El pueblo almeriense que inspira lienzos y ahora también enseña a pintar como los grandes artistas
Chercos celebra la II edición de su Concurso de Pintura Rápida con una jornada única en la que artistas consagrados pintarán en directo y compartirán su técnica con el público

Archivo del I Concurso de Pintura.
El encanto rural de Chercos volverá a convertirse este verano en una explosión de color, creatividad y talento. Tras el rotundo éxito del año pasado, el próximo sábado 9 de agosto, en el marco de sus fiestas patronales, la localidad acogerá la II edición del Concurso de Pintura Rápida 'Villa de Chercos', una cita que ya se perfila como referente cultural en la comarca del Almanzora y que este año incorpora una gran novedad que la hace aún más especial.
Si en 2024 fueron 31 los artistas que llegaron desde distintos rincones de España para retratar las calles, plazas y paisajes de este pintoresco municipio almeriense, en esta ocasión el evento suma una propuesta innovadora: una masterclass pública y gratuita que permitirá a vecinos y visitantes ver en directo cómo trabajan siete de los mejores pintores del circuito nacional.
Los protagonistas de esta experiencia artística serán Adrián Marmolejo, Cristóbal León, Miguel San Pedro, Ana Sánchez Lucas, María Teresa Durá, Antonio Garrido y Manuel Sánchez Lucas, todos ellos con una larga trayectoria en certámenes de pintura rápida y con decenas de premios en su haber. Estos artistas no solo pintarán en vivo a lo largo del día, sino que compartirán con el público sus técnicas, procesos y secretos del oficio, transformando las calles de Chercos en un auténtico taller de arte al aire libre.
La organización del evento corre nuevamente a cargo del gestor del Museo de Pintura de Chercos, Diego Sáez, junto a las concejalas de Turismo y Cultura del Ayuntamiento, María Franco y María del Mar Tripiana, que han trabajado intensamente para hacer crecer un proyecto que va más allá del certamen competitivo: se trata de impulsar el turismo cultural, dinamizar la vida del pueblo y situar a Chercos en el mapa del arte contemporáneo al aire libre.
“La idea es que Chercos no solo sea un lugar donde los artistas vengan a competir, sino un pueblo que inspire y también enseñe. Queremos que cualquiera, sin importar su edad o experiencia, pueda aprender algo de estos grandes maestros, y que el arte se viva de cerca, sin barreras”, explica Diego Sáez.

Imagen del concurso en 2024.
En su primera edición, el certamen logró una acogida extraordinaria. Las calles del pueblo se llenaron de caballetes, pinceles y curiosos que siguieron con admiración el proceso creativo de los artistas. La ganadora de 2024 fue Ana Sánchez Lucas, con una obra que captó con especial sensibilidad el ambiente y la arquitectura del municipio. Le siguieron nombres de renombre como María Teresa Durá, Manuel Sánchez Lucas, Juan Pedro Linares, Rafael Terés o Adrián Marmolejo, todos ellos habituales de los principales circuitos pictóricos nacionales.

Ana Sánchez Lucas, la ganadora del concurso en 2024.
El jurado de entonces, compuesto por las pintoras Sandra Sáez y María Ángeles Portaña junto al propio Diego Sáez, destacó la altísima calidad de las obras y la dificultad de la deliberación. Los premios, que ascendieron a 4.000 euros, contribuyeron a atraer a artistas consolidados, y este año se espera una participación aún mayor.
Además, las obras ganadoras de la edición anterior se han utilizado como material promocional de esta nueva convocatoria, mientras que las piezas no premiadas permanecieron expuestas en el museo local hasta finales de agosto, generando visitas y enriqueciendo la oferta cultural del municipio.
La incorporación de la masterclass no solo añade valor al evento, sino que refuerza el perfil de Chercos como un destino de turismo rural y artístico, capaz de atraer tanto a expertos como a aficionados, a curiosos, familias y jóvenes que buscan nuevas experiencias lejos del turismo masivo.
Con sus casas blancas, su enclave entre montañas, su gente hospitalaria y ahora también con arte en cada esquina, Chercos se está convirtiendo en un lugar imprescindible para los amantes de la pintura y la cultura. Un espacio donde la tradición se mezcla con la innovación, y donde cada pincelada deja una huella tanto en el lienzo como en la memoria de quien lo visita.