A pocos kilómetros de Alboloduy, siguiendo un antiguo camino conocido como la vereda de Alcozayar, se encuentra un pequeño manantial de aguas salinas que ha sido valorado durante generaciones por sus beneficios para la piel. 

Este lugar, sencillo pero especial, es conocido como la Balsica Salobre, una pequeña balsa seminatural que reúne agua con alto contenido en sulfatos gracias a las formaciones yesíferas de la zona.

Aguas minerales con propiedades terapéuticas

Este manantial es uno de esos rincones que la gente de la comarca de la Alpujarra Almeriense visita sobre todo cuando llega la primavera. Entonces, el buen tiempo invita a disfrutar de un baño relajante en sus aguas minerales, seguido de un rato de sol, rodeado de un paisaje tranquilo y con bonitas vistas. 

La balsa es pequeña, apenas de unos tres metros cúbicos, pero suficiente para que, desde hace mucho tiempo, se le atribuyan propiedades medicinales, especialmente para tratar problemas de la piel como el acné.

Aunque no existen estudios científicos que lo confirmen, la costumbre ha pasado de padres a hijos, y hoy sigue siendo un lugar conocido para quienes buscan un remedio natural y un rato de descanso. 

Cómo llegar a la Balsica Salobre

Su acceso no presenta gran dificultad: basta con seguir la vereda de Alcozayar durante unos tres kilómetros, disfrutando del paisaje de barrancos y suaves colinas antes de llegar a la poza.

El terreno por donde circula el agua está formado por rocas de origen metamórfico y carbonatado, que aportan los minerales que enriquecen la balsa. Este entorno, junto a las formaciones yesíferas, explica el alto contenido de sales y sulfatos, responsables de su nombre y de su fama de manantial saludable.

Desde la balsa se puede contemplar una bonita panorámica del cerro del Gamonal y del pueblo de Alboloduy, un mirador natural que añade valor a la experiencia. 

No es raro que, durante los días soleados de primavera, vecinos y visitantes se acerquen a tomar el sol junto a la balsa o incluso a disfrutar de un pequeño picnic.

La Balsica Salobre demuestra cómo la naturaleza puede ofrecer un espacio de bienestar sencillo y cercano. Hoy sigue siendo un lugar muy especial para quienes buscan un baño distinto, rodeado de silencio y vistas, recordando que a veces los mejores remedios se encuentran en rincones escondidos y sin grandes construcciones.