El pueblo dormitorio de Almería enclavado en un valle a mitad de camino entre la playa y la montaña
A pesar de ser un pueblo pequeño localizado en el Levante Almeriense, ofrece una calidad de vida atractiva: tranquilidad, proximidad a la costa a diez minutos en coche

Recorrido por las ramblas de Los Gallardos.
Los hombres trabajaban en las minas y las mujeres, ancianos y niños cuidaban de la huerta para una producción de subsistencia y, en resumidas cuentas, de ayuda familiar. Se trata de un pequeño municipio que viene adquiriendo perfiles de ciudad dormitorio con calles blancas y luminosas que descienden en su búsqueda del río.
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El pueblo de la Alpujarra Almeriense refugio de Boabdil el Chico, el último sultán de Al Ándalus
Trinidad Rodríguez
La llegada al pueblo de familias trabajadoras y, sobre todo, jubilados, que vuelven a casa tras sufrir los impactos de la emigración, convierte a las calles en un desierto, aunque a partir del verano de 1996, la población aumenta considerablemente. Tanto es así, que según los últimos datos publicados por el INE en 2024, la población de Los Gallardos, es de 3.071 habitantes.
La gente trabaja, los afortunados, en el sector servicios, fundamentalmente en Mojácar, Vera, Garrucha, Turre y en Almería. Pernoctan en Los Gallardos, trabajan fuera y los fines de semana tienen el punto de encuentro lejos del dormitorio. Y es que, a decir verdad, es un pueblo joven. Es más, hasta septiembre de 1924, pertenecía a Bédar para ser una entidad municipal autónoma.

Así se viven las fiestas de Los Gallardos
Un municipio joven a unos 122 metros sobre el nivel del mar
La instalación del alumbrado público, uno de los primeros de las provincia, se produjo en 1925, lo que dio como consecuencia la construcción de una fábrica de harina, impulsada, a su vez, por los dos primeros alcaldes y por Martín Martínez y Francisco Alardón. Este, abuelo de una amplia familia, pasó a la historia como el tío Molinero y la persona que llevó adelante el proyecto.
Paseando por sus calles principales, se observa la arquitectura típica andaluza: casas encaladas, techos altos y patios con flores. De ahí, cabe hacer una para obligatoria en la Iglesia de San José (finales del s. XIX), centro espiritual y social del pueblo. También juega un papel importante los lavaderos públicos, donde antiguamente las mujeres lavaban la ropa y compartían vida comunitaria. Una verdadera joya del patrimonio popular.

Lavaderos públicos de Los Gallardos
Los Gallardos: el origen de su peculiar nombre
En los pueblos cercanos y limítrofes, el apellido Gallardo es considerable, incluso antes de constituirse núcleos de casas bajo el nombre de Los Gallardos. Una teoría apunta a los primeros colonos, otra a un capitán llamado Francisco Gallardo, que recibió tierras por una real cédula de Felipe II en 1576.
Su constante crecimiento: minería y agricultura
El pueblo creció gracias a la minería en la Sierra Almagrera y Bédar, especialmente con la extracción de plomo y hierro. Llegó a tener ferrocarril minero hacia Garrucha para exportar el mineral. Sin embargo, con el fin de la minería, se consolidó como un pueblo agrícola. En los años 70, las mujeres del municipio jugaron un papel clave en la producción de tomates bajo la empresa Pascual Hermanos.