De limpiar cines de verano a ver desaparecer la Vega: historias de un taxista de Almería
La vida de este taxista almeriense es un reflejo fiel de la evolución de la ciudad

Juan Jesús Gómez Sánchez, el taxista de Almería con mil historias.
"Me llamo Juan Jesús Gómez Sánchez, es un nombre muy simple, no tiene nada de especial". Así comenzaba su entrevista este taxista de Almería, uno más, entre tantos que cada día nos facilitan la vida, al menos a aquellos que no tenemos coche. No obstante, la simplicidad de su nombre contrasta enormemente con la complejidad de los años vividos... porque sí, desde la década de los 70, a Juan Gómez le ha dado tiempo a hacer muchas cosas.
Curiosamente, la forma en la que ha ido pasando su vida ha sido un fiel reflejo de cómo también iban pasando los años por la ciudad. Desde los queridísimos cines de verano, que antaño se contaban por decenas y de los que apenas queda rastro, hasta las nuevas calles de la Vega de Acá, que hasta hace poco sólo eran surcos en la orilla del Andarax, cada uno de los grandes cambios que ha vivido la ciudad, dejando atrás lo antiguo para reemplazarlo por lo nuevo, Juan Gómez también lo ha hecho.
Cuando era un chiquillo, de 6, 7 ó 8 años- no es que no lo recuerde, sino que fue en cada uno de estos tiernos años de su vida- Juan Gómez era un orgulloso limpiador de cines de verano. Por favor, no entienda el lector que se trata de un caso de explotación infantil, simplemente los tiempos eran diferentes y ¿quién le podría quitar la ilusión a un niño de ver imágenes en movimiento llegadas directamente desde Hollywood? "Mis amigos y yo limpiábamos el cine para poder ir luego a ver las películas gratis, y la gracia es que no siempre las veíamos porque eran las películas que ya estaban más que vistas de Estados Unidos, mientras tanto jugábamos... aunque eso sí, éramos unos privilegiados", recuerda el taxista.
Cine de verano todos los días
En aquel momento había casi una decena de cines de verano en lo que a día de hoy es la zona de El Zapillo, todos habilitados para disfrutar de ellos tanto en invierno como en verano y con una buena colección de películas de Manolo Escobar. En aquellos dulces años Juan Gómez prestaba sus servicios en el Cine San Miguel, donde mientras recogía la basura, colocaba con sus amigos cepos para cazar gorriones. "Cosas de niños", señala.
Pero este no es el único cine que visitaba este mozo. Cada día había proyecciones diferentes, que si Tarzán en blanco y negro... "Vieras la película que vieras te impresionaba", cuenta Juan Gómez, y es que por eso, alguna que otra jornada había que cambiar de ubicación. Con especial cariño recuerda el hombre el cine de verano de la Terraza Oriente, espacio en el que también tocaron por primera vez en Almería Los Chichos, aquel domingo, 27 de abril de 1975. Además, fue muy cerquita de allí donde se ubicaron los Cines Monumental, donde según cuenta Juan Gómez, podías ver dos películas por el precio de una.
Cuando cumplió 16 años el protagonista de esta historia encontró inmediatamente un trabajo; bueno, él no, se lo encontró su madre. Después de limpiar el cine de verano, ayudarle a su padre en el negocio familiar que constaba de una pequeña barca en la que salían a pescar, se convirtió en mecánico, chapista y pintor de coches. "En el pescado estuve hasta los 20 tantos, era lo que había en el barrio, porque antes no era El Zapillo, era el barrio pescador. Recuerdo estar de pequeño con mi padre en la barca, pelando gambas para ponerlas como cebo", narra Juan Gómez.
Coches, fiestas y hoteles
El barrio 'pescador' acabó integrándose en la ciudad y mientras tanto, Juan seguía contemplando como al taller almeriense llegaban nuevos vehículos procedentes de otros países. "Recuerdo una vez que vi un motor de tres pistones, eso era rarísimo. Miré el logotipo del coche y por primera vez vi cuatro anillos entrelazados. Esa fue la primera vez en mi vida que vi un Audi", señala.
Pero que nadie se confunda, la vida de Juan no fue tan ordenada: a la par que pescaba y arreglaba coches, también tocaba en un grupo de música, que por supuesto al principio solo fue uno. Al final, acabaron siendo muchos los grupos en los que Juan Gómez había actuado como pianista. "Íbamos a tocar a las ferias de los pueblos de la provincia y a los hoteles de Roquetas. Allí a los músicos se nos trataba como reyes, nos ponían comida, habitación y barra libre... fueron buenos años. El último grupo en el que toqué se llamaba 'Pasión'", indica el hombre que ahora conduce un taxi.
Y es que la vida de este hombre no deja de ser de lo más interesante. En su repertorio no faltan historias de lo más curiosas, como aquella vez en la que su grupo tuvo que dejarle los micrófonos a Las Grecas para que pudieran actuar en El Ejido. Además, este chiquillo que en verano limpiaba cines fue un privilegiado testigo del milagro almeriense: "Un día en el cole nos dijeron que íbamos de excursión. Nos llevaron al campo y allí nos hicieron pasar dentro de una estructura en la que hacía un calor insoportable. Era el primer invernadero que se había instalado en Almería, todavía en su fase experimental", cuenta emocionado.
Ahora, tantos años después, Juan Gómez recorre la ciudad tras el volante de su taxi otorgándole a cada una de las calles de Almería una parte de la historia de su vida.