El suministro de motores y barcos españoles al capo de las pateras

El presunto señor de las pateras argelinas alimentó la ruta con motores y barcos de españoles

Foaud N., a la izquierda, lleva a tres migrantes desembarcados a la Estación Intermodal de Almería
Foaud N., a la izquierda, lleva a tres migrantes desembarcados a la Estación Intermodal de Almería La Voz
Javier Pajarón
07:00 • 14 feb. 2021

Fawzi entró en pánico. A borbotones. La palpitación de las pulsaciones disparadas. Y la vibración del agua inundando sus pies, mientras la embarcación detenía las ondas de la navegación y un helicóptero zumbaba en el horizonte de Cabo de Gata. “Se ha averiado, nos hemos quedado tirados. ¡Estamos en peligro! ¡Ahora mismo estamos achicando agua! ¿Escuchas el agua? ¡Esto es una catástrofe!”.




Eran las cinco de la madrugada del pasado 18 de agosto y al otro lado del teléfono no estaba la torre de Salvamento Marítimo de Almería sino la voz nerviosa de Fouad N., el presunto capo del tráfico de inmigrantes detenido por la Guardia Civil en el marco de la Operación Sidegar. “Mete la embarcación en San Pedro de inmediato, no concibo que mueras en el intento”.




Fawzi y su compañero Ahmed eran ‘pateristas’ de origen argelino que deseaban regresar a las costas de Orán después de haber realizado un transporte clandestino de inmigrantes. Unas horas antes, Fawzi había manifestado a Fouad N. su malestar por las condiciones de la embarcación, comprada a ciudadanos españoles en Las Norias de Daza y botada por la rampa del embarcadero de la calle Bahía de las Negras, en la pedanía nijareña del mismo nombre.




La Cala San Pedro es un emplazamiento inexpugnable dentro del parque natural, donde se han crecido pequeños asentamientos hippies y los traficantes hacen raras incursiones por la dificultad para ofrecer cobertura en tierra. Aquella mañana del mes de agosto, los dos ‘pateristas’ no solo estuvieron a punto de perder la vida en Alborán sino que ni siquiera pudieron esconder la embarcación en esa playa. Literalmente, se la quitaron de las manos. “Hemos discutido con unos que se han llevado la embarcación. Los he grabado, tengo dos o tres vídeos”.







El “material”, como llaman los sospechosos de forma reiterada a barcas y motores, es parte clave de la nueva ruta de las pateras-taxi entre Argelia y Almería y Murcia. Por primera vez, de forma sistemática, las redes de tráfico de seres humanos compran en España (y a españoles) las embarcaciones con las que desbordarán sus fronteras marítimas. Un salto cualitativo.




El año pasado llegaron a las costas de Almería unos 5.300 inmigrantes irregulares, según Frontex (algo menos de 5.000 según el Gobierno). Como reconoció el propio ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, el flujo desde Argelia es la mayor preocupación actual en materia migratoria tras, obviamente, la crisis humanitaria en las Islas Canarias.




Los expertos de la Brigada de Información de la Guardia Civil describen con todo lujo de detalles el modus operandi de los grupos criminales en las diligencias de las operación Sidecar (Carboneras), Sidegar (Garrucha) y Limestone, consultadas por LA VOZ DE ALMERÍA.


Fouad N., investigado en Sidecar y encausado en Sidegar, tiene un papel central en la explosión de la ruta argelina durante la pandemia. Su historia de crecimiento desde un simple ‘paterista’ en julio de 2019 a un potente organizador de desembarcos en 2020 es paradigma de un nuevo modelo.


Según informes, Fouad N. controlaba tres viviendas para dar cobertura temporal a los ‘pateristas’ y estaba levantando toda un red logística a disposición de las mafias en origen, con las que habría entablado conversaciones en la primera mitad del año 2019, antes de ser detenido por un transporte irregular descubierto por la Policía Nacional.


Ida y vuelta

En una conversación captada a las 16.37 horas del 25 de julio, en el momento de mayor afluencia de pateras del año pasado, Fouad de Almería hace alarde de sus capacidades en una conversación con un traficante (X) radicado en Argelia e interesado en hacer negocios.
 
F. - Todo lo que estáis mandado vosotros es mío.
X .- Mira si me encuentras uno de 250 (un motor de 250 caballos).
F. - Hay de todo.
X. - (…) de seis metros cuarenta (barcas) y hay 113 motores. ¿Me entiendes? 113 motores desmontados, cuatro toneladas, los hemos comprado.


Cada motor, cada nave, no supone exactamente una patera. Como han relevado informes de la Policía Nacional (Operación Trópico, febrero de 2020) y la Guardia Civil, las constantes vitales de la inmigración en Alborán han cambiado. Las agónicas lanchas de goma sobrecargadas de los inmigrantes subsaharianos, responsables de miles de muertos, han dejado paso a lanchas rápidas capaces de descargar en tierra antes de la irrupción de las patrullas y regresar a Argelia. Su objetivo no es encontrar la mano amiga de la Guardamar de Salvamento Marítimo, sino orillar en Cabo de Gata y correr montaña arriba.


El sospechoso tenía planes para exprimir la ruta durante meses. Para ello necesitaba suministros y liquidez para fletar nueva naves. A las 11.18 horas del 4 de agosto de 2020, los agentes de la Guardia Civil captaron la llamada a una empresa en A Coruña, candidata a proveedora. En la conversación no se desvela un conocimiento de los vendedores de la presunta actividad de Fouad.


Fouad. - Nosotros queremos comprar motores de 200 a 300 caballos.
Mujer. - Vale, ¿para qué zona es?
F. - Somos de otro país, pero vivo aquí en España, en Almería.
M. - Yo no cobro IVA... solo hay que ponerle 300 euros del envío.
F. - ¿Cuánto tarda?
M. - Entre 7 y 10 días. ¿Para dónde sería?
F. - Argelia. Nosotros lo cogemos aquí y lo mandamos a Argelia.
M.- Ah, vale.


En cualquier caso, las mafias buscaban múltiples vías para el suministro de embarcaciones, especialmente en momentos de alta demanda desde los enlaces en Argelia (los investigados hablan de lugares como Layoun, en el interior del país, o Corales, Cabo Falcón o Arzew en la costa). La investigación consideran probada la connivencia de ciudadanos españoles, particulares distribuidos por distintos puntos del país.


Una llamada de presunto colaborador de Fouad N. a las 14.59 horas del 31 de julio ilustra el radio de acción de la organización. En la conversación exploran las posibilidades de nutrirse de un depósito judicial, con gestiones avanzadas para reflotar naves, antes decomisadas.


F. - ¿Cómo está?

D. - No he mirado eso, tío. Ha salido. El hombre del depósito ha salido.

F. - ¿Pero tiene algo bueno?

D. - Sí, tiene un montón, seguro. Están ya liberados y todo, los barcos.

F. - ¿El lunes?

D. - Están ya liberados. El lunes tengo que ir. El hombre está de viaje este fin de semana.

F. - Pues seguro el lunes, para guardarnos lo que necesitamos ahora.

D. - Claro, claro.


Mayor actividad del año

Un informe de la Agencia Europea de Guarda de Fronteras y Costas (Frontex) ya alertó a finales del año pasado de cómo las mafias intentaban desbordar las capacidades de las autoridades españolas lanzando muchas barcas a la vez. Habla de “redes de tráfico de personas que lanzan salidas simultáneas de migrantes hacia España” y prevé que “el número de llegadas desde Argelia seguirá siendo elevado”.




Según diligencias del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número Cuatro de Vera, Fouad N. está presuntamente relacionado con la organización de las llegadas masivas a Almería entre noviembre de 2019 y septiembre de 2020. Su nombre emerge, por ejemplo, en la recordada madrugada del 24 de julio, cuando decenas de pateras irrumpieron a la vez en la línea de costa, a la altura de Carboneras. Las patrulleras interceptaron 24 botes con 292 personas.


Cinco embarcaciones consiguieron tocar suelo almeriense y un número indeterminado arribó, descargó y regresó a Argelia por el mismo camino. Entre los ocupantes se hallaba Albdelkarim A., cuñado de Fouad N., considerado como promotor del viaje.


Esa misma noche, otros 400 migrantes acabaron hacinados en el Puerto de Cartagena (Murcia). “Desde Málaga hasta Murcia está en mis manos”, contaría luego Fouad N. a un conocido en Argelia, identificado como Walid, en una conversación telefónica el 6 de agosto.  


El Instituto Armado trazó un perfil del sospechoso y, más aún, toda la gama de recursos a su disposición. Viviendas, vehículos, teléfonos, puntos de entrada-salida en puertos y calas, lugares de destinos secundarios, personal a su cargo…Y compras de embarcaciones y motores por decenas de miles de euros en Málaga, Alicante y municipios pesqueros de Almería. Los agentes siguen el rastro de las mafias, organizaciones como la edificada por Fouad N., y la huella de su fortuna.


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