Camilo Sesto y la discoteca Apocalipsis

En julio se cumplirán 50 años de la primera actuación de Camilo Sesto en Almería

El cantante Camilo Sesto con una admiradora en la entrada de la discoteca Apocalipsis Club de Aguadulce en julio de 1973.
El cantante Camilo Sesto con una admiradora en la entrada de la discoteca Apocalipsis Club de Aguadulce en julio de 1973.
Eduardo de Vicente
20:07 • 21 jun. 2023

El verano de Almería pasaba por el escenario de nuestro genuino Festival de la Canción que durante unos años nos dio prestigio y nos hizo creer que podía llegar a ser tan importante como el que se celebraba en Benidorm. A comienzos de los años setenta, el  verano empezaba cuando llegaban los primeros cantantes y terminaba en la Caseta Popular el último día de feria. 



Almería vivía entregada a las grandes actuaciones: el Festival de la Canción, los Festivales de España, las verbenas populares y los recitales de la Caseta Popular por donde solían pasar los cantantes de moda de cada temporada. 



En 1973, hace ya cincuenta años, la gran estrella de nuestro verano fue sin duda el cantante Camilo Sesto, que aquel año ocupaba los puestos de cabeza de las listas de éxitos nacionales con discos que hicieron historia como ‘Amor, amor’ y ‘Todo por nada’. Sus apariciones por televisión lo habían elevado al olimpo de los dioses y su presencia tenía el éxito asegurado.



Aprovechando la popularidad del artista, los organizadores del ‘IV Festival Internacional de la Canción en la Ciudad Luminosa de la Costa del Sol’ pensaron que contratar para el fin de fiesta a Camilo Sesto era la mejor forma de ponerle el broche de oro a un acontecimiento que ya contaba en su nómina con artistas de la talla de Lola Flores y Fernando Esteso.



La presencia de Camilo Sesto llenó hasta la bandera el modesto patio del colegio de la Salle, que aquel año fue el escenario de nuestro festival. El éxito de público fue indudable, mucho más que el  económico, ya que como era costumbre en aquellos tiempos en nuestra querida tierra, el número de los espectadores que pasaban por taquilla en los espectáculos que organizaba el ayuntamiento no solía superar al número de asistentes que como aquí solíamos decir “entraban de gañote”. Las invitaciones volaban antes que las entradas y los mejores sitios en las primeras filas eran siempre para los familiares de los organizadores, para los que tenían un amigo en la Comisión de Festejos o para los que trabajaban en la Casa Consistorial.



Aquel día Camilo Sesto tuvo un doble protagonismo en Almería, ya que después de su actuación en los jardines de la Salle se presentó en Apocalipsis Club, una de las discotecas que estaban de moda en la zona de Aguadulce. Su presencia no pasó desapercibida para nadie y el cantante de Alcoy se convirtió en la estrella de la pista, de la barra y hasta del cuarto de baño. No  podía dar un paso sin que lo pararan para pedirle un autógrafo y hubo alguna que triunfó a lo grande retratándose con el divo en una época en la que hacerse una foto con un cantante rozaba el milagro. 



Desde entonces, Apocalipsis empezó a ganar terreno en el mundo de la noche y llegó a ser una de las discotecas de referencia a mediados de los años setenta, famosa por ser la que más aforo tenía en su tiempo, con capacidad para trescientas personas. Apocalipsis fue un auténtico templo en la organización de fiestas especiales, siendo una de las primeras salas que rompió la tradición de celebrar la Noche Buena en las casas. El 24 de diciembre de 1975 abrió sus puertas para dar una gran fiesta navideña a sus clientes, poniendo en escena a un Papa Noel repartiendo regalos. 



Apocalipsis se apuntaba a los cotillones de Noche Vieja, al día de los enamorados y a los bailes de disfraces cuando llegaban los días del carnaval. A  finales de los años 70, cuando la competencia en la zona la obligaba a abrir nuevos caminos, la célebre discoteca de Aguadulce puso el acento en las actuaciones en directo, llevando a su escenario a artistas de la talla de Bambino. Por allí pasaron también los grupos almerienses que entonces estaban de moda como Teddy Boys y Amarillo


Para ser rentable, ya no era suficiente con la fiebre del sábado noche y el baile de los domingos. Cuando llegaba el verano celebraba el concurso de Miss Apocalipsis y no paraba de poner en marcha nuevas iniciativas para poder sobrevivir. La crisis alcanzó el negocio de pleno y tuvo que cerrar unos meses buscando otras alternativas. El uno de abril de 1980 volvió a abrir sus puerta tras una importante reforma, pero los tiempos habían cambiado y las discotecas empezaban una lenta pero imparable decadencia.


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