No va a ser lo suyo un camino de rosas. En el primer partido el Almería le mostró todo lo que es: un equipo que se desconecta peligrosamente (el del 95-5 de Ramis), unos futbolistas que pierden la cabeza, y un estado físico mejorable.

Son parte de las pupas que ha encontrado Lucas a este Almería que en Barcelona volvía a vivir un comienzo de la segunda mitad con dudas y con 5 minutos horribles donde Lozano y Arnáiz le pudieron mandar a la lona. Los desajustes volvían a aparecer de forma alarmante por la banda izquierda.

Lo de las expulsiones es un mal que viene soportando el equipo desde los primeros partidos de Liga y casi siempre con hombres de defensa salvo las rojas a Pozo y a Tino Costa. Jugar con uno menos en Liga Profesional se suele pagar muy caro.

Recuperar jugadores top para perderlos a las primeras de cambio es un tema de estado. Lo de Verza con una recaída de la lesión y lo de Tino Costa: que no tiene nombre para su experiencia profesional.

No es de recibo que el jugador con más batallas de la plantilla ‘pique’ con un niño del Barça B y deje a su equipo con diez en el campo y sin su concurso futuro.

Y otro tema a considerar es la confianza que le mostró Lucas Alcaraz a Hicham con su primer partido completo con la rojiblanca sin ser correspondido: no por ganas y si por falta de fuerzas.

El estado físico de la plantilla no llega a día de hoy para los 95 minutos que se jugaron en Barcelona y con uno menos ya me contarán.

Tiene muchas pupas este Almería que se hizo con 6 futbolistas top pensando que ellos nos llevarían a aguas tranquilas y decidirían los partidos por su calidad. Ni lo uno, ni lo otro.

Ahora le toca a Lucas Alcaraz corregir los problemas de diseño de un Almería que debe pasar por la oficina de su entrenador para hablar clarito de lo que se quiere.

Tiene faena con esta plantilla el granadino.