La Voz de Almeria

Almería

“No se podía ni caminar”: una almeriense en Atocha relata “el caos” para coger un tren

La escritora Sarah Thomas cuenta cómo se han vivido en la estación madrileña los efectos del gran apagón

Pasajeros esperan en la estación madrileña de Atocha a coger sus trenes, aplazados a causa del apagón.

Pasajeros esperan en la estación madrileña de Atocha a coger sus trenes, aplazados a causa del apagón.

Evaristo Martínez
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“Ha sido una locura”. Así define la escritora almeriense Sarah Thomas la odisea vivida en la estación de Madrid Puerta de Atocha-Almudena Grandes para poder coger un tren después del gran apagón eléctrico sufrido en España este lunes 28 de abril. 

Los trabajadores de Renfe se han afanado durante el ‘día después’ para reubicar a todas las personas que ayer no pudieron viajar, señalándoles cuándo y cómo subir a los trenes de este martes. Pasajeros que se unen a los que tenían su billete para hoy, como es el caso de la almeriense. 

Thomas llegó poco antes de la una de la tarde a la estación madrileña para viajar con destino a Barcelona. Su tren, procedente de Málaga, debía salir desde Madrid a las 14:42 horas, pero al llegar vio que se retrasaba hasta las 15:53 horas. No pudo coger el directo la capital catalana ya que estos “están saturados”.

Lo que se encontró en Atocha fue “un absoluto caos”, con la estación “colapsada”, pantallas informativas que no funcionaban o no estaban actualizadas y el personal “cantando” por megafonía los trenes que estaban a punto de partir. 

Los vagones se han llenado conforme entraban en la estación. “Es un espectáculo ver tantísima gente. Los trenes llegaban, se bajaba la gente corriendo y todos intentaban subirse lo antes posible”, explica. 

Antes, los trabajadores indicaban cuándo se podía acceder a la zona de embarque según la hora prevista en los billetes. “Ha sido una locura, una desinformación absoluta. La primera planta estaba llenísima, no se podía ni caminar de la gente que había y la policía ha acordonado el acceso a la zona de embarque. Los trabajadores han hecho lo que han podido: algunos me han comentado que ni habían comido”, cuenta a LA VOZ ya a bordo de tren, que salió finalmente con tres horas de retraso.

Thomas, que ha ido documentando lo vivido en Atocha a través de fotos, vídeos y comentarios en su perfil de Instagram, destaca que una vez dentro de la zona de embarque la situación no era más tranquila. “Estaba llenísima y las compañías no sabían a qué hora salían los trenes. Las pantallas tampoco funcionaban, así que hemos tenido que ir corriendo de andén en andén porque ni siquiera la compañía nos decía correctamente la hora de salida o a qué andén teníamos que ir”.

Al haber tantos trenes circulando, la solución no ha sido otra que esperar que uno saliera para llenar de pasajeros otro nada más entrar en la estación. “Había gente allí esperando desde ayer”, expone la escritora de títulos como ‘En la otra orilla del Támesis’, ‘Saraneo’ y ‘Steinway’.

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