Es un hombre afortunado y un entrenador tranquilo. Y en todos los sentidos ya que  de los Almerías de élite solo el suyo ha vivido sin sobresaltos en la Liga. Pudo entrenar más arriba pero el Almería es su club, Francisco su cuñado, y la cantera su vida: ¿cómo decir que no?.
La temporada toca a su fin y los futbolistas que han estado a su cargo esperan las notas de evaluación final. Confían en el aprobado de Ortega para subir al equipo filial. Muchos lo hicieron a lo largo de la temporada pero quieren conseguir una plaza fija la próxima campaña. Como profesional siempre ha sido exigente y se pide el máximo pero “no nos podemos quejar de lo realizado y estoy contento con los muchachos ya que se han entregado siempre”.
Cuando estas palabras salen de Ortega hay que estar muy pendientes porque sabe bien lo que dice y lo hace en tono bajo, normal, no es de los que hacen ruido al hablar de un deporte que le apasiona.

Para el final Jose Ortega aprendió mucho de todos los entrenadores y una de las normas básicas era “hacer el balance justo al final de cada temporada”. Se marca metas, afronta retos pero “hay que saber que trabajamos con futbolistas muy jóvenes que empiezan a competir con la presión de tener que ganar”. Ha logrado que su equipo esté siempre en lo más alto de la clasificación y que sus niños sean llamados por el equipo filial. “Esa es una de nuestras misiones y estamos contentos de haber cumplido”.
“Valoro mucho en mis futbolistas lo que hacen cada semana y los voy calificando. El trabajo es muy importante y no todo aparece en los partidos” dice un hombre de fútbol al que la vida y su esfuerzo le regaló un lugar entre los grandes de España. Sabe lo que se juegan sus alumnos en cada partido y “tenemos claro los que van a subir al filial y aquellos que necesitan de un periodo mayor de adaptación en el equipo juvenil”.
Ha puesto a sus futbolistas en valor en una categoría como la División de Honor donde siempre hay gente de pesca pero “en el Almería lo tenemos muy claro técnicos y jugadores a la hora de formar”. Los entrenadores siempre dicen que los que se ponen titulares o suplentes son los futbolistas pero “en estas categorías el entrenador tiene que estar más pendiente de todo ya que son niños que dan el salto y debemos orientarlos para que no comentar graves errores en sus carreras”.
Con Ortega las notas son muy importantes y aquellos que cada semana estudiaron y se sacrificaron lograrán el sobresaliente subiendo a un filial antesala de la Primera.