“Hemos creado un bosque para los insectos de fauna auxiliar”
“Hemos creado un bosque para los insectos de fauna auxiliar”
La Fundación Cajamar, de la mano de la doctora ingeniera agrónoma Mónica González, y la Universidad de Almería, a través de la doctora en biología Estefanía Rodríguez, llevan a cabo un proyecto de investigación, que finalizará en 2013 y en el que colabora también Coexphal, que tiene como objetivo crear hábitat junto a los invernaderos en los que puedan vivir y reproducirse los insectos beneficiosos para el campo. En Las Palmerillas se ha levantado el primer jardín, bosque o refugio que en los próximos años servirá de modelo para que cada agricultor pueda reproducirlo en su propia finca.
¿Qué especies lo habitan?
En la Estación Experimental hemos establecido una isla de vegetación con especies arbustivas autóctonas que pueden servir de refugio para la fauna auxiliar. Una especie de bosque. Se estudiaron unas 80 especies de las que finalmente se seleccionaron 29 pertenecientes a 18 familias botánicas distintas (labiadas, umbelíferas, leguminosas, gramíneas, oleaceas, mirtaceas, etc).
¿Cuál es su importancia?
Se seleccionan plantas que ofrezcan recursos alimenticios (néctar y polen) o refugio a lo largo de todo el año a los insectos beneficiosos (depredadores y parasitoides) para que permanezcan siempre cerca de nuestros cultivos y no tengan que migrar a otros lugares en busca de estos recursos. Se trata también de que estas plantas sirvan como barreras fitosanitarias que impidan la libre circulación de las plagas de un invernadero a otro.
¿Cómo barreras antiplagas?
Sí, estableciendo estos setos, las plagas se van a encontrar con sus propios enemigos, por lo que su dispersión entre invernaderos no será ni tan rápida ni tan fácil como lo es ahora.
¿Por qué es novedoso?
El control biológico por conservación no es novedoso en sí, se desarrolla en cultivos al aire libre desde hace tiempo. Lo que es novedoso es tratar de implementarlo en cultivos protegidos bajo plástico. Y sobre todo empleando nuestra propia vegetación autóctona, que es muy peculiar, adaptada a nuestras condiciones de suelo y clima, únicas en Europa. Algunas de nuestras especies solo se pueden encontrar aquí y en el norte de África, es de suponer que a estas especies se puedan asociar especies de insectos autóctonos que puedan servir de agentes de control biológico.
¿Cuáles son los objetivos que se persiguen con este jardín o isla?
Nosotros queremos dar un paso más y volver a recuperar el servicio que la naturaleza hacía gratis por nosotros. Como ya he comentado, nuestro objetivo es potenciar la presencia natural de estos insectos beneficiosos de una forma natural y conservarlos.
En el futuro con este proyecto el mar de plástico sería más verde de lo que es hoy día, ya que los invernaderos tendrían pequeños bosques de especies autóctonas en su interior o a su alrededor, ¿será esto una realidad?
La cuestión es concienciar a los agricultores, en cuanto se den cuenta de los beneficios que supone incrementar la biodiversidad en todos los sentidos, creo que sí podría ser una realidad. Sería posible transformar y mejorar nuestro entorno y hacer más agradable un paseo alrededor de los invernaderos.
¿Hay ya agricultores interesados en instalar estos bosques en sus explotaciones?
Sí, nuestros agricultores, como he comentado están muy concienciados con el control biológico. Han visto su potencial. Pero la reducción de tratamientos fitosanitarios también ha supuesto la aparición de plagas secundarias, para las que aun no tenemos soluciones. La diversificación del paisaje actual, la biodiversidad que proponemos, puede ayudarnos al control de estas plagas secundarias con insectos autóctonos. Y esto los agricultores lo saben. Algunos ya están estableciendo setos, aunque sin ningún tipo de asesoramiento. Nosotros queremos contribuir a que estos setos sirvan realmente al propósito que estamos buscando.
Los costes de pr