Cuando pensamos en Cabo de Gata, solemos imaginar playas vírgenes, calas escondidas y largas jornadas de verano bajo un sol brillante. Sin embargo, este rincón privilegiado de Almería guarda un encanto especial también en otoño, cuando las temperaturas descienden suavemente, las multitudes se disipan y la naturaleza muestra una calma perfecta para desconectar.

En ese escenario se encuentra un lugar ideal para prolongar la experiencia veraniega unos meses más. Ubicado en pleno Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, este complejo turístico ofrece mucho más que un simple espacio para instalar la tienda o la caravana. Catalogado de primera categoría, el Camping Los Escullos ha sabido combinar la esencia de los campings tradicionales con las comodidades de un resort moderno.

Aquí, dormir bajo las estrellas es compatible con descansar en un bungalow totalmente equipado, disfrutar de un glamping safari con todo el confort o instalarse en una acogedora casa rural. Además, la cadena Kampaoh ha sumado sus tiendas listas para usar, que invitan a vivir la aventura de la acampada sin preocuparse de nada más.

Uno de los aspectos que los usuarios más valoran es la variedad de servicios a disposición de los huéspedes. La piscina climatizada con jacuzzi exterior sigue siendo un reclamo irresistible, mientras que las camas balinesas ofrecen un espacio perfecto para relajarse tras una excursión. A ello se suman el gimnasio, las pistas deportivas, el supermercado abierto a diario y la animación pensada para familias. 

El restaurante El Oasis, situado dentro del complejo, permite degustar la cocina almeriense sin tener que abandonar el recinto, con propuestas que van desde platos tradicionales hasta opciones más actuales.

La sostenibilidad es otro de los pilares de este camping, que se ha ganado la etiqueta de Camping Ecológico de la Junta de Andalucía gracias a iniciativas como la instalación solar fotovoltaica, el sistema de depuración natural o la piscina de cloración salina, mucho más respetuosa con el medioambiente.

El entorno no podría ser más privilegiado. Desde Los Escullos se puede acceder a playas y calas que, en otoño, se muestran casi desiertas, ofreciendo una sensación de exclusividad difícil de encontrar durante el verano. La playa de los Genoveses, Mónsul o La Isleta del Moro se encuentran a pocos minutos, y se pueden recorrer senderos que invitan a descubrir paisajes volcánicos, acantilados y miradores que regalan atardeceres inolvidables.