No hace mucho tiempo, concretamente el pasado 22 de noviembre, cuando el Real Zaragoza confirmaba su decadencia y cuesta abajo tras firmar un horrible encuentro en Soria. Supuso el punto y final de Víctor Muñoz y la llegada de Ranko Popovic al club blanquillo. Un desconocido que en solo tres semanas se ha ganado a su plantilla y su afición.

El técnico serbio ha transformado un equipo muy tocado en otro totalmente distinto. Ahora el Real Zaragoza vuelve a ser un conjunto ganador. Mantiene fallos en defensa, condicionado por las tres importantes bajas que padece en la zona de los centrales, pero su capacidad goleadora se ha disparado otra vez.

Ocho goles en tres partidos, recibiendo la mitad, pero lo que es más importante, siete puntos de nueve es el bagaje de los maños con Popovic. Además, la mano del serbio no solo se nota en el aspecto numérico si no también en el mental. Los jugadores han recuperado la sonrisa, disfrutan en el campo y eso se contagia a la grada. La Romareda está ilusionada, cree y sueña con el ascenso. Y la realidad es que el equipo ha demostrado argumentos para ello. Por eso, ha regresado a los puestos de playoffs.

El cambio de sistema, la reubicación de algunos jugadores y el estilo son las tres claves de Popovic. No hay más que ver a futbolistas como Fernández, Rico, Galarreta, Álamo y Eldin, sobre todo, el cambio que han dado e incluso Pedro, que ya estaba bien con Víctor, ha subido sus prestaciones. Todos han entendido su rol y dan todo.

Gana y convence
Gracias a estos tres cambios que ha propiciado el serbio, el Real Zaragoza va adquiriendo una identidad propia y los dos partidos que ha ganado, ha convencido a su parroquia. Además, lo ha hecho derrotando a conjuntos de la zona alta como la Ponferradina y el Girona. Y el empate lo consiguió fuera frente a un Albacete que llegaba a la cita con una buena racha.

Y no hay que olvidar que en el último encuentro ganaron y lograron la primera remontada de la presente temporada. Bien es cierto que la remontada la iniciaron tras la expulsión de Bigas, pero había que hacerlo y lo hicieron, sinónimo de mentalidad ganadora que antes no había aparecido. Con Popovic, soñar es una obligación.