Otto Burger: parrilla, carácter y una nueva historia en Las Negras
Un rincón inesperado de hamburguesas para los que quieren descubrir algo innovador en el Cabo de Gata

'Otto Burguer' en Las Negras
Al principio no sabes de dónde viene. Estás paseando por Las Negras, ese pueblo de pescadores, pero percibes algo diferente. Una brisa que no te conduce hacia la costa, sino al interior. No huele a sal. Huele a carne recién marcada a la parrilla, a pan tostado que cruje con solo mirarlo, a queso fundido. En el interior del Centro Comercial Bergantín, sin grandes alardes, se abre un espacio nuevo en el que se siente, sobre todo, innovación. Así empieza la historia de Otto Burguer.
El responsable del proyecto, Pedro Agustín Hernández Belmonte, lo define para LA VOZ en una sola palabra: “autenticidad”. Otto no juega a ser lo que no es. Tampoco se acomoda en lo predecible. Todo tiene un punto casero, pero valiente. Aquí no hay reglas demasiado rígidas y eso se nota en la carta: creatividad, osadía y cierta libertad para mezclar lo que en otros sitios no se atreverían. ¿Mayonesa de pistacho en una burguer? ¿Manzana verde? En Otto no parece haber miedo a combinar.

Logo y hamburguesa de 'Otto Burguer'
Hamburguesas con intención en Las Negras
“Queremos ofrecer un lugar auténtico, donde se coma bien y con ingredientes de verdad, de la zona”, explica Hernández. No existe una idea impostada detrás. Es una voluntad clara: hacer hamburguesas con alma en un entorno único como Las Negras. La materia prima viene de lejos y de cerca. La carne procede de Valladolid, Donosti y Cádiz; el pan artesanal se hornea en Málaga; y las verduras son de Almería.
Cada hamburguesa parece tener su propia personalidad. Como si alguien las hubiese diseñado para provocar reacciones distintas. Aunque la que más se llevan es la Otto, con gouda, mayonesa de kimchi y mermelada de bacon, también tienen otras opciones.
- La Caramelo te rompe los esquemas con su mezcla dulce-salado: confitura de higos, manzana verde, camembert fundido. Un bocado suave y potente al mismo tiempo.
- La Corina no te pide permiso: entra con fuerza con su mermelada de bacon, queso cheddar ahumado, huevo frito y una mayonesa trufada que lo envuelve todo.
- La Vizca es una sinfonía cremosa: mayonesa de pistacho, queso brie, cebolla rosa y bacon crispy. Ideal para los que buscan textura, aroma y ese punto dulce que acaricia sin empalagar.

Hamburguesas de 'Otto Burguer'
Y si piensas que esto no es para ti porque no comes carne o eres intolerante al gluten… espera. Todo se puede modificar, adaptándose al gusto del cliente: hamburguesas vegetarianas, sin gluten, de pollo. Hernández lo resume así: “Buscamos hacerlo bien, escuchando y con buen producto. Sin perder lo esencial”.
Más allá de las hamburguesas
Antes de la burger (o después), hay entrantes que invitan a quedarse: patatas fritas o de boniato, pero también tequeños, palitos de mozzarella, alitas de pollo, rollitos de pato, aros de cebolla o el ya comentado pollo ‘coconut’ —rebozado en coco y servido con salsa de miel y mostaza—, uno de los más innovadores de la carta. Todo tiene ese toque: algo que no sabías que querías hasta que lo pruebas.
Los postres tampoco están ahí para completar. 'Cheesecake', 'carrot cake' con especias, 'coulant' de chocolate con el punto exacto de lava y hasta un 'toblerone cake' que cierra el menú sin complejos. No son ligeros ni tímidos. Pero, en el fondo, tampoco lo es esta hamburguesería.
Un lugar para quedarse en el Cabo de Gata
Otto Burger no lleva tanto tiempo abierto, pero ya ha empezado a ocupar un hueco curioso entre quienes pasan por Las Negras. No está en primera línea de playa, pero ha logrado algo más difícil: ser encontrado, no solo visto. Sus sabores se inspiran en el Parque Natural: picantes, mediterráneos y con toques ahumados. Ese equilibrio busca ofrecer algo propio, con carácter y sin atajos.
El resto de la historia está en manos de quienes se acerquen. Una carta que se sale de lo predecible, una cocina que no teme mezclar y una forma distinta de entender el ‘street food’ en pleno Cabo de Gata.