No son de la misma quinta pero han compartido vestuario. Jaime es mayor que Francisco, ha llegado a los cuarenta, y ha regresado a una entidad donde llegó a ser feliz con el cariño de la afición. Jaime Ramos Hernández vino del Real Murcia para pelear la permanencia del Almería en la Liga Profesional y lo consiguió.
En un vestuario que era una gran familia Jaime era de los grandes. Su experiencia, pundonor y carácter le dieron galones de mando y el Almería peleó bien por sus objetivos.
Entre los componentes de aquel Almería se encontraba el delantero Francisco con el que hizo una sana amistad que se ha prolongado en el tiempo y que se mantendrá por los siglos de los siglos. Con su melena al viento y su enorme corpulencia nunca pasó inadvertido para unos aficionados que estarán muy contentos con el regreso de uno de los pesos pesados de aquel Almería que era feliz con solo participar en la categoría de plata y mantenerla.

Un general Si en la Primera se necesitan galones a Francisco no le harán falta y menos aún a su último refuerzo. Jaime, es todo carácter y entrega. Habla a la cara, te mira a los ojos y dice lo que piensa. Esa nobleza castellana de la tanto se habla se da cita en este madrileño que ha regresado al sur con ilusión.
Se ha cruzado España para ver futbolistas y ha realizado una gran labor en el Sporting. Estaba feliz con, Raúl Lozano, pero una llamada de Francisco le hizo parar máquinas y hacer las maletas. Volver al Almería le hace feliz ya que los tres años que participó como futbolista de aquel sueño de la permanencia le marcó como futbolista en un vestuario que era una gran familia con grandes capitanes.
Al poco de llegar se hizo con la afición, se ganó un lugar entre los pesos pesados y empezó a imprimir su carácter al equipo. Jugó con todos los entrenadores y vivió la transición del viejo Juan Rojas al Estadio de los Juegos del Mediterráneo.

Complementarios Un central marcador y un delantero siempre se llevaron bien. Al menos se desprende de la buena relación que han mantenido hasta el día de hoy Jaime y Francisco.
La amistad les ayudará y su profesionalidad va a ser decisiva para llevar un vestuario desde otra parcela. Porque ellos hicieron muy buenos vestuarios como jugadores, ahora, llega el momento de hacerlo desde el banquillo.
Francisco nunca lo dudó y apostó por Jaime para ser su segundo y Alfonso García no tardó un instante en aceptar.