La Voz de Almeria

Almería

"Griñán se creyó que yo era el delfín para sucederle y fue contra el PSOE de Almería"

Tras quedar fuera del caso ERE, el exlíder socialista almeriense y exconsejero Martín Soler rompe su silencio de 6 años y habla sin tapujos de aquello

Martín Soler, durante la entrevista con La Voz de Almería

Martín Soler, durante la entrevista con La Voz de Almería

Antonia Sánchez Villanueva

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Tras seis años de silencio mediático y público, el que fuera máximo dirigente del PSOE de Almería durante 18 años y el consejero almeriense que más poder ha tenido en un Gobierno andaluz (fue consejero de Agricultura con Chaves y de Innovación con Griñán) vuelve a respirar tranquilo. El juez de los ERE lo ha sacado del caso, en el que ha estado tres años como investigado, y deja atrás una etapa de pesadilla. Si en 2010 se fue dando un sonoro portavoz a Griñán cuando le ofreció ser consejero de Empleo, y dejando tras sí un enorme silencio público y un involuntario reguero de  víctimas políticas de su decisión, ahora, tras sentirse liberado judicialmente, habla sin tapujos de aquella etapa.


Esta semana se conocía el auto de la rama política de los ERE y queda fuera de inculpación.


Técnicamente está sobreseído y archivado provisionalmente. A efectos prácticos, fuera del caso.


¿Y cómo está?


Me siento muy feliz, y especialmente tranquilo. La situación ha sido de mucha tensión emocional porque de la mayoría de las decisiones yo me he enterado por la prensa. Con lo cual esto me tenía en alerta permanente, pendiente de los autos que salían, buscando un resquicio.


¿Manoseaba esos autos?


Sí. Habré leído más de 100.000 folios, he revisado más de 30 CD, me he llegado a obsesionar. Conforme leía más, veía menos argumento y menos datos por los que yo pudiera estar metido en este tema. Luego está la parte profesional, porque también esto te afecta.


¿Una pesadilla?


Sí. Ha habido muchos días en que yo no tenía fuerza vital para levantarme.


Usted ha estado en política y en la práctica política es muy común utilizar este tipo de cuestiones para atacar al adversario. ¿Se ha puesto ahora en los zapatos del otro?


Sí, sí.


¿Ha entendido que se digan cosas crueles llevado de la vorágine política?


En el fondo esto te humaniza un poco, y también es un aprendizaje. La pena es que a veces la vida no te poner por delante segundas oportunidades para que lo que aprendes poder llevarlo a tu actividad, pero es cierto que hay un abuso indecente de la judicialización de la vida política que lo utilizan todos los partidos.


¿Usted lo ha utilizado?


Sí, sí. No recuerdo ahora mismo ningún caso, pero seguro que lo habría. Pero desde luego me parece que hay un abuso. Y a veces se puede cometer una irregularidad administrativa, que la solución pasa por lo contencioso administrativo, pero de principio se va a la vía penal. Eso es un error gravísimo que tiene sometido al país a una tensión y, en parte, a una parálisis.


¿Se debería rebajar esa judicialización?


Completamente. Habría que potenciar la vía de lo contencioso y la intermediación, y sobre todo mucho más diálogo entre los partidos políticos. Donde hay gestión hay que darle mucha más participación a la oposición para que estén informados y confíen.


Martin Soler está fuera del caso pero a sus dos presidentes y a seis colegas consejeros les apuntan el camino del banquillo. ¿Cuáles son sus sentimientos hacia ellos?


Mira, he tenido el honor de tratar a los dos presidentes, y de colaborar con ellos, y yo le puedo asegurar a la opinión pública que tanto Griñán como Chaves no han cometido ninguna irregularidad, por supuesto ningún delito. Pueden haber ocurrido irregularidades en la Dirección General de Trabajo, es posible. ¿Que una parte de esas irregularidades son de carácter administrativo? También. ¿Que otras pueden ser penales? Es posible. Pero allí estaban los responsables. Los presidentes, si alguna responsabilidad tenían, sería política. Eso ya lo pagaron. Pero de la responsabilidad política a la penal hay un paso que no se merecen.


¿Ha hablado con alguno de ellos estos días?


Sí. Con el presidente Chaves.


¿Con Griñán no?


No. No tengo su teléfono porque cuando salí del Gobierno se cortó la comunicación. Pero con Chaves suelo hablar cada dos semanas.


¿Y cómo lo ha encontrado?


Él esto lo preveía, sabía que una parte de este proceso tiene un componente político y sabía que iba a ser muy difícil que saliera esta primera fase. Él ahora confía mucho en el recurso de apelación.


¿Le ha dado ánimos?


Sí. Le he llamado para darle un abrazo. Él se ha alegrado mucho de mi situación. Daba por hecho que yo no tenía por qué estar, siempre me lo dijo.


¿Le ha llamado mucha gente estos días? ¿Lo hicieron cuando estaba siendo investigado?


Sí, sí. Ha sido….no sé, 350 whatsapp y mensajes, y correos, fundamentalmente amigos, conocidos, compañeros del partido, y son todos los mensajes maravillosos. No he recibido ningún reproche nunca, de nadie.


¿Y alguna llamada o mensaje de apoyo que no llegó?


A ver…. Eh… digamos que de todas las personas a las que yo quiero y les tengo afecto no me ha fallado nadie. Una parte de mis compañeros del Gobierno en Sevilla, también. Y de Almería me ha llamado el secretario general, Sánchez Teruel. No me ha llamado nadie de la dirección regional de mi partido, del PSOE de Andalucía, y tampoco nadie del Gobierno actual. Y eso se echa de menos.


¿No se quieren ni acercar?


Sí. Porque a lo mejor tenemos el virus del Zika. Y no saben que lo que nos ha pasado no era por ser Martín ni por ser Chaves sino por ser cargos de un partido y de un Gobierno. Bueno… ahí está. Nadie, nunca, me ha llamado para ofrecerme colaboración, ni si necesitaba algo, algún papel, algún documento. Todo lo hemos tenido que buscar por nuestra cuenta.


Esto de los ERE ¿qué fue: falta de control, cosa de cuatro aprovechados o una corrupción institucionalizada?


Yo niego la mayor. Esto no es un caso de corrupción institucionalizada. La tesis de que 300 personas, durante 25 años, incluídos los letrados de la Junta, los interventores, el Parlamento, que ha aprobado la Ley de presupuestos cada año, se ponen de acuerdo para idear un sistema para delinquir es radicalmente falsa. Sí es posible que en el ámbito de la Dirección General de Trabajo se hayan producido, presuntamente, irregularidades. Y que se haya podido aprovechar alguna gente de esa situación.


Falta de control entonces.


Han fallado los controles, sí. Pero eso está minimizado a esas 70 u 80 personas que se han llamado intrusas, que son las que se han incorporado a los ERE y que no tenían derecho. Y se sabe quiénes los metieron. Esos son los responsables del delito, si es que se ha producido. Luego es posible que se haya producido una falta de control o que no se han detectado algunas alertas. Pero, de ahí a una responsabilidad penal va mucho, ¿no?


Estamos hablando de 800 millones.


Pero el auto está desproporcionado, porque se mete el dinero de los 6.500 trabajadores que sí tienen derecho. Al final, cuando pase el tiempo se sabrá la proporción exacta. Yo no tengo muchos más datos, pero el fraude puede estar en torno a los 60-70 millones, que es mucho, pero no son 800.


Martín, cuando le dijo no a Griñán para ser consejero de Empleo, ¿era porque intuía que este asunto le podía salpicar?


No. En ese momento no tenía yo ningún dato porque no había saltado todavía, solo lo de Mercasevilla. Aquello fue otra cuestión. Yo ya sabía que Griñán había perdido la confianza en mí, su voluntad hubiera sido quitarme del Gobierno, pero decide cambiarme…


¿… para que le dijera que no?


Bueno, él nunca pensaba que le iba a decir que no. El diálogo fue muy interesante. Me dice: vamos  a unir la economía a la innovación, y como a Antonio Ávila lo tengo que quitar de consejero de la Presidencia, y es economista, quiero que tenga la consejería más importante, y he pensado que tú seas el consejero de Medio Ambiente. Le hice la siguiente reflexión: a mí se me puso en Agricultura para intentar que Almería se sintiera más vinculada al gobierno, porque hay desapego, lo cambiamos a Innovación, Ciencia y Empresa y montamos el PITA, el Centro Tecnológico de la Piedra, la Universidad, la biotecnología, y ahora de pronto paso de ser la persona que promueve el desarrollo económico de mi provincia, a ser el tío de la porra. Yo los lunes me pongo a derribar El Algarrobico, a quitar chiringuitos de la playa, a decirle que no a las canteras de Macael, a denunciar porque ocupan los LIC, a estar en contra de las roturaciones, es decir, me pones de policía, en una provincia muy intervenida, donde choca mucho el desarrollo con la conservación, y me pones a que sea el que frene el desarrollo, cumpliendo la legalidad. Y dice, pues es un buen razonamiento, espérate por aquí y no te vayas. Me quedé y ya no me llamó él, sino su jefa de gabinete y me dice que el presidente ha considerado que en vez de Medio Ambiente, tú vas a llevar Empleo. Mi compañera de Medio Ambiente era Cinta Castillo, y mi compañero de Empleo era Antonio Fernández, los dos amigos de Pizarro, y de Chaves, y míos. A los dos los quita, y me ofrece sus puestos también, y me dio un poco como de dignidad y le contesté dile al presidente que me voy para Almería. Eso fue lo que pasó.


¿Cómo reaccionó?


Sé que montó en cólera.


Pero ya le pilló camino de Almería.


Ya me pilló seguramente comiendo un bocadillo de tortilla francesa por Riofrío….. Y me sentí muy liberado. Es verdad que se volvió muy en contra del partido en Almería, porque hubo una campaña muy dura para ir contra Diego Asensio, y al final consiguieron tumbar aquella Ejecutiva, porque ya nos convertimos en adversarios internos.


O sea, que todo lo que pasó después en el partido fue consecuencia de esa decisión suya.


Fue una vendetta, sí. En parte respondía a que aquí en Andalucía había una generación gobernando, que eran los de 60-70, Chaves, Pizarro, Zarrías, Griñán, y habían preparado a una generación, que éramos la de los 40, Vallejo, Mar Moreno, Juan Espadas, María Jesús Martín… y cuando llega Griñán al poder interpreta que él es una simple transición biológica, decide laminar la generación anterior y es cuando promueve a Velasco, a Susana y a Mario Jiménez.


Se salta una generación.


Sí. Y en esa pinza por arriba y por abajo estorbábamos nosotros, y es cuando él le entrega la vicesecretaría a Rafa Velasco y la de organización a Susana Díaz, y ellos son los agentes que por orden de Griñán van a desestabilizar la Ejecutiva de Almería, utilizando al Gobierno, a los delegados etc.


¿Se equivocó con esa pinza generacional o acertó?


(Respira profundo) Hombre, hay quien piensa que hizo la renovación, en el fondo prescindió de una generación política que estaba muy bien formada. Es verdad que si se puede medir en términos de resultados de éxito, igual sí acertó. La presidenta Susana Díaz yo creo que es una buena presidenta y es una buena política.


¿Le incidirá al PSOE andaluz el auto de los ERE?


Yo creo que sí, es inevitable. El auto es muy duro.


¿Es un proceso general a la gestión de la Junta de Andalucía?


Sí. Sí. De hecho, en algunos cenáculos políticos se ha llegado a decir que para derrotar al PSOE había que montarle un escándalo de esta naturaleza. Eso no quita que se hayan cometido errores en la Dirección General de Trabajo, ahí estaba el caldo de cultivo, pero que no había manera de ganarle electoralmente al PSOE si no era montándole una situación de este tipo.


¿Por qué no quiso declarar ante la juez Alaya?


Mi abogado me recomendó que no lo hiciera. Los métodos de interrogación de Alaya eran muy inquisitoriales, ofensivos y agresivos, y nadie de los que declaraba terminaba mejor que entraba. Lo que hicimos fue acogernos a nuestro derecho a no declarar pero presentamos siempre por escrito lo que pudiera haber sido la base de nuestra declaración.


¿Cree que es una juez de parte, como piensan algunos?


Ufff. Es que hay que hacer compatible el respeto a la justicia con las opiniones muy personales, pero yo sí creo que ha sido una juez que se ha extralimitado en algunas de sus funciones, en particular conmigo.


¿En qué cree que va a quedar toda esta macrocausa?


Políticamente esto ya ha hecho un daño casi irrecuperable. Desde el punto de vista judicial, va a quedar probablemente acreditado que en el ámbito de la Dirección General de Trabajo se pudieron cometer irregularidades pero van a quedar libres los consejeros, y por supuesto, los expresidentes.


¿Paga más el PSOE la corrupción que el PP?


Yo creo que no porque el PP ha perdido un tercio de sus votantes. Creo que sí ha sido castigado y eso es sano desde el punto de vista democrático.


¿Sigue siendo militante del PSOE?


Sí, pero no participo en ninguna actividad.


¿Volvería a la política activa?


No, nunca. Yo creo que los caminos de ida y vuelta no suelen ser buenos. Estuve ya 18 años. No tendría sentido volver.


El PSOE de Almería nunca tuvo tanto poder en el Gobierno no ha vuelto a tener tanto poder en el Gobierno andaluz como con usted. ¿Es su pequeña venganza íntima?


Yo no he hecho nada desde hace seis años para que se recuerde mi etapa. Quise poner punto y final por dos razones, porque no me encontraba cómodo con el asunto de los ERE, y por otra parte porque se decía que yo iba a volver, como qe los que están ahora en el partido decían que yo iba a volver y eso generaba tensión.


¿Y sigue hablando con gente del partido?


Sí. He tenido mis tertulias y mis almuerzos con amigos y compañeros, porque me gusta la tertulia y hablar de política. También es verdad que tampoco me han llamado a ningún acto del partido.


No me diga que le han borrado del directorio.


Sí. A mí no me han invitado a nada. No lo considerarán necesario. Yo me prometí a mí mismo, cuando dejé la secretaría general, que no iba a hacer con los que vinieran lo que hicieron conmigo. A mí es que no me dejaron tranquilo ni un solo día, conmigo se montaron todo tipo de oposiciones, de listas alternativas, siempre tuve un candidato enfrente… Lo pasaba tan mal que me prometí que nunca le haría eso a nadie.


¿Son los mismos que siguen haciendo ahora?


Sí, bueno. Son la renovación de la renovación. Pero, bueno. ¿Que se recuerda mi etapa? Creo que hicimos algunas cosas y cometimos errores. Yo creo que se recuerda más por un estilo de interlocución, por un diálogo permanente con las instituciones, con los empresarios, y también con el Partido Popular para intentar pactar los grandes temas de la  provincia.


¿Siempre tuvo el teléfono abierto para Gabriel Amat?


A cualquier hora. Y con Luis Rogelio.


¿Cómo ve el partido en Almería?


Creo que está bien. Necesita quizá una estructura de dirección con una base de la pirámide más ancha, tener más estructura política, y bueno, imagino que no es fácil, porque también esto pone a la gente contra otra. Aquí hicieron cuña de la misma manera. Rompió Griñán la mayoría que teníamos nosotros, con un tercio del partido, y unieron a lo que era el sector tradicionalmente guerrista, que era otro tercio, y esa suma es una suma antinatural en términos de confianza. Eso no se ha fusionado, no se ha unido el tercio guerrista con el tercio cuña de la misma madera de Martín o de Diego.


¿Quería Griñán romper al partido aquí?


Griñán tenía un defecto muy grave, y es que era muy soberbio. Aquí le llevamos la contraria y no aceptó la disidencia interna y fue a por nosotros. A mí me consideraban un delfín, y hubo un momento en que a él le dieron fuerte con que él era un recambio transitorio y que Pizarro y Chaves pretendían terminar de formarme políticamente para que yo le sucediera, y él se lo creyó, lo compró, y animado por los jóvenes que veían en nosotros un tapón para que ellos llegaran, fueron contra nosotros.


¿Y era de verdad el delfín?


Bueno… a mí siempre me han gustado más los delfines que los tiburones, pero yo nunca hice, hice o actué en contra del presidente Griñán por lealtad a él y a lo que significaba.


¿Es mejor Susana Díaz que Pedro Sánchez para liderar el PSOE?


Creo que son perfectamente compatibles. Que Pedro Sánchez obtiene un buen resultado y puede gobernar, pues se va a consolidar, y tendrá en Susana un aliado. Que Pedro Sánchez no tiene un buen resultado y tiene que dimitir, pues Susana Díaz tendrá todo el derecho a aspirar a ser secretaria general.


¿Qué le ha dado y qué le ha quitado la política?


Me ha dado mucha formación, he aprendido muchas cosas. Y lo más importante, he podido comprobar cómo se le puede resolver problemas a la gente. Me ha quitado tiempo, intimidad, independencia.


¿Ilusión?


No. A lo mejor espontaneidad.


¿Sigue creyendo en ella?


Por supuesto. Sigo teniendo una enorme confianza en la política. Es uno de los ejercicios más nobles.


¿Volvería a hacer las cosas como las hizo?


Es una pregunta muy complicada pero hay cosas que no haría.


¿Volvería a decirle que no a Griñán?


Sí. Hoy con muchas más razones que entonces. Es verdad que no tuve en cuenta que las consecuencias iban a arrastrar a tanta gente, pero no fui capaz de entender que esa decisión arrastraba a la dirección política de Almería, porque no pensé en la maldad humana


¿Fue un acto de maldad?


Sí. Lo fue. Injusto. Yo no soy rencoroso ni vengativo, pero al final la vida te da lo que tú das. Él no ha tenido un buen final. Yo le tengo afecto en los personal, pero creo que fue políticamente un desastre para los intereses del partido y de la Junta.


¿Y a partir de ahora?


Disfrutar estos días, espero que me dure todavía esta euforia, y seguir con mi vida profesional.


¿Le gustaría que se borrara el rastro de lo que ha pasado en los últimos tiempos de internet?


Sí. Porque es injusto. Pero es verdad que la inmensa mayoría de la gente que me conoce no ha tenido nunca ninguna duda.


¿Y qué añadiría?


Un inmenso agradecimiento a toda la gente que ha confiado en mí (se le quiebra la voz). No hay palabras…. Ha sido muy duro, Antonia.


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