El cambio inaplazable
El cambio inaplazable
Ayer conocíamos los datos de la encuesta de población activa. El último trimestre nos deja con la destrucción de 144.000 puestos de trabajo más, 114.000 de ellos antes ocupados por mujeres. Llegamos a los 5.000.000 de parados en España, una cifra insostenible que requiere una solución urgente.Hoy 9.000.000 de personas en nuestro país viven por debajo del umbral de pobreza, cifra impensable hace solo 8 años. Con las políticas emanadas del gobierno socialista, en España 145.000 niños menores de 3 años reciben un 42% menos de ayudas, 700.000 jóvenes no estudian ni trabajan, 13.000.000 de españoles al jubilarse a los 67 años tendrán un 20% menos de pensión y 2.000.000 de parados de larga duración sufrirán más recorte en sus pensiones al ampliarse la base de cotización a 25 años. La abultada cifra de desempleados en nuestro país, cuyas consecuencias parecen ser minimizadas por Alfredo Pérez Rubalcaba, hoy candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno y ayer líder activo de las políticas del Gobierno que ha codirigido, preocupa en la zona euro. Si con el gobierno de José María Aznar 8 de cada 10 nuevos contratos comunitarios se firmaban en España, el Gobierno socialista ha conseguido destruir la senda de prosperidad que convirtió al nuestro en uno de los países que se citaban como ejemplo entre nuestros socios europeos: hoy, 9 de cada 10 nuevos parados en Europa son españoles. En la cumbre de Jefes de Estado europeos culminada esta semana, con la que Rubalcaba y Zapatero quedaron contentos aun antes de conocer las decisiones globales por un mensaje de ánimo sacado de contexto, se volvió a poner de manifiesto que España constituye una preocupación prioritaria. Dos días antes de conocer el incremento del desempleo en nuestro país, se revelaba el grave problema que el paro español crea en la zona euro. Pero ante la terrible cifra de desempleados en España, a la que parecen mirar de lejos despersonalizando la fatalidad de tantas familias, el PSOE ha optado, de nuevo, por justificarse. La reforma laboral del gobierno socialista ha propiciado el incremento exponencial de la destrucción de contratos indefinidos y el aumento de los temporales. 1.692.653 parados sin prestación por desempleo, dos millones de mujeres y un millón de jóvenes sin trabajo, y 1.500.000 familias con todos sus miembros en el paro requieren un cambio de políticas. A Mariano Rajoy le espera un duro trabajo a partir del 20N. Como hiciera José María Aznar en 1996, deberá dar un giro a la política laboral, fiscal, económica y exterior, entre otras, que devuelvan la credibilidad a un país que durante años fue ejemplo en Europa y la situación de normalidad a una nación que ha visto derrumbarse la sociedad de bienestar que un día entre todos fuimos capaces de construir. España necesita políticos que digan la verdad, que asuman su responsabilidad, que gestionen en lugar de dedicarse al marketing, que se esfuercen como lo hace cualquier ciudadano, que antepongan el interés general al particular, que sean capaces de recortar en lo superfluo, que no se plieguen ante intereses ajenos, que aporten ilusión en lugar de resignación, soluciones en lugar de crispación, optimismo en lugar de complacencia.Pero los líderes socialistas aún fingen enarbolar la bandera de lo social, atreviéndose a utilizar pretéritas mentiras que un día resultaron creíbles por buena parte del electorado; aún se muestran intensivos en el uso de la crispación y el irresponsable enfrentamiento, eludiendo su responsabilidad en la gestión de lo público, evadiéndose del drama del desempleo justificando series temporales y frases de algún mandatario sacadas de contexto. Hoy el cambio es inaplazable.