La Voz de Almeria

Cultura

Ilan Wolff, un artista que ha encontrado un nuevo camino para seguir creando

Fotógrafo reconocido internacionalmente, maestro de la cámara oscura y amante de la luz de Almería

Ilan Wolff, en la mesa de su estudio.

Ilan Wolff, en la mesa de su estudio.Guillermo Fuertes

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guillermo fuertes

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“Mi idea de la fotografía es siempre descubrir cosas nuevas”, dice Ilan Wolff mientras abre una carpeta con algunos de sus últimos trabajos. “No es hacer simplemente fotografías, sino ser otro tipo de fotógrafo y adaptar técnicas antiguas para descubrir qué puedo hacer con ellas. Es un poco ir a la esencia de la fotografía, para, de ahí, ir al futuro con conceptos modernos. Porque ahora…”, queda pensativo un momento. “La tecnología va muy rápido, y la gente quiere ir con ella, pero no se detienen a mirar y decir: Ah, aquí hay algo, ¿qué podemos hacer con esto?”, sonríe y abre las manos. “Y eso es lo que yo hago, mi filosofía”.

Sobre la mesa, llena de botes de pintura, productos de revelado, pinceles, bocetos y obras en proceso, Ilan ha ido extendiendo catálogos y cajas con obras de varias etapas de su trayectoria. El estudio, amplio y abigarrado, con altillos llenos de cajas y latas de todos los tamaños, rollos, trípodes y herramientas, es un lugar vivo, impregnado de ese orden en el desorden que genera el trabajo diario.

A punto de cumplir 70 años, Ilan Wolff es uno de los fotógrafos más potentes de la actualidad, a nivel internacional, pero en su taller no encuentras ni una cámara fotográfica convencional. Ni analógica ni digital. Ilan es el maestro indiscutible de la cámara oscura. “Mi especialidad es el fotograma y la cámara estenopeica”, dice. “Son dos técnicas antiguas de la fotografía, y he trabajado muchos años con una mezcla de ambas. En realidad, hago fotos desde hace 45 años, y todo ha sido un proceso. Para mí, descubrir todo esto en la escuela de fotografía fue como magia. Unir las dos técnicas, conocer lo de las cajas, abrir agujeros, entrar dentro de la cámara, hacer formatos diferentes…”.

Evolución

Todo ha sido una evolución, explica. La fotografía ha sido su vida. Las etapas de la una definen las de la otra, y las va desgranando a través de las obras que saca de las carpetas. Hace 30 años comenzó a hacer fotos con cámaras oscuras de tres agujeros, para cubrir todo el papel y mezclar varias imágenes que “dan otro efecto”, explica. Luego probó a convertir toda una habitación en una cámara oscura, y esto le permitió meterse él mismo en la imagen, y con el tiempo compró una furgoneta y lo transformó en una cámara, con un laboratorio, “y allí podía estar de pie, trabajar, hacer fotos de grandes formatos, estar dentro de la cámara…”.

Luego fue aumentando agujeros, y hoy trabaja con latas de hasta 15 y 20, “multiestenopeicas y de 360 grados”, dice, “Con ellas fotografío detalles, la distancia del agujero al motivo debe ser mínima”. Ilan muestra varias de las últimas imágenes conseguidas con estas cámaras. “Mi idea es reencontrar la realidad de un objeto que ya conocemos. Tomo 20 detalles y, al ponerlos juntos, sale otra forma de verlo, lo muestro con otra realidad. Es una imagen un poco abstracta, pero… Este es un nuevo camino para mí, en el que hay muchas posibilidades. Ahora mismo trabajo en el jardín, en invierno hago las fotografías allí. En los últimos tres años he trabajado solo con cactus, todo vegetal, pero voy a cambiar a otros tipos de objetos, y se me ha abierto otro camino, muy rico. Me ha costado unos años llegar a él, pero estoy muy contento y tengo mucho trabajo…”.

También está utilizando el color, y señala los botes de pinturas y pinceles. “No es algo nuevo, lo he utilizado en mis talleres con niños, por ejemplo”, dice. “En mi trabajo he usado mas el sepia, a veces un azul, que es frío… Pero ahora estoy explorando otros contrastes…”. Su cerebro es un hervidero de proyectos que buscan, incluso, trascender la simple exposición de la estenopeica a la luz del sol. Lunagramas (con la luz de la luna), calorigramas (con la radiación del calor)… Más que un fotógrafo, Ilan Wolff es un artista. Por eso no puede parar de crear.

“Trabajo meses fuera, pero este es mi lugar”

“La fotografía me ha dado la posibilidad de trabajar y vivir en muchos sitios. Ámsterdam, París, Nueva York, Alemania, Italia. Siempre he ido a donde hay trabajo. Pero Almería… Vine la primera vez en 1990 invitado por Falces para Imagina. Luego, en 2001 vine a hacer un taller, en febrero. Yo vivía en Francia, con frío, poca luz, montaña… Y me dije: ¡aquí puedo trabajar con la estenopeica todo el año! Un amigo me alquiló una casa en Cabo de Gata y… Sí, trabajo meses fuera, pero este es mi lugar”.
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