Desde primera hora de la mañana, en el autobús de la línea 11 se ha respirado un ambiente diferente. Los asientos se han llenado de voces en inglés, italiano o alemán, de estudiantes que han intentado descifrar cómo sacar el billete o que han reído entre ellos mientras ubicaban el lugar al que se dirigían. Todos compartían un mismo destino: la Universidad de Almería (UAL), que ha abierto sus puertas a casi 500 alumnos internacionales, procedentes de 51 países y 199 universidades.

Al poner un pie en el campus, la sensación ha sido clara: la UAL se ha transformado en un cruce de culturas. Jóvenes con mochilas, mapas en el móvil y miradas curiosas han llenado los jardines, convirtiendo la rutina universitaria en un mosaico de acentos y expectativas. No ha sido solo una jornada académica, sino una auténtica celebración de la diversidad y un inicio de curso con sabor global.

Y mientras algunos buscaban el Paraninfo siguiendo las indicaciones, otros se han detenido a fotografiar los edificios o los rincones soleados. Con cada saludo en un idioma distinto, con cada sonrisa compartida, Almería ha comenzado a convertirse en su nueva casa.

Voces internacionales

El verdadero protagonismo de la jornada lo han tenido los propios estudiantes, que han llenado el espacio de una sensación diferente. Caroline, llegada desde Francia, ha confesado que eligió Almería inspirada por la experiencia de su hermano en Valencia: “Siempre me ha atraído la energía de los españoles. Cuando investigué sobre Almería, me pareció perfecta para mi Erasmus. Espero mejorar mi español, conocer gente de muchos países y crecer tanto personal como académicamente”.

Rhea, originaria de Dubái y estudiante en los Países Bajos, se ha sorprendido de la hospitalidad: “Espero tener un tiempo relajado. Lo que más me ha sorprendido es lo servicial que ha sido la gente. Quiero descubrir más sobre la cultura española y, por supuesto, disfrutar de las playas”.

Desde México, Jimena Chávez ha elegido la UAL por su especialización en Biotecnología; Cristian, llegado desde Las Vegas para estudiar Marketing, busca combinar formación académica con vida universitaria en el Mediterráneo; mientras que jóvenes de Italia, Argentina, República Checa, Hungría, Jordania, Palestina o Japón han compartido sus primeras impresiones, todos con una misma idea: aprovechar al máximo esta oportunidad.

Cifras históricas en la UAL

La mañana ha puesto de manifiesto que la UAL vive uno de sus momentos más internacionales. José Luis Ruiz Real, director de Secretariado de Promoción de la Internacionalización, lo ha resumido en una frase: “Nunca habíamos tenido tantos Erasmus y estudiantes internacionales en un año. Queremos que no sean solo números, sino acuerdos de calidad. Estamos orgullosos de tenerlos aquí”.

El vicerrector de Proyección Internacional, José Carlos Redondo Olmedilla, ha puesto el acento en la diversidad: “Es un honor recibir a casi 50 nacionalidades. Este año hemos sumado destinos inéditos como Azerbaiyán o República Dominicana, junto a los clásicos Italia, Alemania, Polonia o Francia. Es una muestra de vitalidad y libertad”.

Y el director de Secretariado de Movilidad Internacional, José Antonio Álvarez Bermejo, ha lanzado un mensaje cercano a los jóvenes: “Aquí no sois extranjeros, sois estudiantes de la Universidad de Almería. Muchos venís para cuatro meses y termináis quedándoos más tiempo. Queremos que disfrutéis de las clases, de las infraestructuras y, por supuesto, de nuestra cultura”.

'Brunch' y cultura almeriense

Después de los discursos, la mañana ha cambiado de tono: de lo solemne del Paraninfo a lo cercano de las primeras experiencias compartidas. Los recién llegados han participado en una introducción a los trámites académicos, guiada por Victoria Caba y Mari Luz Barranco, del equipo de la Oficina Internacional, que han sabido romper el hielo y acompañarlos en sus primeros pasos de integración.

La encargada de dar color a la sesión ha sido Ana Sánchez, que ha explicado símbolos, costumbres y pequeños detalles de la vida en Almería. Ha hablado del sol y las playas, del Cabo de Gata, de las fiestas y, por supuesto, de los peculiares horarios españoles, que han arrancado sonrisas y alguna carcajada cómplice entre los recién llegados.

Tras la charla, ha llegado el momento más esperado: un 'brunch' de bienvenida en el que, entre cafés, zumos y bocados de la gastronomía local, los estudiantes han empezado a conocerse. En las mesas se han mezclado idiomas, se han intercambiado números de teléfono y ya se han escuchado los primeros planes.

Un campus convertido en un mapa del mundo

Más allá de las aulas, los alumnos han empezado a descubrir el ambiente mediterráneo que les acompañará durante los próximos meses: el sol que ilumina el campus, el aire cálido junto al mar y la vida universitaria que poco a poco van a hacer suya. Muchos ya han confesado sus próximas citas: visitar Cabo de Gata, perderse por las calles del centro, probar la gastronomía local o, simplemente, vivir el día a día “como un almeriense más”.

Con esta llegada internacional, la UAL se ha consolidado una vez más como una universidad abierta y diversa, un lugar donde el conocimiento viaja sin fronteras y donde la convivencia se convierte en la mejor lección. Entre los árboles del campus se han cruzado acentos de medio mundo, comenzando para ellos una aventura que promete dejar huella: un antes y un después en sus vidas.