Mantener la Primera División no es tarea fácil. Dicen que salvo los grandes todos juegan para mantenerse pero hay equipos que están llamados a sufrir y estamos en ese lote.

Lo de sufrir está muy bien cuando miras hacia atrás y dices aquello de: “se consiguió”. Vale que otros se gastan más dinero y tienen mejores jugadores pero hay sufridores que lo llevan mejor que otros.

El sufrir agota en la grada a aquellos que se suman a la Primera. Esos que no son aficionados de alma, aquellos que no son abonados de toda la vida lo pasan mal y carecen de ese culo de cemento que lo aguanta todo.

El presidente, Francisco y los jugadores dicen que vamos a sufrir. Lo dicen con la boca pequeña ya que seguro que miran a sus muchachos y ven un plus en relación a la pasada temporada.

Lo malo del sufrimiento es que va dejando aficionados en el camino que muchos de ellos no volverán. Lo malo de sufrir es que hay partido que se te va la gente a casa antes de que pite el árbitro y me pregunto ¿cómo se remedia esto?.

No tengo ni idea ya que dicen que todo se arregla con euros y si las cuentas están ajustadas y podemos tener un jugador de 20 no podemos pedirle lo que a otro de 50 o 70.

Al final todo se resolverá en las últimas seis jornadas, sean pacientes que este es el deporte de la semana no el del partido a partido. Una semana te sabe a gloria la victoria y a la siguiente es la ruina con la derrota.