En la provincia de Almería, el rey del turismo sigue siendo el de sol y playa, aunque poco a poco va ganando terreno otro el turismo rural y cada vez son más los alojamientos que se ofertan, sobre todo en las comarcas del interior. Y entre estas, hay una que brilla con luz propia por su autenticidad: el valle del Almanzora. 

Aquí, donde los almendros florecen en invierno tiñendo los campos de blanco y rosa, el paisaje adquiere una personalidad única. Y es precisamente en este entorno donde se esconde uno de los alojamientos más singulares de la región: un molino harinero del siglo XVIII restaurado con mimo y convertido en un refugio de paz y bienestar.

Molino Viejo, en Alcóntar

Se trata de Molino Viejo, en Jauca Baja (El Hijate, Alcóntar), una villa rural que ofrece mucho más que alojamiento. Con siete dormitorios, ocho baños, cocina equipada, salón con TV de pantalla plana y una gran terraza con vistas a la montaña, este antiguo molino conserva su alma original, pero con todas las comodidades modernas. Su exterior incluye piscina privada de temporada, jardín, barbacoa y zonas para relajarse al aire libre.

Su propietario, Bernard, adquirió el molino en 2003, enamorado de su historia y de su potencial como espacio de retiro. Su objetivo era crear un lugar dedicado al bienestar, la salud y la desconexión. Así, Molino Viejo se convierte en un refugio tanto para quienes buscan una escapada tranquila como para grupos interesados en el fitness y la meditación.

Así lo definen los usuarios que han pasado por sus instalaciones a lo largo de todo este tiempo: "Un lugar maravilloso para descansar, relajarse y recargar energías" o "increíble para la aventura, la experiencia y la escapada perfecta", son algunos de los comentarios, mientras que otros destacan la presencia en el entorno de fuentes de energías renovables, como en este caso, la eólica, con gran presencia de molinos de aire.

Además, su ubicación en plena comarca del Almanzora permite practicar senderismo y ciclismo entre pueblos con encanto y paisajes naturales aún por descubrir. Un remanso de paz que invita a quedarse más tiempo del previsto.