En los negocios, o se desarrolla una estrategia que ponga en valor el servicio, para que sea deseable y el consumidor esté dispuesto a pagar un precio que permita seguir creciendo y aporte prosperidad, o se tendrá que luchar en el fango del precio más barato.

Los colegios profesionales son unos aliados para poder avanzar por el primer camino, pues llevan por bandera la profesionalidad en el sector en el que trabajan. Esa profesionalidad fruto de años de estudio. Esa profesionalidad que es sinónimo de garantía ante cualquier crisis. Y, en definitiva, esa profesionalidad que soluciona de manera transparente las necesidades de las personas o empresas.

Se trata de unos valores que proclaman con hechos: todos, sin excepción, tienen un extenso programa de formación en el que los colegiados actualizan los conocimientos en un mundo digital y cambiante. Hoy en día, están embarcados en cómo aplicar en su sector la inteligencia artificial. Paralelamente, incorporan materias trasversales claves para el desarrollo de la sociedad, como la sostenibilidad, la inclusión o la igualdad.

Así mismo, defienden a sus colegiados ante el intrusismo, siempre acechante y buscando atrapar a los clientes con el ‘caramelo’ del precio. Pero como dice el dicho popular, a veces lo barato sale caro. Por eso, el hecho de que un profesional tenga agregado a su tarjeta de visita su número de colegiado significa que viene respaldado por una entidad de derecho público que vela por la deontología y la calidad en el servicio que se presta. 

Aspectos muy relevantes, pues estamos hablamos de cuestiones de vital importancia para las personas y las empresas, ya sea la salud, construcción, industria, economía o justicia, entre otros sectores.

Además, muchos de los colegios disponen del servicio de visado de los proyectos, lo que es una tranquilidad para el cliente, que sabe que ha sido analizado por un tercero, que garantiza el buen hacer de la citada iniciativa.

Los colegios profesionales también son un valor añadido para la sociedad en su conjunto, aportando todas sus herramientas para el bien común. De esta manera, ofrecen, por ejemplo, el barómetro de la economía de Almería, desarrollan el turno de oficio en la justicia o suscriben un convenio con el Ayuntamiento de Almería para la realización de servicios de comprobación de normativa técnica y urbanística, entre otras muchas acciones.

De la misma manera, los colegios profesionales también vigilan para que no haya abusos en el ejercicio de su trabajo por parte de los propios colegiados.

Por eso, la próxima vez que vaya a necesitar un servicio, compruebe si el profesional está colegiado. Será garantía de calidad y precio justo.