Agua, clima y virus marcarán la agenda 2024 para la agricultura

Las elecciones europeas de este año serán un foco de atención sobre el nuevo marco normativo

Los retos del sector agrícola almeriense en 2023 persisitirán, al parecer, en 2024. Algunos paracen llamados a convertirse en estructurales.
Los retos del sector agrícola almeriense en 2023 persisitirán, al parecer, en 2024. Algunos paracen llamados a convertirse en estructurales. La Voz
Jacinto Castillo
19:44 • 07 ene. 2024 / actualizado a las 19:47 • 07 ene. 2024

El clima es una de las principales preocupaciones del sector hortofrutícola almeriense a tenor de las impresiones generales de una quincena de representantes del modelo agrícola. 



Desde distintas perspectivas, el clima aparece como una cuestión preocupante, asociado indefectiblemente a la disponibilidad de recursos hídricos. Esta inquietud climática aparece plasmada en dos facetas condicionadas en función del momento en el que se encuentre la campaña. Por un lado, los representantes del sector consultados señalan las consecuencias inmediatas que presumibles cambios de la climatología local pudieran influir en el desarrollo de los ciclos de cultivo, generando distorsiones en los precios y en las cantidades disponibles para la comercialización. Pero, también contemplan los efectos que la evolución del cambio climático puede ejercer en el desarrollo de plagas y fitopatologías. Sin duda, se trata de una perspectiva plantea un amplio abanico de problemas y retos que abundan aún más la preocupación del sector en términos de medio y largo plazo. 



Aunque podría hablarse de un incipiente regreso al equilibrio y la moderación de los costes en los últimos compases de 2023, la carestía de los insumos sigue siendo motivo de preocupaciones. La secuencia de campañas caracterizadas por un constante incremento del precio de los factores esenciales para el sector, como son la energía, los fertilizantes, los plásticos y, de forma indirecta, la práctica totalidad de los insumos componen un escenario al que se une, de manera destacable, la mano de obra a causa de la reciente subida del Salario Mínimo Interprofesional. En cualquier caso, este 2024 recién estrenado no parece presentar expectativas que apunten a una campaña de signo negativo. En términos generales, la percepción es razonablemente optimista, si bien aún no han transcurrido las suficientes semanas del período álgido de comercialización como para establecer una previsión fundamentada de expectativas económicas para las comercializadoras y los agricultores. 



Aceptable



El año que comienza llega envuelto en la sensación de que podría repetirse, aproximadamente, un ejercicio agrícola semejante al anterior, considerado aceptable en términos generales. Por lo demás, cabe destacar la coincidencia general de los representantes del sector en las reflexiones sobre los cambios normativos a nivel de la Unión Europea, los cuales han generado posturas encontradas entre las actuaciones comunitarias y la mayoría de organizaciones agrarias y sectoriales de España y de Europa.



Todo parece indicar que 2024 va a ser un año de intensos debates y controversias sobre cuestiones que aún están pendientes de resolución, Una vez soslayada la amenaza de la restrictiva Ley de Uso de Sustancias Fitosanitarias propuesta por la Comisión Europea el Parlamento Europeo y que fue rechazada. Aun así, quedan cuestiones sensibles como las que representa la normativa sobre envases o, incluso, el futuro legislativo de las nuevas técnicas genéticas y, por supuesto, las directrices estratégicas de la futura PAC, recorrerá siete años hasta 2032. La tecnología es en sus diferentes vertientes, constituye una necesidad antes que una opción para buena parte de las personas que han intervenido en este contacto con el sector de cara a 2024. Tecnología para la toma de decisiones y para alcanzar modelos de producción más eficientes y rentables tanto para empresas como para los agricultores.






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