“El confinamiento provocó una reducción de la satisfacción sexual ”

Entrevista a Manuel Lucas, médico y sexólogo

Manuel Lucas, médico y sexólogo.
Manuel Lucas, médico y sexólogo. La Voz
Miguel Cabrera
17:21 • 13 nov. 2020

Manuel Lucas , médico y sexólogo, presidente de la Sociedad Española de Intervención en Sexología y ex delegado provincial de Salud en Almería, ha participado en un relevante estudio realizado por la Academia Internacional de Sexología Médica, de la que es miembro vitalicio, sobre los efectos del pasado confinamiento en la convivencia entre las parejas y su vida sexual.  Se realizó una encuesta online en países de habla hispana, a la que respondieron 5.178 personas,  y otra en Brasil y Portugal. El elevado número de encuestados hace que de sus resultados se desprenda una elevada fiabilidad.



¿Cuál ha sido la principal conclusión de este estudio?



Los más llamativo es el efecto del confinamiento sobre la satisfacción sexual, que ha caído un 33.75%.  De un 84.1% antes del confinamiento a un 50.35%, durante el mismo. En España ha disminuido de un 81.6% a un 56.8%. Definitivamente, el confinamiento ha afectado a las relaciones de pareja, pero mucho más a la satisfacción sexual de las personas.



¿Pero a quién ha afectado más esa situación en su satisfacción sexual y de pareja?



El 45% de las personas encuestadas han tenido cambios en sus relaciones de pareja durante ese tiempo. Y ese cambio ha sido para mejorar en el 50.74% y para empeorar el 49.6%. Posiblemente, el confinamiento ha mejorado las relaciones de pareja que eran estables y buenas, porque han dispuesto de más tiempo para compartir juntos, y ha empeorado las que ya estaban mal, ya que han tenido más tiempo para agudizar los conflictos latentes.



¿En qué medida ha afectado a este resultado las condiciones de cada persona durante su ‘encierro? ¿Es este un factor importante?



Solo el 41.54% de las personas encuestadas consideran adecuadas las condiciones de su confinamiento. En España un poco más: 48.2%. Otro dato es que las mujeres de la encuesta total, son ‘perdedoras’, porque solo el 40.7% frente al 45.8% de los hombres están confinadas en condiciones adecuadas. Están confinadas solas el 33.85% de las personas. En España el 21%. 



El 36% están confinadas con familia ampliada, con lo que ello supone para la intimidad de la pareja. Eso en España es mucho mejor, solo un 15%. Todos estos datos sobre las condiciones del confinamiento son importantes, pero lo son también sobre el efecto de este confinamiento sobre las relaciones de pareja y sobre la satisfacción sexual.


¿Qué condiciones son las que más perjudican a las relaciones de pareja,  según el estudio?

Sobre todo las viviendas muy pequeñas, las menores de 40 metros cuadrados. Hay una diferencia muy grande respecto al resto.


¿Cuáles han sido las actividades sexuales más practicadas en esos meses, atendiendo a los resultados de la encuesta?

La masturbación ha sido la actividad sexual más frecuente durante el confinamiento, un 38.13% en toda la muestra latinoamericana. No así en España, donde las relaciones sexuales con la pareja han sido la actividad más frecuente. Un 45.6%, frente a la masturbación, un 32.7%. 

En cambio, las relaciones sexuales virtuales, a pesar de lo que podría esperarse en un confinamiento, solo han sido la actividad sexual más frecuente en un 15.18%. Y en España, mucho menos, un 7.1%. El 12.83% no han tenido actividad sexual. En España un 13.6%.


Ahora que ya se habla abiertamente de un nuevo confinamiento domiciliario, ¿quienes en el primero tuvieron una mala relación en su día a día de pareja, pueden utilizar esa experiencia para mejorarla, en una ‘segunda oportunidad?

R-Rotundamente, no. Creo que un segundo confinamiento para estas personas que tuvieron una mala convivencia de pareja, en las mismas circunstancias, puede ser demoledor. Quien lo ha pasado mal antes lo va a volver a hacer, igual que puede volver a ser positivo para quien tiene una buena relación de pareja. 

Tenga en cuenta que los conflictos son consustanciales a la pareja y que no todo el mundo sabe resolverlos. La monogamia no es consustancial al ser humano, ni mucho menos: más del 80% de las culturas no son monógamas, y entre los mamíferos, solo el 3% lo son. Pero en esta sociedad ocurre que muchas parejas que se rompen continúan conviviendo por problemas económicos, viven ‘en el ajo y agua’. A menudo, las personas soportan la convivencia de pareja precisamente porque pueden salir, con amigos, en el trabajo, en el resto de relaciones sociales.


Usted, como médico y sexólogo, ante la situación actual, ¿aconsejaría un nuevo confinamiento para evitar la propagación del coronavirus?

Creo que lo importante es vigilar el sistema sanitario, porque si se colapsa puede ser una catástrofe, máxime también con la gripe. Porque si llegamos a un momento en el que al paciente no se le hacen diagnósticos porque no se le da cita… muchas personas pueden morir, no solo de covid-19. 

Esto es lo que se debe evitar a toda costa y, de no poder hacerse habría que tomar medidas drásticas. Y un elemento fundamental aquí es la ocupación de camas hospitalarias. No debe preocuparnos tanto el incremento de los contagios, que también es normal por el aumento de las pruebas en los últimos meses, como el poder mantener a pleno rendimiento nuestro sistema sanitario.


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