La odisea de conservar la Alcazaba
Año 955

La conservación de la Alcazaba siempre ha sido caballo de batalla en Almería. El Ayuntamiento nunca ha tenido fondos suficientes para obras de mantenimiento adecuadas y el monumento se ha deteriorado con el paso del tiempo.
En 1930, Leopoldo Torres realizó un estudio y proyecto de restauración; pero no se pudo llevar a cabo por la guerra civil. Tras la misma, Prieto Moreno fue encargado de dirigir las obras. Se ajardinó el primer recinto y la casa del Alcaide, además de consolidar el terreno, excavaciones, restauraciones y accesos.
Entre 1951 y 1954, se realizó una nueva excavación centrada en el conjunto palaciego y supuso la primera intervención arqueológica. El director de las obras fue Fernando Ochotorena.
Hubo que esperar a 1986 para realizar nuevos trabajos de documentación de las ruinas y realizar el inventario de gran parte del material arqueológico. El responsable fue fue Lorenzo Cara.
En 1993 se dio otro impulso a las obras, bajo el proyecto de Ramón de Torres. Las excavaciones se centraron en la muralla septentrional, en el sistema de canalización del agua y en los accesos al primer recinto; las dirigió Domingo Ortiz. Las últimas obras fueron para conocer el deterioro de la piedra de las murallas.