“Eso de vacunar del coronavirus en enero lo veo muy muy difícil”

Entrevista a Francisco Giménez, pediatra y experto en vacunas

Francisco Giménez posa para el fotógrafo Juan Sánchez.
Francisco Giménez posa para el fotógrafo Juan Sánchez.
Antonia Sánchez Villanueva
12:43 • 15 nov. 2020

Bata blanca impoluta sobre pijama azul con el anagrama del hospital cuyo área de Pediatría dirige en Almería (también el de la misma cadena en Granada), fonendo al cuello, y pantalla de videoconferencia de por medio, el doctor Francisco Giménez, conocido médico almeriense con una notable reputación como experto nacional e internacional en vacunas, no pierde la sonrisa tras una intensa semana de consultas, reuniones y pacientes. 



Además de su tarea como pediatra, está al frente del Instituto Balmis de Vacunas, una entidad dedicada a la investigación, formación y cooperación internacional en esta materia. Muchos de sus veranos los dedica a arrear con el instrumental hacia países en vías de desarrollo para poner en marcha campañas de vacunación de enfermedades que en nuestras sociedades están erradicadas. Cuando habla de vacunas, sabe de lo que habla. Está al frente de las Jornadas Internacionales de Actualización que se han convertido en todo un referente por su nivel científico, y de las que a finales de este mes se celebran nuevas sesiones. 



¿Los virus se comportan de manera caprichosa? 



Dicho claramente, sí. A veces escogen su víctimas. Yo lo comparo siempre con una cerradura y una llave. Las células del sistema immune tienen una serie de receptores a los cuales el virus se puede unir y producir una respuesta u otra. Depende del virus en sí y de factores del huésped. Lo que sí sabemos es que hay patologías como la cardiovascular o la diabetes y factores como la edad que hacen que el virus desencadene un cuadro más grave. Posiblemente factores genéticos produzcan una respuesta mucho más grave. Esto lo hemos estudiado con otros gérmenes, nosotros hemos colaborado mucho con la Universidad de Santiago en el estudio del meningococo. Hay niños que pueden llevar meningococo en su garganta sin producirle nada y hay otros que en 6-8 horas, el niño muere. Llega un momento en que el virus abre esa cerradura y produce ese cuadro tan grave. Como bien decías, a veces son los caprichos de la naturaleza. 



A pesar de todos los avances en Medicina, ¿las pandemias son consustanciales a la propia humanidad, existirán siempre?



Hasta ahora, por lo que sabemos, pandemias ha habido, hay y posiblemente vaya a haber si el ser humano no hace cambios en su forma de interaccionar con el medio animal y con el medio ambiente. Hay un concepto que en inglés se le llama One Health, una salud única, que últimamente ha tomado mucho protagonismo a raíz de la pandemia. Y es que la salud animal interacciona con la humana y con la medioambiental. No podemos intentar llevar la salud humana por nuestra cuenta y que los animales estén interactuando con personas, como pasa en el origen de esta pandemia y de otras como la de la gripe A. Como el ser humano no haga cambios sustanciales, probablemente tengamos pandemias en el futuro. 



¿Ve cercano ese cambio de mentalidad en la forma de interactuar? 



Hasta ahora lo veía bastante difícil porque a este concepto de One Health no se le prestaba atención. De hecho, yo he estado durante seis años de representante español en la red europea de One Health y casi era una cosa de un grupo de locos veterinarios, médicos, especialistas en medio ambiente. Es verdad que la Unión Europea ya desde hace años estaba viendo esto. Yo creo que a raíz de la pandemia uno de los cambios posibles puede ser este. A propósito, el día 30 de noviembre, dentro de las jornadas de vacunas, María Neira, directora general de Salud Pública de la OMS, va a hablar sobre la salida verde a la pandemia, y va a estar junto a Manuel Butler, director ejecutivo de la Organización Mundial de Turismo, porque el turismo influye sobre el medio ambiente muchísimo. 


La sociedad mundial está esperando a que llegue la vacuna. Cuando una multinacional como Pfizer anuncia que tiene ya una con eficacia del 90 por ciento, ¿nos lo tenemos que creer?

Lo que ellos han hecho es un estudio fase 3, incluyendo 43.000 personas voluntarias en el ensayo clínico. De esas 43.000, la mitad han recibido la vacuna y la otra mitad un placebo y van vigilando para ver si alguna tiene la infección. Lo que Pfizer emite en su comunicado es que de las noventa y cuatro personas que ya han tenido el Covid, son muchas más las que no habían recibido la vacuna, concretamente un 90 por ciento más. Lo que tengo que decir es que son datos muy muy preliminares. Y segundo, los datos que presentan son después de 28 días de seguimiento después de la primera dosis, es muy poco. Tenemos que esperar a que sigan vigilando. Dicho esto, es una noticia positiva porque ya nos da un indicador. Si ayuda a que suba la bolsa, a que se anime la economía, bienvenido sea, pero son datos muy preliminares. En cualquier caso, tienen que llegar hasta ciento sesenta y cuatro casos que hayan padecido Covid, que es lo que le pide la agencia reguladora del medicamento en Estados Unidos. Y una vez que está todo, las agencias reguladoras tienen que analizar toda esa documentación, los efectos secundarios, que la eficacia sea al menos más del 50% y que haya una seguridad. 


¿Son datos prematuros?

Prematuros no sería la palabra, porque sería como lanzarlo antes de tiempo. Son preliminares, esa es la palabra. Están bien, pero los definitivos todavía no están. 




Se habla ya de vacunar en los primeros meses del año próximo, se están comprando millones de vacunas. Pero por lo que comenta, no parece que los plazos vayan a ser tan cortos. 

Como persona que lleva dedicada a las vacunas muchos años, lo veo muy, muy difícil, porque tienen que pasar la agencia reguladora, hay que fabricar las vacunas y luego distribuirlas.  Esta de Pfizer se conserva a menos 80 grados. Los que hemos trabajado con muestras a menos 80 grados sabemos que es muy difícil de mantener y muy costoso, nos vamos a una tecnología que no todos los hospitales tienen, los centros de salud ninguno, y habría que establecer una red de frío que llevaría su tiempo. Por lo tanto, eso del mes de enero lo veo muy difícil. Y lo de la compra de las vacunas que hace la Unión Europea, igual que el gobierno americano o el británico, lo que hace es compartir gastos. La industria farmacéutica siempre ha asumido los riesgos de manera solitaria. El gran avance es que la industria dice vale, vamos a investigar, pero nos adelantáis parte del dinero y luego os lo vamos a dar en vacunas.


¿En el anuncio de Pfizer hay algo de querer asegurar la financiación de la investigación? 

Yo creo que sí. Pfizer lo que hace es compartir, en este caso con la Unión Europea. Pero además, posiblemente en ese contrato haya asumido algún riesgo también. ¿Y si la vacuna se cae porque se detecta que no tiene inmunidad duradera o porque hemos encontrado un efecto secundario? Podría pasar. Está bien que la administración pública también diga vamos a compartir con vosotros esto en bien de la humanidad. A mí me parece que es un avance importante. A la industria farmacéutica la vemos a veces con sospecha pero yo creo sinceramente que en este caso podemos controlar mejor la calidad y la eficacia en la vacuna. 


Este anuncio temprano, ¿frena los demás ensayos de otras compañías?

No, no creo. Cada ensayo lleva su paso. El recorrido de los ensayos no creo que se vea influenciado por los anuncios de nadie. Es cierto que las fases 1, 2 y 3 se están solapando y se está haciendo tan rápido porque hay muchos más recursos que normalmente. Probablemente en unas semanas tengamos otro laboratorio que también diga algo, estoy casi seguro. De hecho, al día siguiente ya los rusos dijeron que ellos tenían una del 92 por ciento…


Recuerda a la carrera espacial. 

Sí, sí. Pero yo creo que probablemente AstraZeneca y Moderna, en pocas semanas den algún anuncio también. Pero una cosa es lo que anuncie la compañía, y otra cosa son los datos que tienen que publicar en una revista científica. Y esos datos no están publicados hasta hoy. Hasta entonces, no podemos decir nada en firme. 


¿En la investigación en vacunas puede haber atajos?

Más que atajos diría que se puede acelerar todo el proceso en el sentido de que se pueden solapar fases. La fase 1 la puedo solapar con los inicios de la fase 2 y la fase 2 no necesito acabarla para empezar la 3. Y además, si invierto mucho dinero, y tengo muchísimos investigadores, eso me ayuda a aumentar reclutamiento de sujetos que participan en el ensayo clínico. Imagínate que no tuviéramos la pandemia, encontrar esos 43.000 sujetos habrían sido años. Además, el proceso de las agencias regulatorias se hace mucho más rápido porque es prioritario. Pero esto no tiene que hacer que la vacuna sea menos segura. 


¿La posibilidad de que se llegara a fabricar, comercializar e implantar una vacuna que no tuviera todas esas garantías de ensayo sería factible? 

Con 43.000 sujetos se pueden ver efectos secundarios que sean relativamente frecuentes. Sólo se podría escapar un efecto secundario que fuera muy poco frecuente. Eso se vigila una vez que la vacuna ha sido aprobada, en la fase 4. El que una vacuna esté aprobada no quiere decir que se deje de vigilar. Lo que no podemos esperar es en fase 3 a que haya un millón de personas vacunadas para poder aceptar la vacuna. Lo que sí podemos estar tranquilos es que las vacunas están mucho más vigiladas que cualquier otro medicamento. 


Como experto, ¿tiene alguna duda de que finalmente se conseguirá? 

Yo estoy convencido. En estos meses todo el mundo ha dicho muchas fechas. A mí me han hecho mucho la pregunta. No voy a decir ninguna fecha, siempre he dicho que a lo largo de 2021. Y yo creo que vamos a tener no una, sino varias y con el tiempo saldrán otras mejores. Al final tendremos la vacuna duradera hasta que acabemos con esto. 


¿Se corre el riesgo de que con la inminencia de la vacuna se olviden las medidas preventivas?

Estoy de acuerdo. Yo creo que anuncios como el del ministro, muchos consejeros de salud, incluido el de Andalucía, de que en diciembre iba a estar la vacuna, otros que en enero, a la población le inyectan optimismo y esperanza, pero hacen que algunas personas que no sienten la pandemia como un riesgo se relajen en sus medidas. Y yo creo que esto es un peligro importante. Yo me quedaría con que los datos de la vacuna son muy preliminares, pero hay que tener mucho cuidado con especular con fechas y con esperanzas que pueden hacer que la población relaje sus medidas. Sobre todo no nos olvidemos de la gente joven que en muchas ocasiones ven la pandemia como algo no próximo. Una vacuna no pasa del laboratorio a la farmacia o al hospital tan rápido, hay un proceso que a veces podemos acelerar, pero no se puede hacer de la noche a la mañana. 




¿Qué puede pasar en África, donde no se puede pensar en frigoríficos de menos 80 grados?

Exacto. Hace unos días en un congreso de cooperación internacional dije que una vacuna como la Pfizer, llevarla a África es prácticamente imposible hoy por hoy. Yo he trabajado con vacunas en África y cuando vas a pueblos donde no hay luz llevar vacunas en unas mínimas condiciones cuesta muchísimo trabajo. Yo pienso que esta vacuna de Pfizer no está pensada para los países en vías de desarrollo. Pero hay muchas otras plataformas que están intentando desarrollar vacunas cuya fabricación sea mucho más barata. Las estrategias locales no valen para nada. Si nos vacunamos todos los occidentales, pero la pandemia sigue en el resto del mundo, nos va a volver. La OMS está trabajando muchísimo en eso. 


¿Cuánto os lamentáis los expertos de la falta de recursos en ciencia, investigación y tecnología sanitaria?

Bueno, nos lamentamos muchísimo. Pero ya Ramón y Cajal en su tiempo se lamentaba. Lo que España dedica a la ciencia es ridículo en comparación con el resto de estándares europeos y occidentales. La ciencia médica debe recibir más inversión pública. Todo el dinero que tú inviertas, al final lo ganas. A pesar de ello, España tiene investigadores de primer nivel, somos bastante productivos. Es importante destacarlo. 


 ¿Qué cara se le queda cuando escucha las teorías negacionistas? 

¡Uf! (Risas) Bueno… Hasta algunos de Almería se han hecho famosos la primera semana de la pandemia con lo de los vahos de vapor para combatir el Covid. Creo que vivimos un momento crítico en el tema de información médica y de cómo los bulos se expanden. Yo creo que la población debe estar un poco alerta y prestar atención a fuentes fiables. En ese sentido el Instituto Balmis con la Universidad de Almería hemos firmado un convenio en el cual hemos creado el Observatorio Nacional de Vacunas en Redes Sociales. Aquí llega Miguel Bosé, dice una cosa y nos podrá parecer escandaloso, pero hay muchas personas que le hacen caso. Hay que contrarrestarlo y tiene que ser con una evidencia científica. Esto está originando un cambio muy importante dentro de la comunicación médica. Nos tenemos que poner las pilas. 


¿Qué ha demostrado nuestro sistema sanitario ante un embate como este? 

Partiendo de que ningún sistema sanitario podía estar preparado para una cosa como esta, pienso que nuestro sistema estaba menos preparado que otros, aunque nos pensábamos que estaba mejor, y que el sistema ha subsistido y sigue subsistiendo gracias a sus profesionales, desde el celador hasta el cirujano, los médicos de urgencias, las enfermeras y todos. Se está haciendo a base de ese sobreesfuerzo y no os quepa la menor duda a la población que aquí va a aguantar todo el mundo hasta la extenuación, pero los políticos ya deberían haber reaccionado. No se debe basar sólo en el esfuerzo del personal. 


¿Es más útil el mando único o la cogobernanza? 

Yo pienso que un mando único sería lo ideal a través de un comité de expertos, y luego puede haber ciertas peculiaridades en cada región, pero lo que no me parece bien es que cada uno tire para un lado. Me da la sensación de que a las comunidades autónomas se les ha dejado abandonadas, hablando claro. Sería deseable algo más coherente.  



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