Pasado el susto del gran apagón que dejaba el pasado lunes 28 de abril al país en fuera de juego, muchos almerienses han alzado la vista hacia sus ‘terraos’ contemplando la brillante placa fotovoltaica que quedada en desuso en aquel momento. Porque sí: tener paneles solares no te libra del apagón si no tienes una batería que almacene lo que generas.

En Almería, este incidente ha hecho resaltar la necesidad urgente de una infraestructura energética más resiliente.

Según el Informe de Infraestructuras Energéticas, elaborado por la Junta de Andalucía, en Almería hay más de 12.000 instalaciones de autoconsumo conectadas a la red, con una potencia instalada de 169,9 megavatios. Es decir, miles de hogares que producen su propia electricidad con el sol… pero, el caso de no tener inversores de conexión durante un fallo en la red, se quedan a oscuras como el resto.

José Mora, responsable de la empresa Montajes Eléctricos Mora (Moelmo), explica que muchas instalaciones fotovoltaicas en la provincia se han orientado principalmente al ahorro en las facturas de electricidad, sin contemplar la posibilidad de una energía autónoma en caso de apagones. "Hasta ahora, las instalaciones se han diseñado para aprovechar los excedentes de energía durante las horas de sol, y para compensar el consumo nocturno. Sin embargo, no hemos tenido en cuenta el concepto de modo isla, que es cuando el sistema fotovoltaico puede seguir funcionando aunque la red eléctrica haya caído", comenta Mora.

El "modo isla" es un concepto fundamental para asegurar que la vivienda o empresa pueda seguir operando durante un corte de luz, evitando que la energía se inyecte a la red. Para que esto funcione de manera efectiva, es necesario un sistema que incluya baterías de almacenamiento y un inversor híbrido, lo que permite que la energía generada por los paneles solares se utilice para alimentar la casa, incluso cuando la red esté caída.

Baterías para acabar de equipar las casas

Mientras el debate sobre las causas del apagón sigue en pie, muchos en la provincia comienzan a poner la mirada en el dispositivo que mantiene viva la energía producida a través de las placas solares.

El interés por las instalaciones de sistemas de autoconsumo y las baterías de almacenamiento ha crecido de forma masiva en esta semana considerable con los días posteriores al gran apagón. Así lo confirma José Tesoro, responsable de la empresa Kit Photovoltaicos, en declaraciones a La Voz: “La gente quiere equipar sus casas con baterías. Están buscando independencia energética y soluciones que les den seguridad ante otro apagón”.

El autoconsumo, en su mayoría, ha sido el principal motor para la instalación de paneles solares en las viviendas y pequeñas empresas en Almería. No obstante, muchas de estas instalaciones no contemplaron la posibilidad de integrar sistemas de respaldo o "backup" que garanticen el suministro de energía en caso de corte eléctrico.

José Tesoro explica cómo los inversores juegan un papel clave en la gestión de los consumos críticos. Los consumos críticos eléctricos se refieren a aquellos que son consumos esenciales para el funcionamiento o la seguridad de una instalación, como los que se realizan en sistemas de emergencias, equipos médicos, o en procesos industriales clave.

En el contexto de una vivienda, Tesoro señala que estas baterías irían a alimentar a aquellos consumos que no pueden interrumpirse bajo ningún concepto, como la iluminación básica, el sistema de refrigeración.

Durante el día, las placas fotovoltaicas siguen generando electricidad, que se utiliza tanto para cubrir los consumos inmediatos como para recargar las baterías. Por la noche, o en caso de corte de la red, el sistema recurre a la energía almacenada. “Con una batería adecuada, la casa puede seguir funcionando sin interrupciones”, matiza el responsable de Kit Photovoltaicos.

La importancia de las baterías de almacenamiento

En cuanto a las baterías de almacenamiento, Mora destaca que estas son esenciales para asegurar un suministro continuo de energía, a su juicio, esta medida a pequeña escala como una vivienda es una opción viable pero, en sectores productivos de gran consumo como el agrícola, aún es una opción cara y poco rentable. 

Si bien las baterías están comenzando a ser más asequibles para usuarios domésticos con un precio que oscila entre los 3.000 y 4.000 euros, los costos siguen siendo un obstáculo para la implementación en cooperativas agrícolas, que demandan mucho más consumo energético.

El futuro de las comunidades energéticas en Almería

Una de las dificultades más notables en la implementación de instalaciones fotovoltaicas a nivel de comunidades, sobre todo en edificios de Almería, es la falta de espacio físico para colocar los paneles solares. Mora explica que, aunque algunos edificios están comenzando a instalar paneles solares para el consumo comunitario. 

A pesar de estas limitaciones, algunos ayuntamientos, como el de Cuevas del Almanzora, están apostando por la creación de comunidades energéticas locales. En este caso, se están instalando tres sistemas fotovoltaicos en diferentes edificios públicos, como la policía local y la piscina, para abastecer todos los consumos del municipio. Este tipo de iniciativas podría ser la clave para fomentar el autoconsumo colectivo y mejorar la eficiencia energética en áreas urbanas y rurales de la provincia.