toros en la que ninguno salió a hombros por la puerta grande. Porque, tal y como desveló el abogado Fausto Romero-Miura en LA VOZ en 2002, ambos intérpretes acabaron siendo reprendidos por la Policía.




“Alain Delon se pasó de listo y la Policía, que no se lo pensaba dos veces, le pegó una guantá. Porque el gabacho, acompañado de Anthony Quinn, se empeñó en pasar al Tendido 3 en plena corrida; la Policía, lógicamente, no le dejó; el divo no se avino a razones y la Policía pensó que la letra, con sangre, entra”, publicaba Romero-Miura.




En una entrevista a este diario en 2010, José Márquez se refería a este suceso y aseguraba que los dos acabaron de patitas en la comisaría. 




Actores, rodajes
Más allá de la presencia de estas célebres personalidades, en el año 86 nuestra Feria se celebró a poca distancia de un rodaje, el de ‘Directos al infierno’, de Alex Cox. Con Joe Strummer -que ese mismo año puso fin a The Clash- y Courtney Love en el elenco, la producción trajo a la ciudad a los integrantes de la banda The Pogues. “Los músicos se hospedaban en el Gran Hotel y no podían dormir por el ruido de la fiesta, que en esa época se ubicaba en la zona del Puerto y el Parque”, señala Márquez. 




A lo que añade Antonio Jesús García ‘Che’, fotógrafo y cinéfilo: “Debieron de pensar eso de ‘si no puedes con tu enemigo, alíate a él’ porque se bajaron al recinto y decapitaron a una muñeca chochona, hartos de oír cómo las sorteaban en la tómbola. Aquello fue un escándalo”.


Su canción ‘Fiesta’ inmortalizó para siempre esta loca historia que dio a conocer en 1988 el periodista y músico Nacho Para. La letra no sólo hace referencia a esta tierra, sino que alude al hecho de que le arrancaron la cabeza a la muñeca. “Debería ser el himno oficioso de Almería, a ellos los lanzó a la fama mundial y hoy, treinta años después, siguen cerrando sus conciertos con el tema”, indica ‘Che’, quien llegó a proponer a algún político traer a The Pogues y hacerles el homenaje que merecen. No obtuvo respuesta.


El rodaje de ‘Directos al infierno’ dio para una anécdota más. Courtney Love -que más tarde se convirtió primero en la mujer y luego en la viuda de Kurt Cobain, líder de Nirvana- perdió su diario durante aquella estancia en Almería. Así lo atestiguó el periodista Alberto Gutiérrez en ‘El Mundo’ en 2007.  Un diario que llegó a las manos de un chico de 16 años que sólo entonces comprendió que en su tierra no hay nada imposible. Y menos en Feria.



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