La Voz de Almeria

Almería

La clave almeriense en la salvación de Marcello

Un niño venezolano es operado con éxito en España con la ayuda de una asociación de Almería

Juan Carlos Puerta y Mónica Paolini con su hijo Marcello.

Juan Carlos Puerta y Mónica Paolini con su hijo Marcello.La Voz

Miguel Cabrera
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Los cirujanos del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla han conseguido salvar la vida en una doble operación a corazón abierto del pequeño Marcello Josué, un niño venezolano de solo dos años a quien con apenas una semana de vida se le detectaron  graves cardiopatías.

Sus padres, Juan Carlos Puerta, de 32 años,  y Mónica Paolini, de 30, han tenido que afrontar desde finales de 2020 toda una odisea para llegar a España con el único objetivo de curar a su hijo, algo imposible en su país sin dinero o sin el ‘carné de la patria’ que demuestra que se es afín a la dictadura de Maduro, cuyo régimen llegó a perseguirles solo por pedir ayuda para Marcello.

Finalmente y tras muchos problemas, la familia logró salir de Venezuela y decidió viajar a España, gracias fundamentalmente a la ayuda que les proporcionó la Asociación Almeriense de Cardiopatías Congénitas, y sobre todo su presidenta, María José Cañadas.

“María José nos ha sido de gran ayuda, sin ella no hubiéramos conseguido el objetivo de salvar a Marcello. Ella nos consiguió una cita con el cirujano Enrique Ruiz, del Hospital Materno Infantil de Málaga, y ha estado pendiente en todo momento de nuestros movimientos,  aconsejándonos qué era lo mejor y lo que debíamos hacer, todos los pasos a seguir”, dice Juan Carlos Puerta, quien hasta el pasado febrero trabajaba como supervisor de almacén en la empresa Domínguez Continental, en Barquisimeto, la ciudad al este de Venezuela en la que vivía la familia.

Ahora, junto a su mujer y sus dos hijos -Marcello y Nicolle, de 11 años-, están acogidos por nuestro país por razones humanitarias en un piso de Sevilla de la Fundación Convivencia y Cohesión Social, y espera conseguir el asilo político para quedarse a vivir en España.

Tanto Juan Carlos como Mónica quieren seguir aquí fundamentalmente porque creen que en este país su hijo podrá recibir toda la atención que sigue necesitando para su enfermedad.

Venir a Almería

El matrimonio cuenta a La Voz que está dispuesto a trasladarse a vivir Almería si consiguen regularizar su situación y encuentran un trabajo, algo en lo que ya está trabajando, valga la redundancia, “como reto personal”, María José Cañadas, quien declara que desde el primer mensaje que recibió de esta familia se sintió impactada por su situación y puso todos los medios a su alcance para ayudarles, a pesar de que, como dice, la asociación que preside es “muy modesta en términos económicos”. Además, desde que la familia venezolana está en España también está en permanente contacto con ella.

María José, que es madre de un niño con una cardiopatía congénita, fue quien consiguió una cita para con el doctor Ruiz en Málaga. No obstante, pocos días después de llegar a Sevilla, el pasado 17 de febrero, el pequeño sufrió un desmayo y sus padres le llevaron al servicio de Urgencias del Virgen del Rocío. Allí, los médicos confirmaron su gravedad y le sometieron a sendas intervenciones que han salvado su vida, aunque aún necesitará de un exhaustivo seguimiento e incluso puede que otras operaciones.

Una odisea 

Este nuevo principio feliz en la vida de Marcello ha sido el final de una larga odisea que comenzó cuando su familia comprendió que en Venezuela nunca podría recibir la atención médica que necesitaba. “Allí es muy difícil conseguir medicinas, incluso las más básicas, como una aspirina, y mueren niños a diario por falta de atención, incluso por desnutrición”, explica Juan Carlos, quien con su trabajo ganaba “entre seis y siete dólares al mes”.

En cambio, para el tratamiento de su hijo  se le pedía en el hospital de su ciudad 7.000 dólares, una cantidad inalcanzable para el ciudadano medio del país. 

Los padres del pequeño relatan a La Voz que en el Hospital Militar de Caracas les dijeron que  Marcello no podía ser operado sin poseer el “carné de la patria, que demuestra que se es simpatizante con el régimen”. “Pero ese carné te obliga a hacer cosas de las que nosotros no somos partícipes, por lo que nuestra alternativa era entrar en una lista de espera formada por más de 6.000 niños, aunque muchos mueren antes de ser atendidos”, añaden.

Juan Carlos y Mónica se vieron atrapados e intentaron buscar ayuda por todos los medios, para lo que publicaron varios vídeos informando de la situación de Marcello. Estos vídeos provocaron la persecución del régimen. “Nos catalogaron como traidores a la patria y nos exigieron que retiráramos el vídeo de las redes bajo amenazas, pero no lo hicimos. Después, miembros de la fuerza de acciones especiales me  vinieron a buscar al trabajo, y a mi hija a su colegio, y sentimos verdadero miedo". De ahí que decidieran salir como fuese del país.

Para que la familia venezolana pudiera salir de su país fue clave la Asociación Almeriense de Cardiopatías Congénitas, con la que contactaron a través de correos electrónicos y que les asesoró y guió en su camino, como explican a este periódico.

Con grandes dificultades consiguieron el pasaporte. “Tuvimos que pagar 450 dólares a un guardia para que nos llevara a la frontera de Colombia por caminos ocultos durante cuatro días”. Poco después, el 13 de febrero, volaban rumbo a Madrid.

Ahora están invitados a visitar Almería, algo que María José Cañadas espera que suceda cuanto antes. “Voy a intentar buscarles trabajo y casa para que puedan trasladarse a vivir aquí”, anticipa la presidenta de la asociación.


La asociación almeriense

Esta organización nació el 14 de febrero de 2019 y está formada de momento por una quincena de padres y madres almerienses con hijos afectados por cardiopatías congénitas.

La asociación nació con el objetivo de informar y asesorar a los miembros, pero también, como explica Cañadas, “para intentar mejorar la sanidad almeriense, puesto que aún tenemos pocos medios, aunque la implantación de algunos que son básicos no supondrían un coste excesivo, como es la oximetría de pulso en los hospitales”.

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