La solidaridad de los almerienses ha sido más fuerte que la pandemia, hasta el punto de que durante estos más de 15 meses de crisis sanitaria el número de  donaciones de sangre se ha mantenido muy similar al de años anteriores, a pesar de momentos tan duros como fueron los meses del confinamiento.

Según datos de la Asociación de Donantes de Vida de Almería, en los últimos 12 meses la provincia habría alcanzado alrededor de 19.000 donaciones de sangre y en la actualidad se encuentran en una media de 60 diarias, con las que la provincia no solo tiene suficiente para abastecer sus necesidades, sino que también dispone de excedentes que se donan a otras provincias vecinas, como Granada

Los datos oficiales ofrecidos por la Junta de Andalucía a primeros de este año también revelaban ya que en 2020 las donaciones de sangre en Almería se habían mantenido a unos niveles muy aceptables a pesar de la pandemia, puesto que  ascendieron a 18.614 , mientras que se registraron 2.410 nuevos donantes.

Teniendo en cuenta que las donaciones de 2019 fueron 19.961, la provincia apenas perdió 1.300, algo digno de encomio teniendo en cuenta que en 2020 todo estuvo en contra. Esas 16.614 donaciones supusieron el 12,9% del total de las registradas en Andalucía, donde se contabilizaron 277.765 , lo que supuso sólo un 3,8% menos respecto al mismo periodo del año anterior. Almería y Granada fueron las provincias que aportaron más donaciones, ambas exactamente con el mismo porcentaje respecto al total, un 12,9%.

Un ejemplo

Y es que, como explica José Nemesio Pascual, presidente de la Asociación de Donantes de Vida de Almería, la provincia siempre ha sido un referente en la donación de sangre -al igual que en la de órganos-. Él mejor que nadie puede servir como ejemplo, tras haber recibido  el Escudo de Oro de la Ciudad que el Ayuntamiento otorga a quienes superan las 100 donaciones de sangre y plasma a lo largo de su vida. José ronda ya las 120, puesto que recibió ese reconocimiento en 2018 y, como viene sucediendo desde que alcanzó la mayoría de edad, ha seguido sin faltar a sus cuatro citas anuales con la solidaridad.

“Yo estudiaba en el Instituto Alhadra cuando vinieron a hacer una extracción. Desde el primer momento sentí el gusanillo por ayudar, porque un día es por ti y otro por mí, y todos alguna vez vamos a necesitar una donación. Al principio seguimos donando sangre todos los compañeros del equipo de fútbol sala, al final quedaron unos pocos”.

Desde entonces han pasado 30 años -ahora tiene 48-, en los que ha aportado más de 55 litros de sangre, aunque en la provincia hay personas que superan incluso las 160 donaciones  a lo largo de su vida. Normalmente, se puede donar hasta los 65 años, y a partir de esa edad un médico deberá confirmar que el donante reúne las condiciones adecuadas. 

Pero José Nemesio no solo es donante de sangre, sino también de plasma, médula y tejidos, todas las donaciones que pueden realizarse a través de la Asociación de Donantes de Vida. Si una donación de sangre requiere apenas de un cuarto de hora, la de plasma necesita de una hora y la de médula puede rondar las cuatro horas.

No obstante, un donante de médula puede pasar toda su vida sin que le sea requerido, puesto que debe necesitarla un paciente compatible. “A mi, por ejemplo, no me han llamado nunca”, dice Nemesio. Eso sí, los donantes saben que cuando sean llamados será para salvar una vida de forma prácticamente inmediata. 

Respecto a los 15 meses de pandemia, el presidente de la asociación almeriense se muestra especialmente satisfecho con la respuesta de la provincia. “Hemos conseguido mantener el nivel, aunque es cierto que ha costado un poco más, un esfuerzo aún mayor, porque también es cierto que muchos voluntarios son personas mayores que no han podido participar".

Durante la pandemia han sido muchos los almerienses que para combatir el covid-19 han donado plasma, que ha sido especialmente importante en el caso de  personas que han superado la infección, puesto que disponen de plasma inmune al virus, mucho más resistente y fuerte para combatir  la enfermedad.