“Hace mucho, mucho tiempo que no actúo en Almería. Tal vez demasiado”. Al otro lado del teléfono, Amancio Prada (Dehesas, León, 1949) se muestra ilusionado por regresar a una ciudad en la que, afirma, vivió una de las grandes noches de su extensa carrera. Una trayectoria musical que cumple medio siglo y que celebra con una gira que este sábado 18 de octubre, a las 20:30 horas (entradas: 22 y 20 euros), recala en el Auditorio Maestro Padilla.

“Encima de un escenario, cantando, es cuando más soy yo, y cuando más se desvanece mi identidad, curiosamente, para ser solamente una voz: vivo lo que canto, canto lo que vivo y soy lo que canto”, afirma.

Puede que su identidad se desvanezca bajo los focos, pero no sus recuerdos. El cantautor que ha puesto música a las voces literarias de San Juan de la Cruz, Santa Teresa, Bécquer, Rosalía de Castro, Federico García Lorca, María Zambrano, Carmen Martín Gaite y Juan Carlos Mestre, entre tantos otros, tiene “buena memoria” para los conciertos vividos y las ciudades sentidas. 

Y ahí, en esa nómina, Almería ocupa un lugar especial. “Recuerdo el ‘Cántico Espiritual’ en esa maravillosa catedral-fortaleza. Me costaba llegar al escenario porque la iglesia estaba tan abarrotada, con la gente sentada por el suelo alrededor del altar, que me sentí en medio del coro de las criaturas del Cántico cantando San Juan de la Cruz. Fue algo inolvidable”, expresa.

Efectivamente: según la crónica publicada en LA VOZ el 16 de diciembre de 1994, se habían dispuesto unas quinientas sillas, pero Prada reunió a unas dos mil personas, entre ellas el obispo, casi todo el Cabildo catedralicio y representantes de la Universidad de Almería, mecenas del concierto.

Durante su conversación con este diario, también evoca otras visitas: “una en compañía de Agustín García Calvo y de Chicho Sánchez Ferlosio en el Teatro Cervantes” [en 1983] y otra que le llevó al Apolo en 2007. 

“Imagínese la ilusión que me hace volver, y también el temor: cuando llevas mucho tiempo sin cantar en una ciudad, no sabes si lo que provoca esa ausencia son ganas u olvido”. A tenor del aspecto que lucirá el Auditorio, la respuesta es evidente.

‘Libremente’

En el concierto del sábado, bautizado ‘Libremente’, el leonés partirá de su disco ‘Prada Prada’ para ofrecer un recital “de lo más variado”, en parte para resarcir su “larga ausencia” de la ciudad. “Quiero dejarme llevar por el instante, por esa relación que se crea con la presencia del otro”, anuncia. 

Suele llevar un guion, pero “lo ideal es perder la cabeza” y entregarse a la energía entre el intérprete y los espectadores, ese público “elocuente”, como lo define, porque la elocuencia está tanto en el que habla o canta como en el que escucha”.

Lo que está claro es que en el Maestro Padilla resonarán, a través de la garganta de Prada, los ecos de San Juan de la Cruz, de Rosalía de Castro, de Antonio Machado. “Estos autores han enriquecido mi vida con la suya y con su poesía han alimentado mi canto”. En ellos, como en tantos otros, al igual que en sus propias composiciones —que también sonarán en Almería— hay un “común denominador”: “Cantar con las ventanas abiertas buscando aire, horizonte, libertad para expresar aquello que uno siente muy arraigado, dentro de uno”. 

Como él lleva haciendo desde 1974 cuando publicó su primer disco, ‘Vida e morte’, y sintió que podría dedicarse a su “vocación”, hasta entonces solo “un sueño imposible”. 

Cuando lanzó aquel trabajo, grabado y publicado en París, surgió el Amancio Prada artista .“Pero lo que es cantar nació con la primera nana de mi madre, Teresa. Me recuerdo cantando, siempre”. Como sus padres y abuelos, labradores que encontraban en el canto “el consuelo para tanto esfuerzo” y “la alegría de la cosecha”.