La Voz de Almeria

Almería

“En 48 horas ya vimos que venía un tsunami, de ahí el Plan Almería”

Entrevista a Javier Aureliano García, presidente de la Diputación Provincial

Javier Aureliano García, en su despacho de la Diputación Provincial, en una imagen de archivo

Javier Aureliano García, en su despacho de la Diputación Provincial, en una imagen de archivoLa Voz

Antonia Sánchez Villanueva

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Para quien dirige la institución que ampara y da cobertura a los 103 municipios de la provincia, un estado de alarma con crisis sanitaria, económica y social se convierte en 103 preocupaciones simultáneas. En tiempo récord, la Diputación Provincial ha cambiado el guión, el paso y ha puesto todos sus recursos y capacidad de gestión a un único objetivo: reconstruir el tejido económico y social de los pueblos. Estos días, su presidente, Javier Aureliano García, habrá videoconversado con centenares de personas, desde alcaldes a representantes de todos los sectores. Reconoce los síntomas de un momento histórico para el mundo en su totalidad, que hay que gestionar desde lo local, incluso desde lo microlocal, y ha puesto toda la carne en el asador.

¿Esta es la peor crisis que vamos a vivir?

Yo creo que es la peor crisis después de la posguerra. La destrucción de trabajo tan veloz, el brote sanitario tan fuerte, los fallecidos, una situación de tanta incertidumbre no se vivía desde entonces, salvando las distancias. Por supuesto, es lo peor a lo que me he enfrentado desde que estoy en política. 

 ¿Cuál es la zona de la provincia que lo esté pasando peor? 

Que lo esté pasando peor sanitariamente, pueblos pequeñitos con afectados o fallecidos como Illar, o Líjar, evidentemente Roquetas o la propia capital. Económicamente, el sector turístico y el sector servicios son los más azotados. Hay municipios de la costa que lo juegan todo al sector turístico, y están pasándolo ahora muy mal. El sector servicios está cerrado y lo va a estar pasando mal cuando se empiece a recuperar porque la sociedad va a tardar en adaptarse a las relaciones, incluso a la forma de comprar, o de tomarse una cerveza. Hasta que nos adaptemos, este sector lo va a pasar mal. 

 Los expertos advierten de que puede haber retrocesos. Aquí se plantea ser de los primeros en el desconfinamiento. ¿Puede ser prematuro?

Hoy por hoy, en la provincia de Almería tenemos el número más bajo de contagios por cien mil habitantes en la España continental. Almería, por tanto, es una provincia en términos epidemiológicos, segura. Pero no nos podemos confiar porque si no somos responsables, podría haber rebrotes y ya no seríamos la provincia que menos incidencia tiene. ¿Almería está preparada para la desescalada? Depende. Hablando con los sectores en primera línea, respetando todas las medidas  sanitarias, siguiendo con la responsabilidad que hasta ahora hemos tenido, si cumplimos esos parámetros, Almería necesita despertarse ya.

 Dicho de otra manera, el lunes, estarían en disposición de abrir bares, restaurantes.. ?

¿Sabes lo que pasa? Que tal y como ha planteado el Gobierno, no se les costea abrir un tercio su terraza. Hay restaurantes, bares, que no tienen terraza y los que tienen, a lo mejor tienen diez mesas. ¿Sabemos cuántos pueden estar en cada mesa? Hay mucha incertidumbre, mucha improvisación. ¿Estarían preparados? Claro que sí, pero no lo hagamos sin hablar con el sector. Hagámosla planificada, consensuada y dialogada. Es lo que ellos están pidiendo. Pero ni siquiera se les ha escuchado. Es más, yo creo que el Gobierno no sabe cómo va a ser la desescalada, ese es el problema. 

La agricultura, como en la crisis de 2008, está siendo valor refugio. ¿Es una oportunidad  para revalorizarla como gran sostén de la provincia? 

Los agricultores de Almería han sido el gran ejemplo de compromiso con España, y con Europa. Desde el minuto cero han estado trabajando, y cada día, mientras los españoles estaban confinados en sus casas sin salir, había miles de almerienses que se movían de un municipio a otro, que se juntaban para trabajar en cooperativas, y no ha habido propagación del coronavirus. Los agricultores sabían que tenían que seguir alimentando al conjunto de Europa y han tomado todas las medidas de seguridad, incluso más que las se recomendaban. Las cooperativas, las alhóndigas, los trabajadores del invernadero, son un ejemplo mundial de cómo se tiene que tapar para que no entre el coronavirus.   


 Sin este sector ¿cuál habría sido el impacto real en la provincia? 

Hubiera sido la quiebra de Almería. Todo el trabajo  de aquí para atrás en el sector servicios no habría valido absolutamente nada. Es como si hubiésemos puesto todos los huevos en la misma cesta. Se habrían roto todos los huevos. Gracias a la agricultura esta provincia puede respirar. 

 Hace una semana presentó el Plan Almería, muy ambicioso, de una altísima inversión. ¿En qué momento tuvo conciencia de que había que poner todos los recursos de la Diputación sobre la mesa?

Hay dos fechas clave. El 13 de marzo, viernes, donde decreté la emergencia en la provincia de Almería, dos días antes d el estado de alarma que decreta el Gobierno. Pues bien, el día 16 de marzo, lunes, empezamos a trabajar ya en el día después. Sabíamos que esto iba a tener un impacto muy importante en nuestra economía y que se iba a llevar por delante a muchas personas. Era un tsunami que iba a ahogar a muchos autónomos y muchas pymes. Este Plan Almería es fruto del diálogo con autónomos, pymes, Asempal,  Cámara de Comercio, sindicatos, tejido social, funcionarios, partidos. Es el plan más ambicioso, con 111 millones y medio de euros, que nunca antes en la historia de esta Diputación se había puesto encima de la mesa. ¿Cómo ponemos ese dinero? Primero, reestructurando el presupuesto. Segundo, hemos pedido créditos. Esta Diputación Provincial puede endeudarse y ahora es cuando hace falta. Y tercero, hemos utilizado el 20 por ciento de nuestro superávit de 2019.  

¿En una situación de crisis prolongada cuánto podría aguantar la Diputación Provincial con este volumen de inversión, sobre todo si se aplaza el pago de tributos?

No solamente tenemos que ver el escenario de una situación prolongada, sino también de un rebrote de la crisis. Que, por ejemplo, en septiembre haya otro pico de contagiados y que las provincias como Almería puedan ser la más afectadas porque tengan menos inmunidad. Por eso hemos sido cautos a la hora de poner la inversión encima de la mesa. Este es un plan abierto, se pueden seguir inyectando más según las necesidades. ¿Hasta cuánto? Tenemos capacidad para doblar este plan hoy por hoy. Pero tenemos que ver cómo funciona, qué más pueda demandar la sociedad y a partir de ese momento poder inyectar más dinero de un sitio a otro.  


 Un efecto colateral ha sido la aceleración de los procesos de digitalización. En la provincia hay zonas con problemas de conexión y de cobertura. ¿No hay nada contemplado en este plan para mejorar la conectividad? 

Sí, pero este plan de lo que trata es de inyectar liquidez rápido en la sociedad. Está prevista la inversión en las telecomunicaciones y la digitalización de los territorios. De hecho la Diputación ya está digitalizando, o metiendo la fibra óptica en los municipios. La Diputación de Almería, en dos días, tenía teletrabajando a 1.550 personas, de la propia Diputación y de los ayuntamientos. No se ha dejado de prestar ni un solo servicio en la Diputación, pero lo mejor de todo es que no se ha dejado de prestar ni un solo servicio en los ayuntamientos. En dos días hemos puesto a funcionar a todas las administraciones locales de la provincia gracias a la red de la Diputación. 


¿Qué están pidiendo los alcaldes y alcaldesas para sus territorios? 

Los alcaldes tienen sentido común y están trabajando muchísimo. Yo no me he encontrado un alcalde o una alcaldesa que no se esté volcando al mil por cien para intentar proteger a sus vecinos. Y todos, lo primero que te dicen es que no quieren ver ningún vecino suyo infectado y que les ayudemos con las medidas higiénico sanitarias. Lo segundo que te dicen es que sus vecinos de qué van a vivir, que cómo va a levantar las persianas ese autónomo, ese bar, esa tienda del pueblo, esa es la preocupación que tienen. Nosotros intentamos aportar ayuda. Y también nos piden activar su pueblo, que se ha quedado muerto, y a esa reactivación también les ayudaremos a través del Plan Almería. Queremos promocionar de  manera intensa el consumo de cercanía. 

 Este verano todo apunta a que el turismo que va a primar es el provincial. Gobiernos como el alemán o el británico ya han recomendado no viajar a España. Esto complica la cosa. 

Claro, pero, además, yo les pido a los almerienses que tengan vacaciones este verano, que visiten Almería, que conozcan rincones en nuestra provincia. Ahora más que nunca nos necesitamos unos a otros. Que pernocten, que consuman productos de Almería. Y también vamos a hacer campaña en provincias limítrofes y a nivel regional. Vender Almería como destino seguro. Queremos que venga gente pero desde la responsabilidad y siguiendo los parámetros sanitarios. Y no podemos olvidarnos del mercado internacional. Seríamos unos necios si dejáramos caer la marca Costa de Almería. No podemos escudarnos en el coronavirus. ¿Sabes por qué? Porque  otros ocuparían nuestro lugar. 

 ¿Hay proyectos que se van a tener que quedar en el camino o aparcar para poder desarrollar este plan?

Claro, evidentemente. Son decenas de proyectos que vamos a aparcar. Estábamos muy ilusionados en la centralización del edificio del Hogar Provincial, donde íbamos a meter toda la administración de la Diputación Provincial. Eso ya no se va a poder hacer. Hay subvenciones que dábamos para eventos, tanto culturales como deportivos o de convivencia que tampoco vamos a llevar a cabo. Se van a tener que transformar también proyectos, como Fical, no se va a dejar de hacer, pero se va a transformar.  Hay proyectos de inversión, como construcción de pabellones, que se quedan aparcados. Ahora las prioridades son otras. 

En Almería ha funcionado la coordinación con los alcaldes más allá de colores politicos, la oposición ha participado en  este plan, ¿no se echa en falta un consenso así a nivel nacional?

Para que haya consenso, el primero que tiene que tender la mano es el que gobierna. Lo que no puede ser que la oposición se entere de las medidas que va a tomar el Gobierno por la prensa, que se reúna con las comunidades autónomas para explicarles las medidas que ya ha tomado, no para preguntarles. El que está fracasando es el que tiene que propiciar ese consenso. Yo sería el máximo responsable si en la provincia de Almería no hubiera consenso con la oposición y para eso primero tengo que tender la mano. Y tengo que decir que la oposición, tanto el Partido Socialista, Vox y Ciudadanos en esta provincia están estando a la altura, y, por supuesto, mi partido. Yo me siento muy orgulloso de presidir una institución cuyos 27 diputados están a la altura. Es verdad que el PSOE, su secretario general y como partido, no está a la altura que están teniendo sus alcaldes y diputados provinciales. Al PSOE de Almería le queda mucho que aprender de sus alcaldes.

¿En el ámbito nacional  la oposición está a la altura? 

No puede estar a la altura cuando no se cuenta con ellos. La oposición no puede estar a la altura para decir ‘sí bwana’ a la decisión que ha tomado el presidente de forma unilateral. En el momento que el presidente consulte con la oposición las medidas que va a tomar para los españoles y si, una vez que haya consultado, la oposición sigue haciendo oposición, yo diré que no está estando a la altura. 

¿Se alegra especialmente estos días de no seguir en el Congreso?

No, yo renuncio al escaño y, a partir de ese momento, ya no miro atrás, solo miro adelante. Y ahora más que nunca me doy cuenta de que la decisión que tomé fue la más acertada. Aquí hacía más falta que en el Congreso.

¿Cuál será el primer sitio que visite de la provincia cuando se pueda? 

Hay muchos sitios que me gustaría ver, sobre todo sitios que han estado más castigados sanitariamente, porque sé perfectamente del sufrimiento que han tenido esos alcaldes y esos vecinos. También iré a visitar el sitio donde vamos a poner ese gran monumento que recuerda a las víctimas del coronavirus, porque es el centro geográfico de la provincia y porque esas víctimas no han podido ser ni siquiera despedidas por sus familiares. 


 La Diputación Provincial tiene una residencia de personas mayores, un segmento de población de alto riesgo. ¿Qué planes tienen para mantener la guardia?

La primera medida que tomamos fue cortar las visitas y hacer un protocolo de entrada a la residencia, los proveedores no pisan la residencia. Estamos preparados por si, por desgracia, tuviéramos que tener algún infectado, que por ahora no hay ninguno. Es un auténtico bunker y no vamos a dejar que sea así todo el tiempo necesario. No vamos a permitir que ningún trabajador y que ningún residente por una mala planificación de esta Diputación se contagie. 

 ¿Cómo se imagina que va a ser la Almería de la nueva normalidad? 

Eso de la nueva normalidad es una nueva frase de las que nos tiene acostumbrado el jefe del Gabinete de Gobierno y, por tanto, ni la voy a utilizar. Yo imagino una Almería donde al principio haya una cierta precaución. También veo una Almería otra vez pujante porque ha estado siempre acostumbrada a salir sin que nadie le ayude. Y eso es lo que a mí me tranquiliza y por eso las administraciones tenemos que estar a su altura. Estoy totalmente convencido de que seremos una de las primeras provincias que volvamos a la normalidad. Aunque hay muchas cosas que han venido para quedarse. El coronavirus ha traído una nueva forma de trabajar y de relacionarse.


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