La Almería del ‘pormishuevismo’: del Santuario del Saliente en una rotonda al barco fenicio de Adra
El investigador y divulgador Erik Harley traza en su nuevo libro, con humor e ironía, una “cartografía emocional y política del paisaje español”

Rotonda en Albox que reproduce la fachada del Santuario del Saliente.
El ‘pormishuevismo’ es un (falso) movimiento artístico inventado por el investigador y divulgador español Erik Harley para denunciar “proyectos especulativos, corruptos, gentrificadores y salchicheros”.
Según él mismo explica en su página web, este “neologismo satírico” busca nombrar “la hipertrofia urbanística de España”. Un concepto que intenta explicar la “tendencia arquitectónica, política y filosófica” que consiste en “construir lo innecesario, lo sobredimensionado, lo absurdo o lo corrupto, alegando falsa necesidad o progreso”. También esa “corriente estética del disparate institucional” que se manifiesta en “aeropuertos sin aviones, urbanizaciones ilegales, puentes viajeros, museos con goteras y alguna que otra rotonda”.
Después de libros en las que ha plasmado y desarrollado este concepto, con ejemplos muy cercanos, como ‘Pormishuevismo: Rutas por la España del ladrillo’ (Anaya Touring, 2025), ‘De pelotazo en pelotazo’ (Random Cómic, 2023) y ‘Pormishuevismo: Un movimiento artístico’ (Blackie Books, 2023), Erik Harley traza ahora en su nueva obra una “cartografía emocional y política del paisaje español” con mucho sentido del humor y una fuerte carga irónica.
El resultado es ‘Pormishuevismo: Rotondas y mamotretos’ (Anaya Touring, 2025), una publicación que acaba de ver la luz y en la que Almería cuenta con una generosa representación.
Un viaje sorprendente por lugares extravagantes
El libro se presenta, según una nota de prensa remitida por la editorial, como “un viaje tan sorprendente como revelador por los lugares más extravagantes —y simbólicos— del paisaje español”.
Entre la crónica urbana, el ensayo visual y la sátira cultural, el autor analiza la obsesión del ‘pormishuevismo’ de construir “lo más grande, lo más visible y lo más caro”, un fenómeno que explora en más de 300 páginas ilustradas, con fotografías, mapas y comentarios sobre “centenares de esculturas, glorietas, parques temáticos, auditorios vacíos y macroproyectos inacabados” que jalonan la geografía española.
El ‘pormishuevismo’ en Almería, según Erik Harley
En el libro, Almería cuenta con cinco entradas dentro del capítulo ‘Andalucía: épica con denominación de origen’.
“En Andalucía, las rotondas no solo ordenan el tráfico: cuentan historias”, reflexiona el autor, experto en estudios urbanos y graduado en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona, sobre un capítulo por el que desfilan dragones, carabelas y estatuas de Rocío Jurado.
Y son precisamente cuatro rotondas de la provincia de Almería las que aparecen reseñadas, ilustradas y geolocalizadas en el libro.
Albox
Dos de ellas están en Albox: una reproduce la fachada del Santuario del Saliente y la otra está dedicada al cuerpo de bomberos.
“Esta rotonda plantea un fenómeno cada vez más habitual en nuestro país: la patrimonialización escenográfica, un proceso mediante el cual los referentes se convierten en iconos de fácil digestión, diseñados para ser reconocidos”, escribe sobre la primera.
Y de la segunda expresa: “Se ha optado por la literalidad absoluta: un camión de bomberos, auténtico, entero y rojo, elevado como si el tráfico estuviera en llamas y necesitara ser sofocado desde las alturas”.

Rotonda en Albox con un coche de bomberos.
Adra
Erik Harley se fija además en la rotonda del barco fenicio de Adra, elaborada por estudiantes de la Escuela Taller José Oliva. “Un guiño al pasado que ha acabado en el centro del tráfico rodado, porque, si algo nos gusta en España, es convertir la historia en rotondas. Pero más allá de su estética naval, este barco flota en aguas curiosas. Se calcula que su coste en el mercado habría salido por un pico, pero la factura fue mucho más barata porque lo hicieron alumnos. ¿Un homenaje a los comerciantes fenicios construido con trabajo precario?”, reflexiona con ironía.

Reproducción de un barco fenicio en una rotonda de Adra.
Macael
No podía faltar el mortero más grande del mundo del que presume Macael en una rotonda inaugurada en 2015.
Con más de tres metros de altura y casi seis toneladas de peso, la obra, cuya gigantez mereció un récord Guinness, ha convertido, según Erik Harley, “una herramienta de triturar en una imagen icónica, un gesto que dialoga con la tradición escultórica contemporánea y, al mismo tiempo, se esfuerza en gritar algo muy ‘pormishuevista’: Más es mejor”.

El mortero más grande del mundo se encuentra en Macael.
Carboneras
Cierra su periplo por la geografía almeriense con una mención al hotel del Algarrobico de Carboneras. “Si el ‘pormishuevimo’ tuviera que presentarse con un único mamotreto, podría ser este”, asegura acerca de la mole que ocupa desde hace dos décadas la playa almeriense. “Quizá algún día lo derriben. O quizá, cuando nos demos cuenta, estará operando con licencia hotelera convertido en patrimonio nacional con el argumento de que se trata de lo segundo más famoso de Almería, después de David Bisbal. Con la única diferencia de que Bisbal nunca destrozó un paraje natural, solo el corazón de Chenoa”, sentencia con humor vitriólico.

Hotel de El Algarrobico.