Prefiero quedarme corto. Cierro el grifo de mi corazón. Pantalla a la ilusión y punto y final a anunciar lo que luego nunca llega. El cuerpo me pide calma y a día de hoy uno no sabe como ponerle al niño viendo la plantilla del Almería.

Si doy rienda suelta a la ilusión les diría que Miguel Corona (el señor, como dice Tino) ha hecho buenos fichajes y tenemos plantilla para optar a los play off. Y para el ascenso me llega.

Pero la cabeza me dice que vamos a buscar aguas tranquilas. Debemos de intentar ante todo ser un equipo de Segunda División. De esos que ganan en casa pidiendo la hora y arañan los puntos fuera como perros. Un Almería que luche en todos los partidos y que mate con un gol.

Quiero un Almería que no salga al campo a verlas venir y que no se diluya con un solo gol del contrario. Uno de esos equipos que saben remontar un gol y hasta dos si llega el caso.

Pido a Miguel Corona (el señor, como dice Tino) un Almería en la mitad de la tabla pero lejos del descenso. Que mire más al play off que a la cola.

Un Almería que haga disfrutar a sus aficionados con buenos resultados. Ni tan siquiera les pido fútbol jugar bien, no te garantiza nada. Puntos que es lo importante. La victoria lo cura todo.

Ya se que con esta plantilla me estoy quedando corto, pero todo lo demás llegará si se logra ser de verdad un equipo de plata como los demás.

A día de hoy el listón está tan bajo que hasta salvando la categoría un par de jornadas antes del final me harán feliz. Hemos pasado tanto miedo al descenso las dos últimas temporadas que...

Pero me da que volvemos a Primera.

No le hagan caso a mi corazón.