Increíble pero cierto. El Real Zaragoza consiguió dar la vuelta a una eliminatoria que parecía tener perdida tras el 0-3 de la ida y acabó ganando en Montilivi por 1-4. Todo a su favor lo tenía el Girona para disputar la final del ‘play off’ ante la UD Las Palmas, pero tiró por la borda en los primeros 45 minutos (0-3 al descanso) el excelente trabajo que había hecho durante toda la temporada. Merecía jugarse el ascenso ante los canarios, pero a veces el fútbol es muy cruel.

Desde el pitido inicial se vio que el Zaragoza no daba la eliminatoria por perdida a pesar de la debacle sufrida en La Romareda. Ranko Popovic mantuvo el esquema de juego de los últimos partidos, con tres centrales y con William José solo en punta, lo que no impidió que su equipo quedara mermado de pegada. Pablo Machín, por su parte, introdujo tres novedades en el once inicial que parecieron desconcertar a sus pupilos. Aday, Jandro y Felipe Sanchón fueron titulares en detrimento de Cifuentes, Eloi Amagat y Fran Sandaza, el ‘pichichi’ del equipo. La ausencia de Eloi fue, quizás, la que más se notó, pues el Girona perdió presencia en el medular.

Tras avisar Pedro con un chut desviado, empezó el ‘vía crucis’ de los catalanes. Una falta lateral del Zaragoza fue despejada con la mano por Mata en su salto dentro del área. El penalti fue claro y William José no desaprovechó la oportunidad para hacer el 0-1 desde los once metros (min. 17). El gol encajado empezó a meter el miedo en el cuerpo a los gerundenses, a los que el colegiado les anuló un gol (de Mata) por fuera de juego previo.

El Zaragoza siguió a la carga, en busca de una remontada que se antojaba impensable antes de comenzar el partido. En el minuto 28, un remate de cabeza de Dorca fue salvado ‘in extremis’ por Richy en la línea de gol, en el que podía haber sido el segundo gol de los aragoneses. El conjunto de Popovic estaba haciendo mucho daño en el juego aéreo y, de esta manera, haría el 0-2. De nuevo William José, de cabeza, a saque de falta botada por Pedro, batía a Isaac Becerra (min. 34).

El Girona ya era un manojo de nervios y su defensa hacía aguas. El cántaro siguió yendo a la fuente rojiblanca y lo impensable sucedió antes de llegar al descanso. El Zaragoza igualaba la eliminatoria en el minuto 44 en otra acción de estrategia, de nuevo tras un saque de falta. También de cabeza, cómo no, Cabrera ponía en evidencia las carencias atrás de los locales y marcaba el 0-3. Con este sorprendente resultado se llegó al intermedio.

Tras el paso por los vestuarios, y con Sebas Coris en lugar de un mermado David Juncà, el Zaragoza salió convencido de hacer realidad la gesta ante un Girona nervioso y con el miedo en el cuerpo. La primera gran ocasión de este segundo período también corrió a cargo del equipo aragonés, en el minuto 55, pero esta vez Becerra se lució al desviar un chut a bocajarro de Pedro.

Machín, que desde hacía tiempo veía las orejas al lobo, optó por dar entrada a su goleador Fran Sandaza en lugar de Felipe Sanchón. Solo cinco minutos después, el técnico soriano se vio obligado a hacer su último cambio, pues el central Richy tuvo que abandonar el campo por problemas musculares, entrando en su lugar Carles Mas.

Ambos equipos necesitaban un gol y fue el Zaragoza, de nuevo, el que marcó, aprovechando el enésimo error de la defensa gerundense, que estaba cogida con pinza. Eldin luchó un balón en la derecha, se fue de su marcador, centró y el balón, tras pasearse ante los zagueros locales, fue rematado por Fernández en el segundo palo (min. 67). Increíble pero cierto lo que se estaba viviendo en Montilivi.

Pero el 0-4, lejos de dejar hundido al Girona, sirvió para que los jugadores de Machín dieran un paso a delante. De perdidos, al río. A partir de ese momento se vio el equipo de toda la temporada, dominador y ofensivo. Y fruto de ello, aupado por la afición, acortó distancias en el minuto 73 por mediación de Aday, que rompió el fuera de juego y superó a Bono en su salida.

El 1-4 todavía no le servía al Girona, que siguió poniendo cerco al marco aragonés. Tendría Pere Pons una ocasión clarísima, tras un ‘pase de la muerte’ de Fran Sandaza, pero su chut, solo ante Bono, lo mandó fuera incomprensiblemente. Los de Machín lo siguieron intentando hasta el final (el árbitro alargó siete minutos el choque por una lesión sufrida por Bono), pero el marcador ya no se movió más, aunque el Zaragoza mandó un balón al poste en el minuto 97. La debacle se había consumado para el Girona en Montilivi. El Zaragoza había obrado el milagro de una remontada imposible. Ahora se jugará la tercera plaza del ascenso con la UD Las Palmas.

Ficha técnica:
Girona: Becerra; Aday, Pablo Íñiguez, Richy (Carles Mas, 63’), Lejeune, David Juncà (Sebas Coris, 46’); Alex Granell, Pere Pons, Jandro; Felipe Sanchón (Fran Sandaza, 58’) y Mata
Zaragoza: Bono; Fernández (Javi Álamo, 84’), Vallejo, Mario (Rubén, 82’), Cabrera, Diego Rico; Pedro, Ruiz de Galarreta (Basha, 74’), Dorca, Eldin; y William José
Goles: 0-1, William José, de penalti (18’); 0-2, William José (34’); 0-3, Cabrera (44’); 0-4, Fernández (67’); 1-4, Aday (73’)
Árbitro: Arcediano Monescillo (Comité Castellano-manchego). Amonestó a los locales David Juncà, Carles Mas, Aday y Pere Pons, y a los visitantes William José y Bono
Espectadores: 9.000 en Montilivi
 
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