Quinoa bajo la lupa: genética que potencia nutrientes y antioxidantes
Identifican variedades de quinoa adaptadas al campo andaluz ricas en vitamina E y ácidos grasos

El estudio analizó más de un centenar de líneas de este pseudocereal cultivadas durante dos años en campos experimentales de Córdoba y Guadajira (Badajoz).
Un equipo de investigación del Instituto de Agricultura Sostenible de Córdoba (IAS-CSIC), en colaboración con el Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (CICYTEX), ha identificado variedades de quinoa (Chenopodium quinoa) cultivadas en Andalucía y Extremadura que presentan elevados niveles de vitamina E y ácidos grasos insaturados, compuestos asociados a beneficios para la salud cardiovascular.
El estudio, publicado en la revista Frontiers in Plant Science bajo el título “Genetic and environmental influences on fatty acid and tocopherol diversity in quinoa germplasm”, evaluó más de un centenar de líneas de quinoa cultivadas en secano durante dos años en Córdoba y Guadajira (Badajoz). Los resultados muestran que la composición nutricional de la quinoa depende en gran medida de la genética de la planta, lo que permite seleccionar variedades con alto valor nutricional y mejor adaptación al clima del sur de España.
Durante la investigación se analizaron aspectos agronómicos —como rendimiento y resistencia al clima—, nutricionales —perfil de ácidos grasos y contenido en vitamina E— y de resistencia a enfermedades. Se observó gran variabilidad entre los genotipos: algunas líneas presentaron más del 80 % de α-tocoferol, la forma más activa de vitamina E, mientras otras mostraron predominancia de γ-tocoferol, reconocido por sus propiedades antiinflamatorias. Asimismo, se comprobó que la heredabilidad de ciertos compuestos, como el ácido linolénico (omega-3) y los tocoferoles, alcanzó hasta un 86 %, lo que indica que la genética ejerce un papel mayor que el ambiente.
El estudio también reveló diferencias nutricionales según el origen geográfico de las semillas: las procedentes de Chile y Estados Unidos mostraron mayor proporción de α-tocoferol, mientras que las de Perú y Bolivia predominaban en γ-tocoferol, reflejando la distinción entre variedades de tierras bajas y altas. Además, se constató una correlación positiva entre el contenido en aceite y la cantidad de tocoferoles, lo que permite optimizar ambos rasgos de manera simultánea mediante selección genética.
La finalidad es obtener genotipos con semilla de gran tamaño, resistencia a enfermedades y perfil nutricional óptimo, que resulten rentables para el agricultor y atractivos para el mercado.
El potencial de la quinoa como alimento funcional, es decir, aquel que contribuye a la prevención de enfermedades además de nutrir, refuerza su papel estratégico en contextos de cambio climático, gracias a su resistencia a la sequía. Paralelamente, el equipo trabaja en la extracción de proteínas y grasas saludables de estas semillas para la elaboración de harinas enriquecidas, que podrían incorporarse a productos procesados como panes y otros alimentos.